Cuando te dicen
que el periodismo clásico se está muriendo, están diciendo una verdad a medias:
lo están matando, le están tirando a quemarropa, y muchas veces son los mismos
periodistas los que aprietan el gatillo. La tendencia en esta etapa francamente crepuscular del periodismo escrito es tomar un dato de la realidad, cualquiera, y utilizarlo como base para decir cualquier otra cosa: el guión que ya está escrito de antemano, el meme que hay que bajarle predigerido a las masas para que lo repitan como loritos, o lo que venga, chicos. Asistimos a un acto de doble simulación: por un lado, el periodista simula informar; por el otro, cierto porcentaje de los lectores simula que las deducciones que devienen del análisis de los hechos son las correctas. El periodismo corporativo reescribe cotidianamente el diario de Irigoyen* para tranquilidad de los lectores.
[(*) Leemos en "Significado y origen de expresiones famosas" (https://sigificadoyorigen.wordpress.com): “El diario de Irigoyen”: Figura metafórica, muy argentina, a la
que se apela para indicar que a alguien le construyen una realidad falsa, con
el fin de no fastidiarlo o de sacarle una ventaja.]
Extraño artículo
el de hoy a cargo de Carlos Cué para el diario español El País. Se refiere a
algo que está ocurriendo en la realidad (un viaje de la presidenta argentina a
Rusia para profundizar acuerdos políticos y comerciales), pero el objetivo de la
nota es decir que pronto la Argentina hará exactamente lo contrario, ya que como todo
el mundo sabe (y sobre todo Carlos Cué) cualquier candidato que gane en la
Argentina a fines de este año no hará otra cosa que abominar de Rusia (y, ya
que estamos, de China también) y volver al redil de las relaciones armoniosas
con los EEUU y Europa. Lo notable del autor de esta nota es que ni siquiera
recurre al uso del potencial para sus afirmaciones. En fin; pasen y vean:
Título: Argentina
se prepara para un giro en política exterior
Subtítulos: La
presidenta viaja a Rusia mientras los candidatos a sucederla apuntan hacia un
acercamiento a EE UU y la UE / Rusia, un socio energético y un cliente agrícola
y ganadero
Texto: La
presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, consolida su línea
estratégica en política exterior con un viaje la semana que viene a Rusia. En
febrero ya fue a China, y mantiene su apoyo a Venezuela o sus vínculos con
Irán. Pero Argentina se prepara para un cambio. Los asesores de Mauricio Macri
y Sergio Massa, los dos candidatos fuertes de la oposición, han firmado un
documento conjunto en el que prometen un giro radical para acercarse más a EE
UU y la UE, y el entorno del oficialista Daniel Scioli también apunta en
privado hacia a un giro.
Fernández de
Kirchner trabaja cada día para evitar la imagen del pato cojo, el término usado
en EE UU para los presidentes a final de mandato ya casi sin poder. De hecho,
ella no lo es. Domina la escena absolutamente. Pero el consenso generalizado en
la política argentina apunta que muchas cosas van a cambiar cuando ella deje la
Casa Rosada en diciembre.
El candidato
oficialista, Daniel Scioli, evita cualquier enfrentamiento público con la
presidenta porque necesita sus votos para ganar las primarias de agosto. Pero
si llega al poder, admiten en su entorno, él hará valer las buenas relaciones
que ha mantenido con EE UU desde su puesto de vicepresidente y ahora gobernador
de Buenos Aires.
Si gana él, el
giro será más lento y habrá que ver hasta qué punto se deja dominar por
Fernández, admiten todas las fuentes consultadas, pero su política exterior
será diferente.
Kirchner viaja a
Rusia el 22 para reunirse con Vladímir Putin y allí buscará inversiones de
Gazprom para explotar Vaca Muerta, el enorme yacimiento de petróleo y gas de
esquisto en el sur del país, y también que la rusa Rusatom construya una
central nuclear en Argentina. Vaca Muerta es la gran joya de la corona
argentina después de la nacionalización de YPF, hasta 2012 propiedad de la
española Repsol, pero necesita grandes inversiones para explotarlo.
Es algo parecido
a lo que ya hizo Kirchner en China. Estos pactos ayudan a la economía argentina
pero implican compromisos para muchos años y reciben fuertes críticas en
Argentina. China es un socio comercial básico para Argentina, que le vende
buena parte de su producción de soja, pero Fernández ha dado un salto y ha
reforzado el acuerdo político.
“El viaje a Rusia
es un nuevo elemento provocador de la presidenta”, señala Roberto García
Moritán, asesor de Sergio Massa y uno de los firmantes del acuerdo para dar un
giro a la política exterior al que se ha sumado también el principal asesor en
estos asuntos de Macri, Diego Guelar. García Moritán fue vicecanciller con
Néstor Kirchner y durante seis meses con Fernández, hasta que en 2008 salió del
Gobierno precisamente por el giro a favor de Venezuela y el eje bolivariano.
“Gane quien gane las elecciones va a haber un giro, vamos hacia un reequilibrio
y una mejor relación con EE UU y Europa”, asegura.
Scioli no se suma
pero otros políticos consultados, también del oficialismo, admiten que es
impensable que él protagonice escenas como la de la última Cumbre de las
Américas en Panamá, en la que Fernández lanzó un discurso muy duro contra EE UU
y a favor del chavismo y la revolución cubana que entusiasma a sus seguidores e
indigna a la oposición.
Uno de los
elementos centrales de la política argentina en este momento es la capacidad de
Scioli de resistir sin contestar todos los ataques que recibe del entorno de la
presidenta. El lema es claro y es una consigna en todo el peronismo: primero
ganar y después decidir. También Néstor Kirchner llegó al poder en 2003 aupado
por Eduardo Duhalde y luego acabó políticamente con él. Aunque algunos dudan de
que Scioli, un millonario y famoso deportista que llegó a la política de la
mano de Carlos Menem, tenga la fuerza política para distanciarse de Fernández
de Kirchner.
Durante un
tiempo, sobre todo con el caso Nisman, parecía que Scioli necesitaría alejarse
de Kirchner para ganar las elecciones. Ahora las tornas se han girado, ella
mantiene su buena imagen en amplias capas de la sociedad, en especial las más
populares, y tiene un gran control de todos los resortes políticos. Por eso los
estrategas sciolistas han decidido que no es momento de enfrentarse. Primero
tienen que llegar a la Casa Rosada.
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