lunes, 5 de octubre de 2015

AMIA: se cae la pista iraní


Quienes hayan visto el programa de Gustavo Silvestre (Minuto 1) en C5N esta noche, posiblemente no hayan dado crédito a sus oídos: la confirmación de que el gobierno de carlos Menem y el estado de Israel actuaron, a 24 horas del atentado a la AMIA, para mantener una versión común del atentado e inculpar a Hezbollá (e, indirectamente, a Irán). La noticia confirma así informaciones previas del periodista argentino Horacio Verbitsky en Página/12 el 18 de Julio de 2004: "La InfAMIA; http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-38318-2004-07-18.html). 

A las 11:30 PM hora argentina, ningún medio gráfico argentino se daba por enterado de esta noticia, que simplemente convierte en humo más de una década de acusaciones a Irán sobre el tremendo atentado. Entiendan, chicos: se cae todo: Nisman, la diplomacia israelí en la Argentina, tres cuartas partes de la oposición política argentina que sigue hablando de la culpabilidad de Irán, etc. etc. Quién lo transmitió? Como siempre, el Pájaro Rojo en su blog (http://pajarorojo.com.ar/?p=18679). Transcribimos su nota:



Título: CAUSA AMIA. Rúa pasa vergüenza en lo del Gato Sylvestre

Texto: Bochornosa presentación de Alejandro Rúa en “Minuto Uno”, el programa de Gustavo Sylvestre. Rúa reemplazó a Nilda Garré en la Unidad AMIA del Poder Ejecutivo cuando Israel y la DAIA-AMIA denunciaron falsamente a Garré de haber publicado el nombre real del truchísimo “Testigo C”, el iraní Abolhasan Mesbahi, quien hace una década declaró en el juicio AMIA por teleconferencia desde Alemania con Stiuso soplándole al lado (cuando el sionismo denunció a Garré, el nombre de Mesbahi ya había sido publicado por varios periodistas, incluido quien escribe) y los hermanos De la Rúa (el presidente Fernando y el ministro Jorge, fallecido en agosto último) la dejaron caer.

Luego de que Sylvestre presentara en cámara los documentos de Cancillería en los que parece haberse basado Horacio Verbitsky al cumplirse el décimo atentado a la mutual judía para escribir su reveladora nota “InfAMIA”, documentos que prueban que a escasas horas de cometido el atentado y en el mismo avión en que vinieron agentes del Mossad y rescatistas del ejército israelí, vino también como enviado especial del primer ministro Issac Rabin, el embajador Dov Schnorak, a fin de reunirse con Menem y acordar una versión común: echarle la culpa a los islámicos y particularmente a Hezbolá.

Haciéndose el oso sueco, luego de admitir que aquella “no parece haber sido una actuación que conllevara el fin de esclarecer la verdad”, y que Sylvestre le hiciera ver que automática y simultáneamente Rabin le echaba la culpa a los shiís de Hezbolá y/o los sunnís de Hamas, pero en cualquier caso a musulmanes, Rúa se hizo el dolobu y propuso preguntarle a Israel qué había pasado, e incluso a Schmorak (que murió a fines de abril pasado a los 85 años).

El abogado Gabriel Labaké, defensor del inculpado Alberto Jacinto Kanoore Edul y autor de un grueso volumen, “AMIA-Embajada ¿Verdad o fraude?” le hizo notar que al acordar aquella versión común, Menem y el enviado de Rabin iniciaron el encubrimiento de los verdaderos asesinos, lo que motivó la salida al ruedo de Alejandro Bercovich quien le reprocho que echara a rodar la sospecha de que Israel fuera cómplice de la muerte de tantos judíos-argentinos, sin reparar en que la voladura en 1946 del hotel King David de Jerusalén, sede de la comandancia militar británica por el Irgun de Menahem Beguin, mató a 92 personas de las que 16 eran judías, lo que fue considerado apenas un “daño colateral”.

Si Beguin no tuvo consideración de aquellos judñios de Israel ¿por qué habríamos de extrañarnos de que a los fascistas israelíes les importen un pepino los judíos argentinos?

Cuando Labaké puntualizó que el tema central de la causa AMIA es la inexistencia de la supuestra Trafic-bomba, De la Rúa, que durante años imitó a Esteban Canevari y huyó sistemáticamente de las cámaras, retrocedió en chancletas y se puso a balbucear que la existencia de la camioneta-bomba no se podía discutir porque era cosa juzgada ya que el TOF 3 había dado por buena su existencia hace ya casi una década.

Labaké le recordó que la cosa juzgada no alcanza a los hechos, que pueden revisarse, y advirtió nuevamente que ese es el quid del asunto, y que si no se resuelve no permitirá esclarecer la verdad de los ocurrido, e insistió en que debe invalidarse todo lo actuado por Nisman.

Por suerte para el acorralado Rúa, entró entonces en escena Claudio Lifschitz ex agente de inteligencia de la Policía Federal a las órdenes del comisario Jorge Palacios (uno de los sometidos a juicio por encubridor), quien denunció al inicuo juez Galeano y a Stiuso en un libro que pergeño junto a la luego disuelta “Sala Patria” de la SIDE (uno de cuyos capitostes, Patricio Pfinnen, también está preso por encubridor).

Lifschitz jamás puso en tela de juicio la existencia de la fantasmagórica Trafic manejada por un kamikaze libanés teledirigido por los ayatolás iraníes, por lo De la Rúa pudo hacer clinch y escabullirse, evitando un nocaút, aunque no un módico papelón.? JS

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