sábado, 27 de junio de 2015

Nervios


Mucho nervio en Bruselas a estas horas. El gobierno griego decidió someter a votación popular el último plan de ajuste presentado por el FMI y los euroburócratas. ¿Será que adivinan el resultado de la votación? Un nervioso diario El País informa sobre los últimos acontecimientos. Las tres primeras notas vienen de allí:


Título: El jefe del Eurogrupo: “El Gobierno griego ha roto las negociaciones”

Epígrafe: Los ministros del euro ven cada vez más cerca un plan B para Grecia

Texto: La tensión en las negociaciones entre Grecia y el resto del Eurogrupo —la reunión de los 19 ministros de Finanzas de la zona euro— ha llegado este sábado a su máximo punto de ebullición. Tras casi cuatro horas de reunión entre los 19 ministros de Economía, el presidente del club del euro, Jeroen Dijsselbloem, ha asegurado que Grecia "ha roto el proceso de negociación" y ha prometido en rueda de prensa dar los pasos necesarios para mantener la "estabilidad y credibilidad" de la eurozona. No hay tiempo para que Atenas efectúe sus pagos a los acreedores y ante la posibilidad que fluctuaba en los pasillos de Bruselas sobre una prórroga del programa para ganar tiempo, Dijsselbloem ha sido fulminante: "El programa termina y terminará el próximo martes".

Ante el último órdago del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, sobre llevar a referéndum la propuesta de las instituciones, los socios de la moneda única han respondido este sábado con otro revés: "El plan B [el impago que conllevaría a un control de capitales y la posible salida de Grecia del euro, según considera el banco de Grecia] está más cerca de convertirse en el plan A", señaló contundentemente el ministro de Finanzas español, Luis de Guindos. El referéndum se mantiene: "Haremos lo que nos pida el pueblo griego" en las urnas, sentenció el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, quien aseguró que la pregunta versará sobre si se debe aceptar, o no, la última propuesta de las instituciones. A pesar de que la situación es crítica, Varoufakis ha asegurado que sigue luchando para conseguir un acuerdo con los acreedores. "En este momento crucial, aún estamos luchando por un pacto. No quiero especular con un fracaso", ha declarado a los periodistas después del Eurogrupo.

Pero las negociaciones han continuado esta tarde para asegurar la credibilidad de la zona euro, ha repetido Dijsselbloem hasta cuatro veces ante la negativa de Atenas de continuar adelante con las negociaciones. "Ahora discutiremos las consecuencias del referéndum en Grecia y del impago a los acreedores", comunicó. El gobierno del Banco Central Europeo se va a reunir mañana para discutir la situación de Grecia y de sus bancos, ha afirmado a Efe una fuente del Eurosistema. Varoufakis asegura que el fin de la ayuda pone en "riesgo permanente" a toda la zona euro.

Dijsselbloem, visiblemente decepcionado y "negativamente sorprendido" por los últimos acontecimientos, advirtió a la entrada de la reunión sobre las "consecuencias" que una consulta tendría sobre Grecia y señaló justo antes de entrar en la reunión que ahora "las puertas están cerradas" de cara a continuar con las negociaciones. Atenas ha roto con las conversaciones "unilateralmente", declaró el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, uno de los más duros con Grecia. Lo mismo opinó De Guindos quien además volvió a repetir que el tiempo se agota. El próximo martes 30 Atenas debe hacer un pago de 1.600 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) para lo que necesita más liquidez que solo vendrá con un acuerdo negociado antes de tal fecha.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, entró más serena en el Eurogrupo de este sábado y explicó que Atenas tiene que entender que "hay que hacer reformas profundas" para generar empleo y crecimiento en su economía y puso el ejemplo de los ajustes estructurales que llevaron a cabo Irlanda y Portugal, países también recatados. "Hemos tenido mucha flexibilidad" con Grecia, argumentó y animó a seguir trabajando en la misma dirección.

Las instituciones piden más reformas "estructurales y profundas", según Lagarde y recortes en la economía helena y hay puntos —especialmente en el IVA y las pensiones— por los que Atenas no está dispuesto a negociar. Ante este callejón sin salida, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, lanzó ayer el órdago del referéndum para el próximo 5 de julio. "El lugar de Grecia está en la eurozona", sentenció el comisario de Economía, Pierre Moscovici, "y si hay voluntad, se pueden arreglar las cosas".


Una semana de negociaciones

Tras dos Eurogrupos, dos cumbres y varias reuniones con las instituciones anteriormente conocidas como troika en apenas cinco días, Grecia y los acreedores no sólo no terminan de rematar el acuerdo, sino que ahora se ve ya casi imposible. "Las cosas se ponen ahora mucho más difíciles", admitió De Guindos a la entrada en la reunión de este sábado.

Según explicó el viernes una alta fuente europea, si no llega el acuerdo, los ministros empezarán a debatir un posible plan B, el eufemismo habitual en Bruselas —y en los mercados— para los escenarios de pesadilla: las consecuencias de un impago al FMI el martes, que pueden provocar controles de capitales e incluso una salida de Grecia del euro y de la UE, con un enorme efecto contagio en la periferia.

“El escenario central sigue siendo el acuerdo”, aseguraron horas antes de hacerse pública la decisión de Tsipras de consultar a los griegos el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el del Consejo, Donald Tusk. “Las opciones están al 50%”, dijo Tusk. La tensión seguía subiendo este sábado y el primer ministro griego denunció los “chantajes y ultimátums” de los acreedores. Europa se empeña en negar la mayor: Juncker aseguró que “no hay encima de la mesa nada parecido a un lo tomas o lo dejas”; más expeditivo, Tusk fue rotundo ante la prensa: “Quedan tres días”.

Ese plazo vence el domingo por la noche: los acreedores —anteriormente conocidos como socios— juegan con la variable de las posibles salidas de depósitos en la banca griega, que se han detenido en los dos últimos días por las perspectivas de un acuerdo pero que se podrían activar de nuevo el lunes en caso de ruptura. Los socios consideran que su última oferta “es suficientemente generosa”, según resumió la canciller Angela Merkel. Berlín sugirió que el pacto debe cerrarse antes del lunes sobre la base de esa propuesta, que pide algo más de esfuerzo a Grecia en el IVA y sobre todo en las pensiones.

A este escenario es preciso añadir el anuncio del referéndum en Grecia para el próximo 5 de julio. Aunque el anuncio sorprendió a los socios del euro —quienes tenían la intención de continuar con las negociaciones este sábado— los ministros de Finanzas no criticaron la decisión de Tsipras. "Es un decisión legítima de un Gobierno elegido democráticamente", coincidieron los ministros. El número dos en la coalición de gobierno alemana y líder del Partido Socialdemócrata, Sigmar Gabriel, mostró este sábado su apoyo a la consulta siempre que se presente "con claridad" a los ciudadanos la oferta europea de ayuda y el plan de reformas necesario. "Si las preguntas son claras, es decir, si está claro que lo que se votará es un programa negociado, entonces puede tener sentido", ha afirmado en declaraciones a la radio pública alemana, Deutschlandfunk.


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Título: Tsipras convoca un referéndum sobre la propuesta de la UE

Epígrafe: El primer ministro quiere que el pueblo griego decida sobre la oferta el próximo 5 de julio

Texto: El Consejo de Ministros extraordinario convocado este viernes por la noche por el primer ministro, Alexis Tsipras, para informar a su equipo de los últimos acontecimientos en Bruselas, acabó con un órdago a la grande, la convocatoria de un referéndum sobre el contenido de las propuestas de los socios, que el propio jefe de Gobierno, en un discurso en directo a la nación poco antes de la una de la madrugada, calificó de inaceptables. Tsipras afirmó haber informado de su decisión a los dirigentes europeos –este sábado estaba prevista en Bruselas una crítica reunión extraordinaria del Eurogrupo- y dado órdenes al consejo de ministros para celebrar una reunión del plenario de la Cámara, con el objetivo de poder convocar el referéndum para el próximo domingo 5 de julio.

El mismo Tsipras había aventado la posibilidad de una consulta el pasado 28 de abril, si el acuerdo con los socios cruzaba las líneas rojas del Gobierno. Volvió a repetir esa idea en su mensaje al país: “Los acreedores nos piden medidas que perjudicarán a los trabajadores, los pensionistas; nos reclaman recortes de los sueldos públicos y una subida del IVA”, dijo; “en todo este periodo de negociaciones se nos ha pedido reiteradamente que aplicáramos acuerdos anteriores, y en ningún momento nos hemos doblegado. Desde hace seis meses el Gobierno da la batalla [a los socios] en condiciones de asfixia económica para revertir la austeridad (…) Por eso [anuncio el referéndum], por nosotros, por las futuras generaciones, por la historia de los griegos… Por la soberanía y la dignidad de nuestro pueblo”, declaró.

A juzgar por las caras de circunstancias de los ministros en las pocas imágenes difundidas al inicio del consejo –el de Finanzas, Yanis Varoufakis, mordisqueaba con tensión la capucha de un boli-, todo hacía presagiar que la reunión del Eurogrupo de hoy iba a resultar infructuosa. También las declaraciones previas de algunos miembros del Gabinete pertenecientes al círculo más próximo de Tsipras, como el titular de Trabajo (“muy pequeñas posibilidades de lograr un acuerdo” el sábado) o el de Economía, que por vez primera usó públicamente la palabra “ruptura” con los socios. Otros ministros, sin embargo, incluido el propio Varoufakis, se mostraron hasta el último minuto confiados en la posibilidad de cerrar un pacto.

Pero la pirueta que dio esta noche el Gobierno griego no sólo aleja el acuerdo, también abre una incógnita de dimensiones mayúsculas, pues la prórroga del actual rescate expira el próximo martes, el mismo día que Grecia debería devolver 1.600 millones al Fondo Monetario Internacional. Preguntado a la salida del consejo de ministros extraordinario, el ministro de Energía, Panayotis Lafazanis –líder de la Plataforma de Izquierda, el bastión más radical de Syriza-, declaró que los miembros del Gobierno van a votar no en el reférendum, y que espera que los ciudadanos hagan lo mismo. Más contemporizador, el titular de Sanidad, Panayotís Kurublís (exsocialista), manifestó que el referéndum no implica salir de la UE.

Pocas horas antes del anuncio, medios locales informaban de algunas colas ante los cajeros automáticos, sobre todo por parte de jubilados, cuyas pensiones de junio, informó este viernes el responsable del mayor fondo estatal, están aseguradas.


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Título: Esbozo del plan B de la UE

Epígrafe: Los acreedores planean la hoja de ruta a seguir si Grecia deja de poder afrontar sus pagos

Texto: La panoplia de opciones que se abren después de que el viernes por la noche el primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunciara que convoca un referéndum sobre la propuesta de los socios es muy diversa. Los acreedores (la Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo) pusieron en marcha hace meses, con el máximo sigilo, una célula formada por funcionarios de varias instituciones para preparar un plan B si llega un momento en el que Grecia no puede pagar.

“Sería suicida no tener preparados los mínimos cortafuegos”, decía en marzo pasado un alto funcionario comunitario. Fuentes conocedoras de esos planes contaban entonces algunos detalles:

Uno: se produciría una nacionalización inmediata en Rumanía y Bulgaria de las filiales de los bancos griegos en esos dos países.
Dos: se activarían controles de capital, incluso de forma asimétrica en el lado europeo, a pesar de que se considera que el riesgo financiero en Grecia es escaso y absorbible, y sería necesario el recurso al BCE.

Y tres: la clave sería la postura del Banco Central de Grecia en caso de impago técnico. ¿Si el BCE decide cortar las líneas de emergencia, el Banco de Grecia lo haría automáticamente? En 2012 también se hicieron planes de contingencia. En aquel momento, se planteaba un escenario de colaboración entre las autoridades griegas y las europeas; esta vez, las instituciones continentales no tienen claro el grado de colaboración del bando griego.

La eurozona está hoy mejor pertrechada que en 2012 para combatir la crisis, pero aun así esa salida tendría un enorme efecto indirecto a través de los mercados. El euro es esencialmente un proyecto político: si resurgen las dudas sobre la unidad de la eurozona reaparecerían las dificultades con las primas de riesgo en los países más endeudados (Italia, Portugal, Irlanda, España).

Los expertos no son optimistas. “Tanto los acreedores como Grecia están reaccionando de una forma muy emocional. Los costes de una salida serían gigantescos. Pero quizá no a corto plazo: es posible que Europa pueda contener el contagio, pero el problema resurgiría en la próxima crisis. Un Grexit sería el principio del fin de la eurozona: desestabilizaría el euro”, decía esta primavera Paul De Grauwe, de la London School of Economics. “Lo preocupante es que todo el mundo hable ya del Grexit con esa ligereza en Bruselas”, aseguraba Ángel Ubide, del Peterson.


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Finalmente, un comentario más general que rescatamos del sitio web Moon of Alabama:


Título: The Greek Tragedy: Curtain Closes On Most Absurd Act

Texto: Nothing was posted here so far on the Greece tragedy. I did not touch the issue as there was excellent coverage elsewhere and what the whole issue produced so far was more absurd theater than serious economic policy. But one act of the drama is now coming to a preliminary end and the tragedy may now unfold into something new with potential serious geopolitical consequences.

Greece took up a lot of debt when banks were giving away money without caring for the ability of the debtor to pay back. When that game ran out, some six years ago, Greece could not no longer take up new credit to pay back its old debts. That is the point where it should have defaulted.

But the Greece government was pressed on to pay back the debt to the commercial banks even when it had no money and not enough income to ever do so. Bank lobbyists pressed other EU governments to raid their taxpayers to indirectly cover the banks' losses. These other governments then pushed Greece to take on "emergency loans" from their states to pay the foreign commercial banks.

Nothing of that money ever reached the people in need in Greece. Here is a gif that explains what happened to all those foreign taxpayer loans treats "given to the Greek".

To get these new loans Greece had to agree to lunatic economic measures, an austerity program and neoliberal "reforms", to fix its balance of payments. But austerity has never worked, does not work and will never work. It crashes economies, lowers tax incomes and thereby further hinders a government to pay back it debts. It creates a vicious cycle that ends in an economic catastrophe.

After six years of austerity nonsense the Greece voted for a new party that promised to end the cycle and stop the austerity measures. But the new Syriza government misjudge the situation and the nastiness and criminal energy of the other governments and organizations it was negotiating with. It early on said it would not default and thereby took away its own best negotiation argument. The negotiations failed. The creditors still demand more and more austerity. Now it will have to default but under circumstances that will make it much more difficult for Greece to get back on its feet.

Yesterday the Syriza prime minister Tsirpas, in a speech to his people, called for an end of the blackmail and for a referendum to decide on the way forward:


Fellow Greeks, to the blackmailing of the ultimatum that asks us to accept a severe and degrading austerity without end and without any prospect for a social and economic recovery, I ask you to respond in a sovereign and proud way, as the history of the Greek people commands.

To authoritarianism and harsh austerity, we will respond with democracy, calmly and decisively. Greece, the birthplace of democracy will send a resounding democratic response to Europe and the world.


Paul Maison of Channel 4 news sees this as a positive and likely successful step. The people will vote no to austerity and the IMF, European Central Bank and various country governments will still keep giving fresh money to Greece. Yves Smith at Naked Capitalism does not believe that this will happen. She calls the referendum a sham. Greece will default and the only thing the referendum will do is to keep Syriza in the political business. She blames Tsipras for having misjudged the situation and for being unprepared of what is likely to come:

Greek defiance of its creditors will make it more, not less dependent on them in the next year. How badly things turn out for Greece will depend in significant degree on how much they do to ameliorate the impact of the implosion of the banking system, whether they take extreme measures to keep Greece in the Eurozone, and if Greece tumbles out, how much they provide in humanitarian aid and targeted trade financing (most important, for petroleum imports).

Greece should have defaulted six years ago. Tsipras should have prepared for default immediately after he became premier. He should have used it as a threat during the negotiations. Greece will now have to default in the worst possible situation and with little thought given to the consequences of the default.

But the consequences will not be limited to Greece.There will be consequences for the EU, for NATO and for the political balance in the Mediterranean. Greece may now decide to leave the "western" realm and thereby set an example others could follow.

The German and other European governments promised their taxpayers that Greece will not default and that the austerity program pushed onto it will succeed. They will now rightfully lose some of their political and economic credibility. The Greece default will be a somewhat harsh and expensive lesson for the voters in those countries too. Let's hope that they will draw the right conclusions.



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