lunes, 20 de junio de 2016

"Reforma Educativa" en México: seis muertos, más de 100 heridos


Cuando los neoliberales te hablan de “reforma”, ya sabemos a qué se están refiriendo: ajuste económico y disciplinamiento social. Tal es el caso de la “Reforma Educativa” en México, implementada desde hace ya tres años por el muñeco de turno, el presidente Enrique Peña Nieto. Según Wikipedia: “Durante los meses de agosto y septiembre de 2013 la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) organizó marchas y plantones en la Ciudad de México, con el fin de protestar en contra de las implicaciones laborales de la reforma, como el establecimiento de un sistema de evaluación de los maestros y la autogestión de las escuelas, solicitando que el Estado se siga encargando del sostenimiento de éstas.” ¿Se entiende?

Veámos lo que dicen los próceres mediáticos del neoliberalismo en habla hispana. Nos referimos a la edición de hoy del diario El País:


Título: Seis muertos en violentos enfrentamientos entre policías y maestros en Oaxaca

Subtítulo: Los oficiales desalojaron un bloqueo con gas lacrimógeno y fueron recibidos con piedras y cohetones

Texto: El sureño Estado mexicano de Oaxaca revivió este domingo la pesadilla que lo aquejó durante más de medio año en 2006: enfrentamientos armados que parecían el escenario de una guerra, entre maestros disidentes y las fuerzas de seguridad. Tras una semana de bloqueos carreteros por parte de los profesores, la policía los dispersó con gases lacrimógenos y recibió en respuesta pedradas y cohetones. Hasta el momento han sido reportadas seis personas muertas, 55 policías lesionados y al menos otros 50 heridos entre maestros y civiles por arma de fuego. 21 personas han sido detenidas.

En una imagen que recuerda al convulso conflicto magisterial de hace 10 años en esa entidad, cientos de policías federales enfrentaron a los disidentes con gases e incluso armas de fuego, mientras los maestros incendiaron vehículos para usarlos como barricadas. El conflicto duró varias horas y entre los heridos también hubo pobladores, alcanzados por las balas, las pedradas y los cohetones.

El saldo del enfrentamiento es inestable: el primer reporte oficial hablaba de tres muertos y 21 policías heridos, pero durante la tarde fueron apareciendo más maestros y civiles heridos, y por la noche el número de muertos se elevó a seis.

La información oficial llegaba a cuentagotas y el Gobierno de Oaxaca ofreció una postura hasta la noche del domingo, en una conferencia conjunta entre el gobernador Gabino Cué y el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo. Los funcionarios informaron que el saldo es de seis muertos, entre ellos un periodista y dos personas vinculadas al magisterio; al menos 51 heridos y 25 detenidos por los disturbios.

Por su parte, la CNTE aseguró durante una protesta en la Ciudad de México que cinco de los muertos estaban relacionados con el magisterio y mencionó sus nombres: Andrés Aguilar, de 29 años; Yalid Jiménez, de 22; Óscar Santiago, de 22; Jesús Cadena, de 19 y Anselmo Cruz, de quien no especificaron la edad.

Más tarde se supo de la muerte del reportero local Elpidio Ramos, quien cubría el enfrentamiento y fue baleado por hombres que saqueaban una tienda en el municipio de Juchitán.

Los maestros que bloqueaban la carretera de Oaxaca hacia la capital pertenecen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), una poderosa agrupación gremial con más de 100.000 afiliados en todo el país pero especialmente fuerte en los Estados del sur, que se opone a la evaluación obligatoria del personal docente incorporada en la reforma educativa de 2013.

Oaxaca es un Estado del sur de México que tiene una larga tradición magisterial. Las condiciones precarias de los maestros han derivado en movimientos sociales y sindicales que han provocado numerosos conflictos en la zona. El más conocido de ellos fue el paro laboral durante más de seis meses de 2006 que terminó con decenas de muertos, disidentes presos y un plantón en la capital que afectó la economía de la región, además del curso regular de las clases para los niños de nivel primaria.

El conflicto revivió en los últimos tres años por la reforma educativa impulsada por el Gobierno de Enrique Peña, con la que la CNTE en general no está de acuerdo y contra la cual ha protestado numerosas veces en Oaxaca, la Ciudad de México, Michoacán y otras entidades.

El enfrentamiento de este domingo comenzó después del mediodía, cuando las fuerzas de seguridad federales y estatales pusieron en marcha un operativo para desalojar el bloqueo de los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en la carretera federal Oaxaca-Puebla, en el tramo del municipio de Nochixtlán. En respuesta, los maestros incendiaron camiones para impedir el avance de las fuerzas de seguridad y usaron cohetones con latas de refresco llenas de clavos y esquirlas de vidrio.

Habitantes de Oaxaca denunciaron en redes sociales que los policías estaban disparando contra los manifestantes. Por su parte, la Policía de Oaxaca publicó que sus elementos de seguridad "fueron lesionados por arma de fuego", mientras que la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) aseguró en un comunicado que los policías federales no estaban armados ni portaban tolete.

"Se tiene conocimiento que las detonaciones por arma de fuego registradas provienen de personas desconocidas ajenas a los bloqueos, quienes realizan disparos contra la población y los policías federales para así generar enfrentamientos", afirmó el Gobierno.

Las fotografías del enfrentamiento publicadas por agencias internacionales mostraban a varios elementos de la Policía Federal portando armas y apuntando con rifles desde una trinchera, sin embargo, la CNS emitió un segundo comunicado en el que aseguró que las fotos son "falsas".

No obstante, en la conferencia que ofreció por la noche junto al gobernador Cué Monteagudo, el comisionado de la Policía Federal admitió que un grupo de agentes utilizó armas en medio del enfrentamiento.

También circuló en las redes la versión de que la Policía federal intentaba impedir que los maestros lesionados accedieran a servicios de salud, y que incluso ordenaban a los médicos que no los atendieran.

Este sábado, jueces federales dictaron un auto de formal prisión al secretario general de la Sección 22 de la Coordinadora, Rubén Núñez, por supuestas operaciones con recursos de procedencia ilícita, así como al secretario de organización, Francisco Villalobos, por presunto robo agravado.

Por la noche ocurrió otro violento enfrentamiento entre policías y maestros de la CNTE en el municipio de Salina Cruz, en la región del Istmo de Tehuantepec, localidad en la que se encuentra la refinería 'Antonio Dovalí Jaime', de la petrolera paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex).

Casi a la medianoche, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió un comunicado en el que informó que emitió medidas cautelares para la adecuada atención médica de los heridos, así como para que cualquier acto de los elementos de la autoridad sea dentro del marco de la ley, "conforme a protocolos y estándares internacionales, privilegiando en todo momento el diálogo".

El organismo precisó que ha enviado en las últimas horas un número "importante" de visitadores adjuntos, peritos y personal de apoyo a Oaxaca para reforzar al personal que ya se encontraba en el Estado, a fin de reforzar la vigilancia sobre la legalidad del operativo.

***

Ahora veamos qué dice el diario mexicano La Jornada sobre uno de los aspectos más controvertidos de la “reforma”: la evaluación de los maestros mexicanos:


Título: Reforma educativa: engaño, mito y fraude

Texto: Las acciones y discursos del gobierno federal en torno a la llamada reforma educativa se han convertido en factor de polarización social y política en nuestro país. Sus impulsores y defensores han generado grandes expectativas respecto de la mejora del sistema educativo nacional. En realidad esta reforma sólo ha constituido un engaño, un mito y un fraude.

El engaño radica en que se ha hecho creer a la sociedad que cambios normativos –cuyos propósitos son el control político y laboral de los maestros, el realineamiento y continua sumisión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) al partido oficial y al gobierno, y el sometimiento de otras organizaciones gremiales de oposición– son una reforma educativa de verdad, enfocada al mejoramiento de la educación pública. La evidencia del engaño es la ausencia de una propuesta educativa general, que tuviera como referente la realidad actual, las necesidades del país y el proyecto de desarrollo nacional, a la que correspondiera una filosofía educativa bien definida y planteamientos pedagógicos consistentes.

El engaño se funda en un mito insostenible: la evaluación de profesores de educación básica es la acción fundamental para elevar la calidad educativa. La evaluación, que es la propuesta central y casi única de lo que han dado en llamar reforma educativa, tendrá efectos en las nuevas contrataciones, la promoción, la carrera magisterial y la remoción de maestros del trabajo docente. Ninguna de estas acciones produce por sí misma una mejora de la educación.

El mito está sustentado en la denostación y desprestigio intencional de los maestros mexicanos, a quienes se les presenta como el problema principal de la educación en México. En esto han jugado un papel fundamental las campañas de Televisa y las diatribas del grupo de presión Mexicanos Primero. Para la Secretaría de Educación Pública (SEP) y estos grupos el problema son los maestros, y la solución que han puesto en práctica son estas medidas de control.

El fraude radica en que tanto la SEP como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) saben que las evaluaciones que han propuesto son impracticables. Que sólo están en condiciones de realizar valoraciones superficiales e incompletas. Que éstas no tendrán los resultados que les han atribuido y que impactarán negativamente las condiciones profesionales, laborales y de vida de decenas de miles de maestros mexicanos.

Desde la creación del INEE, en documentos oficiales y declaraciones de su presidenta, se ha señalado que la evaluación docente no podía ser homogénea, sino que era necesario considerar en las acciones de evaluación, desde el sistema educativo y hasta el aula de clases, la diversidad de realidades, culturas y lenguas que existen en el país, lo que sin duda es una de sus mayores riquezas (INEE, La evaluación en el contexto de la reforma educativa).

De acuerdo con las normas y leyes establecidas, la SEP, bajo la autoridad del INEE, realizará cuatro tipos de evaluaciones: para el ingreso a la profesión docente, para la promoción (la que se acaba de realizar), para la permanencia y para promoción en la función por incentivos, antes carrera ­magisterial.


La evaluación más problemática es la de permanencia. Según la ley, 1.4 millones de maestros tienen que ser evaluados cada cuatro años. De ello depende su continuidad en el ejercicio de la labor docente. Significa que cada año tendrán que ser evaluados más de 350 mil maestros, sólo en esta modalidad. El INEE y la SEP nos hacen creer que pueden concretar una evaluación completa y a profundidad, que atienda la diversidad y heterogeneidad existentes en el país. Ellos saben que esto es imposible. Por eso es un fraude.


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