Putin tenía
razón. Había que meter un poco de presión sobre el terreno para que las cosas comenzaran un proceso de decantación en los espíritus, sobre todo en el de los europeos. La acción directa de los militares rusos sobre los cielos de Siria
comienza a dar resultados concretos y, en algunos casos, asombrosos. Un ejemplo
es Francia, quien se apresta a dar un giro de 180° en su política exterior
respecto de Siria y, tal vez, de todo el Medio Oriente y Norte de Africa. La
siguiente nota de Gabriela Cañas y Natalia Sacha para El País da cuenta de
estos cambios.
Título: Francia
contempla cooperar con las fuerzas de El Asad contra el ISIS
Subtítulos: El
ministro de Exteriores apunta que será necesaria una acción terrestre / Damasco
da la bienvenida a esta posición / Laurent Fabius: “Habrá que actuar en tierra
con tropas árabes o kurdas”
Texto: La reunión
entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el francés, François Hollande, ha
dado un primer resultado: el ministro de Exteriores galo, Laurent Fabius,
indicó este viernes que París contempla cooperar con las tropas del régimen
sirio en la ofensiva contra el Estado Islámico en el marco de la transición política
que la comunidad internacional impulsa en Siria. Fabius apuntó que los
bombardeos no son suficientes, que es necesaria una acción terrestre, y que en
ella puede tener un papel el régimen de Bachar el Asad. Damasco dio la
bienvenida a esa posición.
Tras los
atentados del 13 de noviembre, el Gobierno francés ha intensificado sus
bombardeos sobre posiciones del ISIS en Siria e Irak y ha lanzado una ofensiva
diplomática para lograr una mayor coordinación internacional en las operaciones
contra el grupo terrorista. Sin embargo, no contempla desplegar tropas sobre el
terreno, una faceta de la acción militar que París considera indispensable para
el éxito. “Deben ser tropas sirias, árabes, kurdas...”, indicó Laurent Fabius,
ministro de Exteriores francés, en una entrevista mantenida con cinco
periódicos europeos, entre ellos EL PAÍS. Fabius aclaró posteriormente que su
Gobierno considera la posibilidad de “cooperar con las fuerzas del Ejército
sirio en el marco de una transición política creíble”.
Se trata de la
primera vez que el Ejecutivo francés manifiesta de forma explícita la
posibilidad de cooperar sobre el plano militar con las fuerzas del régimen.
Fabius, sin
embargo, no considera que este sea un cambio de posición porque esa cooperación
se enmarcaría siempre en esa transición política siria, en la que, considera,
no puede participar Bachar el Asad. Sí admite el Gobierno de François Hollande
“elementos del régimen” en dicha transición.
La prioridad del
Gobierno de Hollande es ahora atacar duramente al ISIS y sumar aliados a una
gran coalición global. “Francia luchará hasta el final y ganará su batalla
contra el terrorismo”, afirmó este viernes el presidente francés en el
emocionante homenaje a las 130 víctimas de los atentados de París. Moscú, que
anteriormente ha bombardeado a la oposición al régimen, ha sido sensible a las
demandas de París tras dichos atentados y ha empezado a coordinar sus acciones
con Francia. Según Fabius, Putin y Hollande han acordado “establecer un mapa de
las fuerzas que no son terroristas y que combaten al ISIS”. Moscú se abstendrá
de bombardear a dichas fuerzas.
La posibilidad de
que las tropas del régimen sirio combatan en el terreno con tropas aliadas
contra el ISIS ha sido bien recibida en Damasco. “Más vale tarde que nunca”,
respondió desde Moscú el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid Mouallem.
“Si Fabius es serio respecto a lo de trabajar con el Ejército sirio, y con
tropas en el terreno contra Daesh [acrónimo árabe peyorativo en referencia al
ISIS], damos la bienvenida a tal proposición”. Sin embargo, el ministro
matizaba sus declaraciones indicando que para ello sería necesario “un cambio
fundamental”.
“Por cambio
fundamental, hace referencia a un cambio radical en la política francesa en su
apoyo a países como Turquía o Arabia Saudí que alimentan al terrorismo en
Siria”, valora en una conversación telefónica Bassam Abu Abdalá, analista y
profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Damasco. “Y ello
incluye no interferir en los asuntos sirios internos como la elección del
presidente”, añade. Para Abu Abdalá, las recientes visitas de tres delegaciones
parlamentarias francesas a Siria ponen de manifiesto un cambio “en la atmósfera
política francesa para con Siria”, exacerbada tras los ataques de París.
El desarrollo de
la posición francesa se enmarca en el esfuerzo de los principales actores
internacionales por impulsar una transición política en Siria. A las
conversaciones se incorporó recientemente Irán, y los analistas han observado en
los últimos tiempos una moderación de los llamamientos de las potencias
occidentales a una inmediata salida de Bachar el Asad del poder.
Moscú ha sido la
penúltima etapa de Hollande en su ofensiva diplomática para recabar apoyos a la
coalición global contra el ISIS. Tras entrevistarse también con los mandatarios
del Reino Unido, Estados Unidos, Alemania e Italia, verá este domingo en París
al chino Xi Jinping.
Cuatro países
(Reino Unido, Alemania, Finlandia e Irlanda) han ofrecido ya su apoyo a tal proyecto.
El refuerzo de las tropas en Malí aliviaría la carga francesa en la zona para
poder concentrarse en Oriente Próximo. Alemania ayudará en ambos frentes. Reino
Unido, ampliando, si su Parlamento lo permite, sus bombardeos a Siria (ahora
solo lo hace en Irak). Finlandia ofrece apoyo logístico en Erbil, en el norte
de Irak, y también en Malí. En este último país también podrían añadirse tropas
irlandesas.
El refuerzo de la
llamada operación Chammal en Oriente Próximo ha dejado a Francia al límite de
sus capacidades militares en el exterior. París tiene destacados en la zona a
3.500 efectivos y un gran arsenal bélico (38 aviones) que le ha permitido en
los últimos diez días, desde el 15 de noviembre, realizar 106 vuelos sobre
Siria e Irak y llevar a cabo 20 bombardeos contra el ISIS. Son operaciones que
se desarrollan en paralelo en otro polvorín terrorista, el Sahel, donde Francia
tiene desplegados a 4.500 soldados.
Apoyo alemán
Alemania es el
país que ha puesto sobre la mesa la propuesta más concreta, al aceptar enviar
650 soldados a Malí, un país desestabilizado por grupos terroristas donde las
tropas francesas pelean junto a los cascos azules de la Minusma. Berlín
aportará, además, para Oriente Próximo entre cuatro y seis aviones de reconocimiento
Tornado, aviones cisterna y una fragata para custodiar el portaviones Charles
de Gaulle.
El Sahel es un
avispero. El pasado día 20, un grupo terrorista mató a 19 personas en una toma
de rehenes en el hotel Radisson Blu de la capital maliense, Bamako. Gracias a
las fuerzas allí establecidas, Francia pudo enviar inmediatamente a 40 expertos
antiterroristas que participaron finalmente en la liberación de los rehenes.
Las últimas
operaciones francesas en el norte de Malí han llevado a la muerte de dos
terroristas y la detención de varios de ellos. La misión en este momento es
destruir los refugios de los grupos terroristas, según informa del Ministerio
de Defensa, e intentar que no logren reconstruirlos.
Estas son
operaciones que cuentan con el beneplácito de la población francesa y de todo
el arco parlamentario político. El pasado miércoles, la Asamblea Nacional
aprobó casi por unanimidad (515 votos a favor contra cuatro) el refuerzo del
despliegue militar francés en Oriente Próximo.
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