lunes, 2 de diciembre de 2013

Pasen y vean


Caricaturas del ex presidente hondureño Mel Zelaya y de su esposa y reciente candidata a presidenta, Xiomara Castro

Acá van cuatro noticias relacionadas con las elecciones del pasado 25 de Noviembre en Honduras. La primera es del diarío Página/12. Las otras tres de El País. Nada. Para saber algo de Honduras; para saber cómo se escribe la Historia. 

Título: Final discutido en una elección polémica

Epígrafe: Tanto Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, como Xiomara Castro, de Libre, se proclamaron ganadores. Con el 42 por ciento de las mesas escrutadas, aventajaba Hernández con el 34 por ciento frente al 28 de Castro.

Texto: "Juan Orlando Hernández, candidato del gobernante Partido Nacional, se alzaba con el 34,1 por ciento de los votos en las elecciones de ayer en Honduras. Con el 42 por ciento de las mesas escrutadas, el delfín de Porfirio Lobo se encaminaba a la presidencia, según el primer cómputo oficial, en tanto Xiomara Castro, candidata del Partido Libertad de Refundación (Libre), cosechaba el 28,4 por ciento de los sufragios. “Con los resultados que he recibido de bocas de urna de todo el país, puedo decirles: Soy la presidenta de Honduras”, se dio por ganadora Castro, esposa de Manuel Zelaya. El compañero de fórmula de Hernández, Ricardo Alvarez, proclamó ganador a su candidato.

Por primera vez participaron nueve partidos en elecciones generales, cuatro de los cuales surgieron tras el golpe de Estado que el 28 de junio de 2009 derrocó a Zelaya. Hubo seis aspirantes a la presidencia, entre ellos Mauricio Villeda del Partido Liberal –que obtenía un 20 por ciento de los votos– y Salvador Nasralla, del Partido Anticorrupción –15 por ciento–. Entre los postulantes a los que los sondeos no asignaron chances de ganar estuvo el general retirado Romeo Vásquez Velásquez, quien en 2009 era jefe de las fuerzas armadas y encabezó el golpe de Estado contra Zelaya.

“Quiero agradecer a los hombres y mujeres que con mucho sacrificio nos han acompañado en este proyecto político”, saludó Castro a sus seguidores. La esposa de Zelaya votó a las 13 hora local (16 de Argentina) en Catacamas, departamento oriental de Olancho. “Vamos a dedicar el tiempo, el esfuerzo, el alma, la vida y el corazón hasta lograr lo que el pueblo está esperando, el bienestar”, enfatizó Castro. “Mañana (por hoy) comienza una nueva Honduras; con fe y esperanza, a construir la nueva patria”, afirmó la candidata de Libre tras sufragar acompañada de su esposo y decenas de simpatizantes.

Castro señaló que de llegar al poder, convocaría una Asamblea Constituyente e invitó a su pueblo a que “aprovechemos la oportunidad que hoy tenemos, porque esta es una definición muy importante para Honduras”. Zelaya, coordinador de Libre, dijo tras votar que el proceso electoral se desarrolló de forma masiva y sumamente pacífica. “La propuesta de Libre es la refundación de Honduras”, subrayó Zelaya, derrocado hace cuatro años cuando promovía una consulta popular para reformar la Constitución.

De su lado, Hernández subrayó que los comicios transcurrieron en orden y con un nivel de participación que “va a ser histórico”, lo que demuestra que el hondureño es un pueblo pacífico que quiere estar unido y salir adelante. “Todos a votar, hay que votar por la paz, por la democracia, tenemos enormes problemas los hondureños y la única forma de resolverlos es aprovechando lo que ya está definido, como los programas sociales, y entender que sólo en paz podemos salir adelante”, arengó el presidente saliente Lobo tras emitir su sufragio.

De los 8,5 millones de hondureños, 5,3 millones fueron habilitados para elegir al presidente que sucederá a Lobo el 27 de enero; a tres vicepresidentes; 128 diputados nacionales; 20 diputados al Parlamento Centroamericano y 298 cargos municipales. Sobre la jornada, la jefa de la misión de observación electoral de la Unión Europea (UE), la eurodiputada austríaca Ulrike Lunacek, afirmó: “Hemos visto un proceso bien pacífico, un proceso donde ha habido transparencia y muy fluido”. El único incidente reportado fue el asesinato a balazos de cinco personas a 20 metros de un centro de votación en la comunidad Juan Francisco Bulnes, del departamento selvático Gracias a Dios.

El Tribunal Supremo Electoral de Honduras prorrogó una hora, hasta las 17 hora local (las 20 de Argentina), el cierre de las mesas. El organismo recomendó que los candidatos esperaran a que hubiera una tendencia definitiva en los resultados y evitaran declararse ganadores con anticipación: en Honduras no hay segunda vuelta y resulta presidente quien más votos obtenga. Unos 28.000 miembros de la fuerza armada y la Policía Nacional fueron afectados a las elecciones, informó el vocero del ejército, coronel Jeremías Arévalo. El dispositivo de seguridad abarcó todo el país, pues los comicios son “un evento de carácter nacional”, indicó Arévalo a periodistas. Las elecciones también fueron vigiladas por casi 20.000 observadores, mientras que más de 1300 periodistas hondureños y extranjeros dieron cobertura al proceso, según señaló el TSE.

Varios observadores internacionales fueron despojados el fin de semana de sus pasaportes por agentes de la Dirección de Migración y Extranjería y de la Policía de Investigación Criminal, denunció ayer el Partido Libre. “Los observadores de varios países, entre ellos de Colombia, México, Estados Unidos, República Dominicana y El Salvador, estaban hospedados en el hotel Aurora de Tegucigalpa cuando, intempestivamente, llegaron los agentes, armados y encapuchados, para exigirles su documentación”, dijo Eduardo Enrique Reina, vocero y candidato a vicepresidente por esa fuerza. Reina afirmó que los observadores estaban debidamente acreditados por el TSE y acusó al ministro del Interior, Africo Madrid, de haber ordenado la acción ilegal contra ellos, porque él es miembro de la comisión política del candidato oficialista, Juan Orlando Hernández. “Pareciera que son medidas desesperadas para tratar de coaccionar a tantos invitados que les agradecemos su presencia para que el pueblo se exprese libremente en las urnas”, enfatizó.

La Dirección General de Migración, al mando del general retirado Venancio Cervantes, no había devuelto los pasaportes, según el candidato de Libre, quien también denunció otro incidente similar contra un centenar de observadores internacionales que alojados en la comunidad jesuita de El Progreso, Yoro, norte de Honduras. Sobre este incidente, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh) denunció: “Agentes de migración del gobierno de Honduras han emprendido acciones intimidatorias y de hostigamiento en contra de delegaciones internacionales que ejercen la función de observadores y acompañantes de derechos humanos en el actual proceso electoral”.

Acá van las tres notas de El País:

Título: Honduras sin modelo

Texto: Un 45% de la población hondureña vive con un dólar al día y dos terceras partes (sobre 8,2 millones) deben arreglarse con no más de dos dólares. Honduras es el país más violento del planeta con 85 homicidios por 100.000 habitantes y año, lo que en 2010 restó un 10,5 % del PIB, casi 1.700 millones de dólares. Tras un largo periodo de turbulencia y la restauración en 1982 de algo que con ligereza se llamademocracia, esta modesta nación, que no figura en los cómputos estratégicos de ninguna gran potencia, se hizo acreedora a un golpe de Estado militar en junio de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya, que se vio obligado a abandonar el país en pijama, acusado de un repentino acceso de chavismo e inéditos planes de redistribución de la riqueza.

Desde la división de América Latina en dos izquierdas, la moderada de Lula-Rousseff en Brasil y la radical de sucesores y epígonos del difunto Hugo Chávez en el mundo bolivariano, y una eterna y única derecha, se espera que los dirigentes latinoamericanos se alineen en alguna de esas trincheras de política exterior. Y las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Honduras cobran por ello un interés que desborda largamente el peso internacional de esta nación centroamericana.

Estaba en juego el mantenimiento o no de un bipartidismo de los poderes fácticos entre el Partido Nacional y el Partido Liberal, con la aparición de un tercero en discordia, Libre (Libertad y Refundación), nacido de los grupos populares de resistencia al golpe, que dirige la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, junto al propio expresidente, al que se había permitido regresar en 2011. Pudorosamente, este solo ha asumido el puesto de coordinador general, ya que por ley no puede desempeñar un segundo mandato, pero, sobre todo, para que nadie olvide que son dos por el precio de uno. Los resultados oficiales consideran irreversible la victoria del Partido Nacional, con su candidato Juan Orlando Hernández, pero no está claro si el bipartidismo ha muertoo simplemente ha cambiado de ganador, porque en segundo lugar, gritando "fraude", figura el tándem matrimonial, mientras que alejado se encuentra el Partido Liberal al que había pertenecido Zelaya, y había sido la pareja clásica de ese bipartidismo.

Si hay que atenerse a las declaraciones de los Castro-Zelaya, su victoria habría sido a lo Lula en vez de a lo Chávez, puesto que, tras la muerte del líder bolivariano el pasado 5 de marzo, habían desaparecido de sus mítines las banderas cubana y venezolana, y la señora Zelaya había pasado a reivindicar un socialismo catracho, que es como decir hondureño castizo. Su conversión había sido, sin embargo, lo bastante convincente como para que el presidente de la Asociación Nacional de Industriales, Adolfo Fito Facussé, se expresara de manera muy receptiva ante la suerte electoral de la pareja. El triunfo de Hernández, cuyo programa era todo un clásico: mano dura contra el crimen y alguna caridad para los más desfavorecidos, resultaría, sin embargo, en cualquier otra latitud fuertemente extraño. Veáse si no el Latinobarómetro de Marta Lagos: solo el 47% de los hondureños apoya la democracia reinante, nueve puntos menos que la media latinoamericana; apenas un 18% expresa alguna satisfacción con el sistema, 21 puntos por debajo de la media; un miserable 12% considera justa la distribución de la riqueza en el país; y en consonancia el 86% afirma que los que gobiernan lo hacen en su propio beneficio. Y, pese a todo ello, gana el representante del continuismo. ¿Conducción caciquil del voto; compra de sufragios, manoseo del censo? O será que a Castro le ha perjudicado la apariencia de que a quien elegían era a su marido.

La segunda incógnita atañía al modelo de Gobierno. La previsible victoria de la socialista Bachelet el 15 de diciembre en las presidenciales chilenas planteaba la disyuntiva entre el modelo economicista de la derecha saliente y una socialdemocratización de la izquierda entrante. Honduras, en cambio, va a seguir aparentemente sin modelo conocido. La victoria de una derecha machihembrada ahondará el retroceso de la línea chavista, sin aportar ninguna propuesta nueva. Pero, pese a ello, Honduras difícilmente volverá a ser la de antes del golpe porque ha nacido una fuerza que habla de refundación constituyente y de atacar crimen y atraso no con la policía —por lo demás, perfectamente inútil— sino por la educación regeneradora de un país que hasta hace nada parecía no importarle a nadie. Ni a sus gobernantes.


Título: Dios también decide en las elecciones de Honduras

Texto: En un país donde el 90% de los habitantes son creyentes y con una tasa de analfabetismo real del 15%, Dios puede decidir presidentes o, al menos, es lo que creen las iglesias hondureñas que intervienen en la campaña electoral a favor o en detrimento de algunos candidatos. Hace menos de un mes, el pastor de la iglesia evangélica Ministerio Manantial, Roy Santos, apareció en los medios de comunicación para decir queDios mismo le había hablado mientras oraba para criticar la candidatura de Xiomara Castro, la esposa del presidente Manuel Zelaya, derrocado por el golpe de Estado de 2009.

“El país está en una amenaza por lo que los gobernantes permitieron al dar autoridad a lo que yo había sacado con mi poder el 28 de junio del 2009. Por quedar bien con las naciones, se alejaron de mi voluntad y no escucharon a mis siervos. Por eso, hoy están en riesgo los destinos de esta nación. Porque los que hoy buscan nuevamente el poder tienen planes malévolos estos últimos días, porque están intimidando y sobornando", le confesó supuestamente Dios mismo al pastor Santos, vicepresidente de la Confraternidad Evangélica.
La comunidad evangélica en Honduras ronda los dos millones de fieles, un cuarto de la población. El pastor, con gran influencia mediática y política, se atrevió a asegurar que Dios le había pronosticado la victoria de Juan Orlando Hernández, candidato del oficialista Partido Nacional –empatado en las encuestas con Castro– o de Mauricio Villeda, candidato del Partido Liberal y tercero en las encuestas. Curiosamente, se trata delas dos formaciones históricas del bipartidismo hondureño, que se han alternado el poder y que avalaron el golpe de Estado. De hecho, en el 2009 los jerarcas de la iglesia evangélica y católica se pronunciaron a favor del Gobierno de facto.

Esta semana, el pastor Evelio Reyes - otro peso pesado de los evangélicos en Honduras - en entrevista con EL PAÍS, se mostró más moderado que su colega Santos pero aseveró que “es nuestra obligación lograr por parte del pueblo la mayoría de votos afín de legislar de una manera que no sea contraria a la fe”. En este sentido, pidió al pueblo que vea “qué hay detrás de los sombreros, de las boinas, de los bigotes” en una clara referencia al partido LIBRE, donde tanto Castro como Zelaya –quien luce bigote– usan el sombrero campesino hondureño como símbolo de su origen agrario.

Se trata del mismo pastor que, a finales de agosto, fue sobreseído del delito de discriminación sexual al haber declarado que “en el nombre de Jesús, atamos todos los intentos de dar poder y autoridad a través del voto a candidatos inmorales, incapaces. No voten por homosexuales y lesbianas, que corrompen los modelos de Dios. Que los hondureños no voten por los enemigos de Dios”.

La denuncia había sido interpuesta por la Asociación Por Una Vida Mejor de Personas Infectadas y Afectadas por el VIH/ SIDA en Honduras (APUVIMEH, que también defiende los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) en el país.

Victoria Gómez, educadora transexual de la organización, era una de las cuatro personas de la comunidad LGTB que aspiraban a cargos de elección popular en las primarias del partido LIBRE y fue una de las impulsoras del juicio: “Él está considerado como el enviado de Dios en la iglesia evangélica. Tiene influencia en mucha gente. Que él diga que nosotros no somos personas dignas de un cargo público genera mucho rechazo en la población. Nos ven como diablos o pervertidos cuando eso no es cierto, incluso somos creyentes y Dios no dice nada contra nosotros, él es amor”. Después de las declaraciones de Reyes ninguno siguió como candidato.

Cuatro días antes del juicio al pastor Reyes, Victoria Gómez fue asaltada por dos hombres que la golpearon y le robaron la identificación, por lo que casi no pudo ir a declarar a falta de otro documento. Este tipo de agresiones son algo habitual en la comunidad LGTB, sobre todo hacia las personas transexuales que trabajan en las calles.

Desde 2009 hasta ahora, 115 personas del colectivo LGTB han sido asesinadas en el país, 53 de ellas transexuales. En el país más violento del mundo, muchos de estos homicidios son fruto de la delincuencia común, pero un porcentaje importante responde a crímenes de odio. “Ha habido casos muy claros por la saña. Los apuñalan, los incineran o aparecen mutilados. Estos gestos denotan una fuerte homofobia o transfobia y prácticamente todos siguen impunes”, relata José Zambrano, director de la asociación APUVIMEH.

En este contexto, declaraciones como las de Reyes no son inocentes. Honduras es un país extremadamente conservador y todos los candidatos se reconocen cristianos y usan el nombre de Dios. Temas como el aborto o el matrimonio homosexual han sido rechazados por todos los candidatos. Sin embargo, durante el Gobierno de Zelaya se despenalizó la píldora anticonceptiva de emergencia o del día después. En los primeros días del Gobierno de facto se volvió a prohibir y sigue así hasta ahora. El movimiento LGTB se volvió un actor público por primera vez en las movilizaciones ciudadanas de oposición al golpe. Ahora, suben al estrado en los mítines de LIBRE junto a la candidata y su única demanda es el reconocimiento “En esta sociedad tan homofóbica y machista la prioridad es combatir la exclusión, una educación amigable, derecho a la salud y trabajo sin discriminación, lo demás vendrá por añadidura”, concluye Gómez.

Título: El expresidente Zelaya impugna la victoria de la derecha en Honduras

Texto: Campechano, sonriente y seguro de su triunfo, el presidente electo de Honduras, Juan Orlando Hernández compareció ante la prensa con un mensaje de unidad. “El pueblo hondureño escogió la paz, en lugar de la violencia política. Una parte del electorado no votó por mí, pero voy a gobernar para todos”, dijo. Hernández es un animal político que ha sabido remontar una campaña en la que empezó perdiendo y donde anoche, con el 54% de los votos escrutados, ganaba por seis puntos. Podría ser un margen suficientemente amplio para disipar cualquier sospecha de fraude, pero en una sociedad polarizada por el golpe de Estado de 2009, parte de la sociedad veía en estas elecciones la posibilidad de revertir en las urnas. La contienda se ha vivido con una emoción a flor de piel.

La candidata de Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, se declaró ganadora a las ocho de la tarde del domingo hora hondureña y en la madrugada del lunes denunció cientos de irregularidades. Ese día, su esposo y coordinador del partido, el expresidente depuesto en el golpe, Manuel Zelaya, salió a reiterar las acusaciones de fraude. “Vamos a defender el triunfo que obtuvimos en la urnas al tribunal y si es necesario ir a las calles vamos a ir”, espetó Zelaya arropado por centenares de sus partidarios en el Hotel Clarión de Tegucigalpa. Los mismos seguidores que en 2009 eran dispersados con gas a las puertas de este hotel por exigir la restitución del expresidente mientras dentro, la Organización de Estados Americanos intentaba sin éxito llegar a un acuerdo con el Gobierno de facto. Zelaya no volvió al país hasta dos años después, en 2011 y en 18 meses ha conseguido levantar un partido que le disputaba el triunfo al candidato oficialista. Bajo el liderazgo del expresidente se agruparon desde liberales históricos fieles al Ejecutivo y empresarios progresistas, hasta líderes sindicales y la izquierda radical que marchó durante cinco meses contra el golpe de Estado y que ahora quieren volver a demostrar su fuerza en la calle. El expresidente matizó que antes de lanzarse a la calle exigirán un recuento.

Zelaya denuncia que las autoridades electorales han ignorado el 20% de las actas donde ganaría Libre. Sus seguidores portaban pancartas llamando a la movilización. El presidente saliente, Porfirio Lobo, quiso dar por zanjada la discusión por radio y televisión al declarar ganador a Hernández, su delfín. “Se abre una precrisis política que frustra la transición, Libre es una fuerza nueva convencida de la victoria y habrá resistencia a esos resultados”, señala Gustavo Irías, director del Centro de Estudios Para la Democracia.

Pese a tener solo 45 años, Hernández consiguió con habilidad política darle un vuelco a la campaña con una propuesta de mano dura. El presidente electo prometió reforzar la presencia del Ejército en las calles y “hacer lo que tenga que hacer para erradicar la delincuencia”. En un país donde cada día asesinan a 22 personas y donde la policía se enfrenta a juicios por colusión con el crimen organizado, el énfasis en la seguridad puede haber sido clave en su victoria. “Estas elecciones han sido un referéndum sobre la policía militar”, dijo el propio Hernández el lunes a la prensa. Su bandera de campaña ha sido un nuevo cuerpo entrenado y dependiente de las Fuerzas Armadas que se dedique a combatir la delincuencia."

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