Vía El Pájaro
Rojo llegamos a esta interesante nota de Enrique Montánchez para el portal de
noticias Mil21.es. El tema: la sorpresa occidental ante el despliegue militar
ruso en Siria. Acá va la nota:
Título: Sorpresa
del jefe de las fuerzas de EEUU en Europa por las nuevas armas y rapidez del
Ejército ruso en Siria
Texto: El éxito
militar de Rusia en Siria ha sorprendido al jefe de las fuerzas de Estados
Unidos en Europa, teniente general Ben Hodges. “La capacidad de los rusos de
mover gran cantidad de fuerzas muy rápido y sus nuevas armas no es algo que nos
guste”, asegura el máximo responsable del Pentágono en suelo europeo. El
sobresalto se ha extendido a la OTAN, según revela el periódico italiano “Il
Giornale”.
En declaraciones
a la publicación “Defense News” el 18 de octubre, el general Frederick Benjamin
(Ben) Hodges (57), jefe de las fuerzas estadounidenses en Europa, muestra su
sorpresa por “la capacidad de los rusos de mover un montón de cosas muy
rápido”. Y se sincera al reconocer que “yo
soy uno de los sorprendidas por el movimiento de los rusos en Siria. Pensé que
estaban tan estresados ??con lo que estaban haciendo [en Ucrania] que no me di
cuenta de que también tenían capacidad de trasladarse a Siria”.
El general
Hodges, jefe de las tropas de EEUU en Europa, desvela que se ha visto
sorprendido por la capacidad militar de los rusos. El máximo responsable militar
norteamericano en suelo europeo admite que Moscú tiene mayor potencial de lo
que había imaginado y deja en evidencia a los servicios de inteligencia por no
advertirle de los pasos que estaba dando el Ejército ruso.
Reconocer un
“agujero negro” de esta magnitud obligará a un replanteamiento general de la
inteligencia militar de la Alianza Atlántica y, probablemente, el cese del
general Hodges, a juicio de las fuentes consultadas por MIL21.
En estas
circunstancias es lógico preguntarse si en un eventual enfrentamiento entre la
OTAN y Rusia a causa del conflicto de Ucrania o cualquier otro que surja, los
ejércitos aliados disponen de una información real de las capacidades militares
de Rusia o si actuarían prácticamente a ciegas en una confrontación de
consecuencias imprevisibles.
Washington estaba
convencido de que Rusia, con una recesión económica del 3,5% prevista para este
año debido a la caída del precio del petróleo, a la falta de liquidez y a las
severas sanciones económicas occidentales por la adhesión de Crimea, no estaría
en condiciones de afrontar una costosa aventura militar expedicionaria lejos de
sus fronteras.
Burbuja rusa en
el Mediterráneo
En sus
declaraciones el general Hodges afirma que “desde Kaliningrado y Crimea, Rusia
es capaz de negar el acceso [de las fuerzas de la OTAN] al Mar Báltico y al Mar
Negro”.
Y añade:
“Asimismo, tienen la capacidad de crear una especie de burbuja que abarca más
de un cuarto del Mediterráneo con los sistemas de defensa aérea que se han
desplegado en Siria”. Sin citarlos expresamente, se refiere a las distintas
familias de misiles antiaéreos S-300, a los bombarderos que operan desde la
base aérea de Latakia y a los buques de guerra desde la base naval de Tartus.
Los estrategas
del Pentágono han subestimado la capacidad de sacrificio del pueblo ruso y
parecen haber hecho caso omiso de las “lecciones aprendidas” que estudian en
las academias militares sobre la denominada “Gran Guerra Patria”, que supuso
para la Rusia laminada por la invasión nazi poner en pie de guerra una
gigantesca maquinaria militar con millones de hombres y mujeres.
Nerviosismo entre
los legisladores de Washington
En este caldo de
cultivo, la agencia Reuters desvelaba el 8 de febrero en una información
exclusiva que los Comités de Inteligencia del Senado y la Cámara de
Representantes estadounidenses habían comenzado a investigar “por qué las
agencias de inteligencia tardaron en comprender el alcance y la intención de la
ofensiva de Rusia en Siria”.
Los legisladores
norteamericanos quieren conocer donde se encuentran los “puntos ciegos” de la
comunidad de inteligencia que habían llevado a conocer por sorpresa la adhesión
rusa de Crimea el año pasado y ahora la intervención en Siria.
Según Reuters un
alto funcionario del gobierno, que pidió no ser identificado, insistió en que
no había “ninguna sorpresa” y que las autoridades estaban “cómodas” con la
inteligencia que recibieron en el período previo a la ofensiva rusa.
Obama trata de
recuperar la iniciativa
“Las agencias de
espionaje habían rastreado cuidadosamente acumulación de material y personal en
Siria por parte del presidente Putin”, aseguraba el funcionario. Reconoció, sin
embargo, que “los responsables de inteligencia se vieron sorprendidos por la
velocidad y agresividad de la ofensiva aérea rusa y los objetivos atacados, que
incluían a los rebeldes apoyados por Estados Unidos”, destaca la agencia de
prensa.
En este ambiente
le es difícil al presidente Obama tomar las decisiones correctas para recuperar
la iniciativa ante Rusia, concluía Reuters.
Es evidente que
la Administración norteamericana, las agencias de inteligencia, el poder
legislativo y los propios militares, como atestigua el general Hodges, se
encuentran ante un fuego cruzado en el que unos y otros se culpan. Un escenario
que el consumado jugador de ajedrez y exespía Vladimir Putin aprovecha
hábilmente.
Los Estados
Unidos en estado de shock
El diario de
Milán “Il Giornale”, fundado en 1974 por el prestigioso periodista Indro
Montanelli y actualmente propiedad de la familia Berlusconi, da un paso más y
afirma en un largo artículo que los Estados Unidos se encuentran en estado de
shock por la inesperada capacidad militar de los rusos en Siria.
“No solo por sus
nuevas armas extremadamente precisas, sino también por su velocidad de
movimiento y la desfachatez del Kremlin al desafiar abiertamente a los
norteamericanos a que les entregasen la lista de los objetivos terroristas que
les gustaría fuesen bombardeados”, explica el periódico italiano.
El diario “Il
Giornale” escribe que EEUU y Europa todavía manejan el cliché de la época
soviética de un ejército ruso con miles de soldados andrajosos sobre vehículos
chatarra “Il Giornale” hace referencia a un artículo de “The New York Times”
que comparaba el efecto traumático de la intervención de Putin en Siria con el
lanzamiento del primer satélite artificial Sputnik el 4 de octubre de 1957.
En aquellos años,
Estados Unidos no esperaba que los soviéticos tomasen la delantera en la
carrera espacial, lo que obligó a un formidable esfuerzo científico y económico
para no quedarse atrás, que se vio recompensado con la llegada de astronautas
norteamericanos a la luna en 1969.
“Los
norteamericanos y también los europeos miraban al Ejército ruso con los viejos
clichés soviéticos: miles y miles de soldados con uniformes andrajosos
avanzando sobre montones de chatarra mientras disparan. Pero ahora, con la
intervención en Siria, estamos ante el primer caso de una Rusia que va más allá
de las fronteras del antiguo imperio, lo cual no ha sucedido desde los días de
Afganistán”, concluye “Il Giornale”.
Putin trata de
implantar la idea de que la OTAN, surgida en la Guerra Fría, carece hoy de
sentido Al otro lado del Atlántico, la edición digital del conservador
“Washington Examiner” denuncia que Rusia se ha embarcado en una operación a
gran escala cuyo objetivo es lograr la disolución de la OTAN, a base de
implantar entre los expertos occidentales la idea que esta organización militar
surgida en la Guerra Fría carece de sentido en la actualidad.
Así lo denuncia
el general retirado James Jones, exconsejero de Seguridad Nacional y exjefe de
las fuerzas estadounidenses en Europa. El militar hace un llamamiento para “no
quedarnos de brazos cruzados ante el mayor desafío estratégico desde el final
de la Guerra Fría”.
“Arco de acero”
frente a “cordón sanitario”
En la misma línea
se pronuncia el almirante Mark E. Ferguson, jefe de las fuerzas navales de
Estados Unidos en Europa, quien durante un discurso el pasado 6 de octubre en
el Cuartel General de Nápoles, afirmó que “Rusia está construyendo un “arco de
acero”, una red de bases sobre los flancos, desde el Báltico hasta el mar
Negro, para socavar la OTAN”.
Las declaraciones
de los máximos responsables militares estadounidenses confluyen en una mezcla
de sorpresa por el órdago de Putin en Siria, de temor ante la posibilidad o
certeza de que los ejércitos de Estados Unidos y la OTAN hayan sido desbordados
tecnológicamente por una nueva generación de armamento ruso, y la denuncias de
que Moscú construye un “arco de acero” formado por bases para neutralizar a la
OTAN.
El adversario
chino
Sin embargo, en
esta lucha de intereses encontrados entre los dos bloques, los militares
norteamericanos ocultan que la ampliación de la OTAN hacia el Este tuvo desde
su inicio la finalidad de crear un “cordón sanitario” alrededor de Rusia para
impedir que resurgiese como potencia militar de primer nivel.
De lograrlo,
Estados Unidos tendría las manos libres para volcar sus esfuerzos militares en
el que, de hecho, será su principal adversario a lo largo del siglo XXI: China,
que le disputa el liderazgo de la economía mundial.
“Cordón
sanitario” y “arco de acero” entre Estados Unidos y Rusia. “Collar de perlas” y
“nueva ruta de la seda”, impulsadas ambas por China para afianzarse como gran
potencia mundial. Son piezas del gran tablero de la geopolítica global en el
que subyacen colosales intereses económicos, como el control de los recursos
naturales (petróleo, gas, minerales y agua dulce) y las rutas comerciales que
vertebran el comercio y la vida de 7.000 millones de personas.
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