Otra buena, didáctica nota de
Thierry Meyssan para Red Voltaire sobre la falta de perspectiva de la Unión
Europea ante la estrategia estadounidense en Medio Oriente y Europa oriental.
Astroboy, que es más mal pensado que el autor de esta nota, sostiene que no se
trata de “miopía”: de lo que se trata es que hace setenta años que
los europeos se bajan sistemáticamente los pantalones cada vez que aparece un
papimafi americano. ¿No será mucho, chicos?
En la foto de
arriba, miembros del Consejo Europeo reunido el 23 de abril de 2015 guardan un
minuto de silencio en memoria de los migrantes ahogados en el Mediterráneo.
Gente, estos últimos, que escapaba del destino siniestro que les esperaba en
los mismos países que la NATO había bombardeado tiempo atrás. Miren esas
caripelas: pareciera que alguien les da cuerda desde atrás. Ni una chispa de
inteligencia, dignidad, resolución o coraje. "Oops! --parece decir el que está más a
la derecha—. Me acaban de meter otro chip en el culo con las instrucciones de
esta semana!"
A continuación, la nota. Los subrayados (negrita y cursiva) son nuestros:
A continuación, la nota. Los subrayados (negrita y cursiva) son nuestros:
Título: La miopía
de la Unión Europea ante la estrategia militar de Estados Unidos
Epígrafe: Los
responsables de la Unión Europea están totalmente equivocados en cuanto a los
atentados islamistas perpetrados en Europa y las oleadas de inmigrantes que llegan
a ese continente huyendo de las guerras. Thierry Meyssan muestra que esos
hechos no son secuelas fortuitas de los conflictos que agitan el Medio Oriente
ampliado sino un objetivo estratégico de Estados Unidos.
Texto: Los
dirigentes de la Unión Europea están confrontando cada vez más frecuentemente
situaciones inesperadas. Por un lado, atentados o intentos de atentados
perpetrados o preparados por individuos que no pertenecen a grupos políticos
claramente identificados. Por otro lado, una gran afluencia de migrantes a
través del Mediterráneo y el hecho que miles de ellos mueren a las puertas de
los países europeos.
Por falta de
análisis estratégico, ambos factores están siendo considerados a priori como
hechos no relacionados entre sí y se ocupan de ellos administraciones
diferentes. La policía y los servicios de inteligencia se ocupan de los
atentados mientras que las aduanas y órganos vinculados al sector de la defensa
lidian con el problema de los migrantes. Pero la fuente de ambos problemas es la
misma: la inestabilidad política en el Levante y en África.
La Unión Europea
se ha privado de los medios necesarios para comprender
Si las academias
militares de la Unión Europea hiciesen correctamente su trabajo, habrían
estudiado durante los últimos 15 años la doctrina del «hermano mayor»
estadounidense. Y tendrían que haber notado que, desde hace muchos años, el
Pentágono ha publicado todo tipo de documentos sobre la «teoría del caos» del
filósofo Leo Strauss. Hace sólo unos meses, Andrew Marshall, un funcionario que
debería estar jubilado desde hace más de 25 años, aún disponía de un
presupuesto de 10 millones de dólares al año para investigar sobre ese tema
[1]. Pero ninguna academia militar de la Unión Europea ha estudiado seriamente
esa doctrina ni sus consecuencias. No lo han hecho por dos razones: porque es
una forma de guerra bárbara… y porque fue concebida por un gurú de las élites
judías estadounidenses. Además, cualquier europeo “sabe” que
«Estados-Unidos-que-nos-salvó-del-nazismo» no puede favorecer tales atrocidades
[2].
Si los políticos
de la Unión Europea hubiesen viajado un poco, no sólo a Irak, Libia, Siria, al
Cuerno africano, a Nigeria y Mali, sino también a Ucrania, habrían visto con
sus propios ojos la aplicación de esa doctrina estratégica. Pero se limitaron a
ir a hablar en algún edificio de la “zona verde” de Bagdad, desde un estrado en
Trípoli o en la plaza Maidan de Kiev. Ignoran lo que viven las poblaciones y, a
pedido del «hermano mayor», a menudo cerraron sus embajadas, privándose así de
ojos y oídos en el terreno. Peor aún, también a pedido del «hermano mayor», se
unieron a la aplicación de embargos, para que los hombres de negocios tampoco
puedan ir a ver lo que sucede en esos lugares.
Hoy se desconoce
la cantidad de migrantes muertos en el Mediterráneo. A veces las olas depositan
cuerpos en las playas de Italia o los guardacostas abordan embarcaciones llenas
de cadáveres.
El caos no es
fortuito, es el objetivo
Al contrario de
lo que afirma el presidente Francois Hollande, el éxodo de libios no es
consecuencia de una «falta de seguimiento» de la operación «Protector
Unificado» –que condujo al derrocamiento y asesinato de Kadhafi– sino el
resultado que se buscaba con aquella operación, en la que Francia hizo el papel
de líder. El caos no se instaló en Libia porque los «revolucionarios libios» no
hayan sabido ponerse de acuerdo entre sí después de la «caída» de Muammar
el-Kadhafi sino que ese era el objetivo estratégico de Estados Unidos. Y lo
alcanzaron. Nunca hubo una «revolución democrática» en Libia sino un movimiento
secesionista en la región de Cirenaica. Nunca hubo aplicación del mandato de la
ONU para «proteger a la población» sino una masacre perpetrada por la OTAN que
costó las vidas de 160 000 libios, de los cuales el 75% eran civiles, según las
cifras de la Cruz Roja Internacional.
Recuerdo que,
antes de integrar el gobierno de la Yamahiriya Árabe Libia, se me solicitó
servir como testigo en un encuentro organizado en Trípoli entre una delegación
estadounidense y varios representantes libios. Durante aquella larga
conversación, el jefe de la delegación estadounidense explicó a sus
interlocutores que el Pentágono estaba dispuesto a salvarlos de una muerte
segura, pero exigía que le entregaran al Guía. Y agregó que cuando mataran a
Kadhafi, la sociedad tribal libia no lograría validar la autoridad de un nuevo
líder antes de –como mínimo– una generación, situación que sumiría Libia en un
caos nunca visto anteriormente en ese país. Desde entonces, he contado
repetidamente aquel encuentro y predije muchas veces lo que hoy está
ocurriendo.
Leo Strauss
(1899-1973) fue un especialista de la filosofía política. Se rodeó de un
pequeño grupo de alumnos que, en su mayoría, trabajaron después para el
Departamento de Defensa estadounidense. De hecho, formaron una secta e
inspiraron la estrategia del Pentágono.
La «teoría del
caos»
Cuando la prensa
estadounidense comenzó a mencionar –en 2003– la «teoría del caos», la Casa
Blanca ripostó hablando de un «caos constructor», haciendo entender con ello
que se procedería a la destrucción de las estructuras opresoras para que la
vida pudiese brotar sin obstáculos. Pero ni Leo Strauss, ni el Pentágono habían
utilizado nunca aquella expresión. Al contrario, según ellos, el caos tenía que
ser de tal magnitud que nada pudiese estructurarse fuera de la voluntad del
Creador del Nuevo Orden, Estados Unidos [3].
El principio de
esa doctrina estratégica puede resumirse de la siguiente manera: la manera más
fácil de saquear los recursos naturales de un país por largo tiempo no es
ocupar ese país sino destruir el Estado. Sin Estado, no hay ejército. Sin
ejército enemigo, no hay riesgo de ser derrotado. Así que el objetivo
estratégico del ejército de Estados Unidos y de la alianza que dirige –la OTAN–
es única y exclusivamente la destrucción de los Estados. Y lo que suceda con
las poblaciones de los países que son blanco de esa estrategia… no preocupa a
Washington.
Ese proyecto
resulta inconcebible para los europeos que, desde los tiempos de la guerra
civil inglesa, están convencidos –desde la publicación de Leviatán, el libro de
Thomas Hobbes– de que es preferible renunciar a ciertas libertades, y quizás
aceptar incluso un Estado tiránico, a verse sumido en el caos.
La Unión Europea
niega su complicidad con los crímenes de Estados Unidos
Las guerras de
Afganistán e Irak ya han costado la vida a cuatro millones de personas [4]. Esas
guerras fueron presentadas al Consejo de Seguridad de la ONU como necesarias
respuestas «en legítima defensa». Pero hoy todo el mundo admite que en realidad
habían sido planificadas desde mucho antes de los acontecimientos del 11 de
septiembre de 2001 y en un contexto mucho más amplio de «rediseño del Medio
Oriente ampliado» y que las razones utilizadas para justificar dichas guerras
sólo fueron inventos de la propaganda.
Usualmente se
reconocen los genocidios cometidos por el colonialismo europeo, pero pocos
reconocen actualmente esos cuatro millones de muertos, a pesar de los estudios
científicos que demuestran la realidad de ese crimen. Lo que pasa es que
nuestros padres eran «malos», pero nosotros somos «buenos» y no podemos ser
cómplices de esos horrores.
También es usual
burlarse de aquel pobre pueblo alemán que confió hasta el último instante en
sus dirigentes nazis y no tomó conciencia de los crímenes cometidos en su
nombre hasta después de la derrota.
Pero los pueblos
de la Unión Europea estamos actuando exactamente igual. Seguimos confiando en
nuestro «hermano mayor» y nos negamos a ver los crímenes en los que está
implicándonos. Es probable que nuestros hijos se burlen de nosotros…
Los errores de
interpretación de la Unión Europea
- Ningún
dirigente de Europa occidental, absolutamente ninguno, se ha atrevido a
mencionar públicamente que los refugiados provenientes de Irak, Libia, Siria y
del Cuerno de África, Nigeria y Mali pueden no estar huyendo de las dictaduras
sino del caos en el que nosotros, voluntaria pero inconscientemente, hemos
sumido sus países.
- Ningún
dirigente de Europa occidental, absolutamente ninguno, se ha atrevido a
mencionar públicamente que los atentados «islamistas» que están teniendo lugar
en Europa pueden no ser la extensión de las guerras del «Medio Oriente
ampliado» sino que son obra de los mismos que ya orquestaron el caos en esa
región. Como europeos preferimos seguir creyendo que los «islamistas» odian a
los judíos y los cristianos, y nos negamos a ver que la inmensa mayoría de las
víctimas de esos islamistas no son ni judíos ni cristianos sino… musulmanes. Y
tranquilamente los acusamos de promover la «guerra de civilizaciones», cuando
ese concepto fue creado en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y
sigue sin tener nada que ver con la cultura de los islamistas [5].
- Ningún
dirigente de Europa occidental, absolutamente ninguno, se ha atrevido a
mencionar públicamente que la próxima etapa será la «islamización» de las redes de distribución de drogas –como en el caso de los Contras en
Nicaragua, con la venta de droga entre la comunidad negra de California, con
ayuda y bajo las órdenes de la CIA [6]. Hemos decidido ignorar que la familia
Karzai retiró la distribución de cocaína de las manos de la mafia kosovar para
ponerla bajo el control del Emirato Islámico [7].
A Estados Unidos
nunca le interesó que Ucrania se integre a la Unión Europea
Si las academias
militares de la Unión Europea no han estudiado la «teoría del caos» es porque
les han prohibido hacerlo. Los pocos profesores y estudiosos que se arriesgaron
a tratar de analizarla fueron duramente sancionados mientras que la prensa
califica de «complotistas» o «conspiracionistas» a los autores civiles que se
interesan en esa teoría.
Los políticos de
la Unión Europea creían que los acontecimientos de la plaza Maidan eran
espontáneos y que los manifestantes querían salir de la órbita autoritaria de
Rusia para entrar en el paraíso de la Unión. Los invadió la estupefacción
cuando se reveló el contenido de la conversación telefónica donde la
subsecretaria de Estado Victoria Nuland, al mencionar el control que ejercía
secretamente sobre los acontecimientos, hablaba de «darle por el culo a la
Unión Europea» (sic) [8]. A partir de aquel momento ya no entendieron lo que
estaba sucediendo.
Si hubiesen
dejado trabajar a los investigadores, los dirigentes de los países miembros de
la Unión Europea habrían comprendido que al intervenir en Ucrania y al
organizar allí el «cambio de régimen», Estados Unidos estaba garantizando que
la Unión Europea se mantuviera a su servicio. Lo que más angustia a Washington,
desde el discurso de Vladimir Putin en la Conferencia de Seguridad de Munich de
2007 [9], es que Alemania acabe dándose cuenta de dónde se halla su propio
interés… que no es del lado de Washington sino junto a Moscú.
Al destruir
progresivamente el Estado ucraniano, Estados Unidos corta la principal vía de
comunicación entre la Unión Europea y Rusia. Por mucho que retorzamos en todos
los sentidos la sucesión de acontecimientos, es ese el único sentido de lo
ocurrido en Ucrania. Washington no quiere que Ucrania se una a la Unión
Europea, como lo demuestran las palabras de la señora Nuland. Su único objetivo
es convertir ese territorio en un campo minado para todo el que trate de
atravesarlo.
El 8 de mayo de
2007 –aniversario de la caída del régimen nazi alemán– grupúsculos nazis e
islamistas crean en Ternopol (Ucrania oriental) un supuesto Frente
Antiimperialista para luchar contra Rusia. Organizaciones de Lituania, Polonia,
Ucrania y también de Rusia participan en ese Frente, así como los separatistas
islamistas de Crimea y los de Adigueya [también llamada Adiguesia], Daguestán,
Inguchetia, Kabardia-Balkaria, Karachayevo-Cherkesia, Osetia y Chechenia. Al no
poder asistir al encuentro, debido a las sanciones internacionales, el jefe
terrorista Doku Umarov envía una intervención que será leída a los asistentes.
El presidente de ese “Frente Antiimperialista” es Dimitro Yarosh, quien hoy
ocupa un puesto de consejero en el ministerio de Defensa de Kiev.
La planificación
militar de Estados Unidos
Así que estamos
ante dos problemas que se desarrollan con gran rapidez: los atentados
«islamistas» sólo están comenzando. En el Mediterráneo, las corrientes
migratorias se han triplicado en un solo año.
Si mi análisis es
correcto, durante la próxima década veremos cómo a los atentados «islamistas»
vinculados al Medio Oriente y África se agregan atentados «nazis» vinculados a
Ucrania. Se descubrirá entonces que al-Qaeda y los nazis ucranianos tienen
vínculos entre sí desde que celebraron –en 2007– su congreso común en Ternopol,
Ucrania. En realidad, los abuelos de todos estos individuos se conocían desde
la Segunda Guerra Mundial. En aquella época los nazis se dieron a la tarea de
reclutar musulmanes soviéticos para luchar contra Moscú, en el marco del
programa de Gerhard von Mende en el Ostministerium [el ministerio del Este
creado por el Reich]. Al finalizar la guerra, tanto los nazis como sus reclutas
musulmanes acabaron bajo la protección de la CIA, conforme al programa de Frank
Wisner con AmComLib, para realizar operaciones de sabotaje en los territorios
de la URSS.
Las oleadas de
migrantes que tratan de atravesar el Mediterráneo, que hasta ahora sólo
constituyen un problema humanitario (200 000 personas en 2014), seguirán creciendo
hasta convertirse en un grave problema económico. La reciente decisión de la
Unión Europea de ir a hundir los barcos de los traficantes de personas en Libia
no lograrán detener la oleada de migrantes y sólo servirán para justificar
nuevas operaciones militares para mantener el caos en Libia, pero sin
resolverlo.
Todo ello
provocará importantes desórdenes en la Unión Europea, que hoy da la impresión
de ser un pacífico refugio. Washington no tiene intenciones de destruir ese mercado,
que sigue siendo indispensable para Estados Unidos, sino de limitar su
desarrollo y garantizar que nunca logre convertirse en un competidor.
En 1991, el
presidente Bush padre encargó a un discípulo de Leo Strauss, Paul Wolfowitz –en
aquel entonces un desconocido para el gran público–, la elaboración de una
estrategia para la era postsoviética. La «Doctrina Wolfowitz» explicaba que la
supremacía de Estados Unidos exige imponer riendas a la Unión Europea [10]. En
2008, durante la crisis financiera en Estados Unidos, la historiadora Christina
Rohmer, presidenta del Consejo Económico de la Casa Blanca, explicó que la
única manera de sacar a flote los bancos estadounidenses era cerrar los
paraísos fiscales en los demás países y provocar después desórdenes en Europa
para que los capitales fluyesen hacia Estados Unidos. Actualmente lo que
Washington pretende hacer es fusionar el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de
América del Norte, también conocido como NAFTA, por sus siglas en inglés) con
la Unión Europea y el dólar con el euro, lo cual pondría a los miembros de la
Unión Europea en una situación similar a la de México [11].
Por desgracia
para ellos, ni los pueblos de la Unión Europea ni sus dirigentes tienen
conciencia de lo que el presidente Barack Obama está preparando para ellos.
Notas:
[1] «Al cabo de
42 años, el estratega Andy Marshall deja el Pentágono», Red Voltaire, 7 de
enero de 2015.
[2] “Selective
Intelligence”, Seymour Hersch, The New Yorker, 12 de mayo de 2003.
[3] “Stumbling
World Order and Its Impacts”, por Imad Fawzi Shueibi, Voltaire Network, 5 de
abril de 2015.
[4] «4 millones
de muertos en Afganistán, Pakistán e Irak desde 1990», por Nafeez Mosaddeq
Ahmed, Middle East Eye (Reino Unido), Red Voltaire, 13 de abril de 2015.
[5] «La “guerra
de civilizaciones”», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de diciembre de 2004.
[6] Dark
Alliance, The CIA, the Contras and the crack cocaine explosion, Gary Webb,
foreword by Maxime Waters, Seven Stories Press, 1999.
[7] «El clan
Karzai pone el tráfico de heroína en manos del Emirato Islámico», Red Voltaire,
29 de noviembre de 2014.
[8] «Conversación
entre la secretaria de Estado adjunta y el embajador de Estados Unidos en
Ucrania», por Andrey Fomin, Oriental Review (Rusia), Red Voltaire, 8 de febrero
de 2014.
[9] «Querer
regentar el mundo de manera unipolar es ilegítimo e inmoral», por Vladimir
Putin, Red Voltaire, 11 de febrero de 2007.
[10] La «Doctrina
Wolfowitz» sigue siendo hoy en día un documento clasificado. Pero su contenido
fue revelado por Patrick E. Tyler en «US Strategy Plan Calls For Insuring No
Rivals Develop», New York Times, 8 de marzo de 1992. Ese diario también publica
largos fragmentos de la «Doctrina Wolfowitz» en la página 14: «Excerpts from
Pentagon’s Plan: “Prevent the Re-Emergence of a New Rival”». Más informaciones
sobre esa doctrina aparecen igualmente en «Keeping the US First, Pentagon Would
preclude a Rival Superpower» por Barton Gellman, The Washington Post, 11 de
marzo de 1992.
[11] «Ataque
contra el euro y desmantelamiento de la Unión Europea», por Jean-Claude Paye,
Red Voltaire, 20 de julio de 2010.
Tenías esta de El Peregrino?
ResponderEliminarhttp://thesaker.is/viva-argentina/
El objetivo del caos que tienen las combinaciones oligárquicas globalistas que controlan al Estado en USA y la mayoría de los países de Europa Occidental, es evitar que otros poderes de naturaleza diferente a la de ellas (poderes a predominio soberanos) puedan hacerse del control de resortes y recursos bajo control de ellas en el marco de un proceso de crisis cada vez más profunda.
ResponderEliminarEl caos y la guerra sirven para distraer y desgastar al adversario o a quienes ellas ven como adversarios, a fin de evitar caer en una situación estratégica irremediable.
Por eso se usa la imagen de "patear el tablero". Es como el ajedrecista que ve que pierde y, en un rapto de locura, patea el tablero antes de que suceda ese destino.
En el pensamiento estratégico oligárquico ese "rapto de locura" es más sofisticado y planificado, pero eso no lo hace menos locura.
Las combinaciones oligárquicas que tienen el control en el sector Nor Occidental del mundo, como se resisten a dejar que se operen las transformaciones monetarias y financieras que, a nivel mundial, hacen falta -entre otras cosas porque ellas perderían el control político estratégico de esa región del mundo a favor de poderes soberanos nacionales y coordinados-, no ven más salida que la guerra.
Por eso va a ser muy difícil evitar la guerra a menos que, en sectores importantes de esa región Nor Occidental, se pueda desbancar a tales combinaciones oligárquicas, o que se produzcan fracturas tan fuertes en su seno que hagan posible el viraje estratégico.