sábado, 21 de enero de 2017

Editoriales


Ayer habló el que te dije, luego de lo cual se fue al Salón Oval de la Casa Blanca y comenzó a firmar decretos. Pánico en Europa y algunas otras regiones del globo. Lean, si no, estas editoriales (sin firma) de los chicos del diario español El País:


Título: EDITORIAL - Triste confirmación: La toma de posesión de Trump ratifica el pesimismo sobre su presidencia

Texto: Cumpliendo las peores previsiones, las primeras palabras de Donald Trump como presidente de Estados Unidos han estado impregnadas de populismo, nacionalismo y agresividad. Si un discurso inaugural sirve para avanzar cómo pueden ser los próximos cuatro años, del de Trump se desprende que el mundo debe prepararse para atravesar tiempos difíciles llenos de turbulencias y actitudes tan hostiles como imprevisibles.

Siguiendo el guion básico del discurso populista, Trump ha subrayado repetidamente la división entre la gente y quienes considera sus enemigos, ya sean estos la clase política de Washington, la economía internacional o las naciones amigas en cuya defensa EE UU ha colaborado. Una vez más se ha prodigado en sus ataques al establishment de Washington y apelado a la solidaridad entre los ciudadanos más patriotas y humildes, obviando el hecho de que su trayectoria empresarial y declaraciones de impuestos revelarían, si accediera a publicarlas, cuán cínicas y falsas son sus promesas.

Resulta revelador del narcisismo de Trump que en su intervención no haya citado absolutamente a nadie relevante en la historia del país al que tanto ama. No ha encontrado a ningún presidente, pensador, político o filósofo del que tomar prestada una cita o una idea. Del principio al fin ha sido solo Trump. Y ha dibujado un país devastado y empobrecido que se contradice en la realidad con el legado de su predecesor, Barack Obama, a quien sí que le tocó asumir la presidencia en medio de la crisis económica más grave desde los tiempos de la Gran Depresión y ayer se despidió de su cargo con 12 millones de puestos de trabajo creados.

Igualmente distorsionada resulta la visión del mundo que ayer ofreció el nuevo presidente. Una comunidad internacional hostil que empobrece a los estadounidenses y a la que acusó de arrancar la riqueza de los hogares de la clase media para repartirla por el mundo. En medio de la nebulosa de amenazas no podía faltar la bravuconada habitual contra el terrorismo islámico, que prometió erradicar militarmente, en solitario y sin ayuda de nadie. En definitiva, una abdicación completa por parte de EE UU de su trayectoria y responsabilidades para pasarse al aislacionismo, unilateralismo y proteccionismo.

Tras protagonizar una de las transiciones más tumultuosas que se recuerdan, el ya presidente de EE UU demostró ayer no estar a la altura de la magistratura que aceptó desempeñar ni de la Constitución que prometió defender. Su discurso fue, otra vez, de campaña electoral, lleno de frases fáciles y vacías, clichés y tópicos que en lugar de disipar los peores temores, los confirman.

Ya sabemos que Trump es incapaz de hablar como un presidente. Y dudamos de que vaya a actuar como tal. Toca ahora, dentro y fuera de EE UU, estar vigilante. Igual que Obama anunció en su despedida que intervendría si Trump se extralimitaba y dañaba derechos o libertades básicos de los estadounidenses, los demás países también deberán fijar con toda claridad cuáles son las líneas rojas que no piensan dejar sobrepasar a Trump.


***

Título: EDITORIAL - Anuncios alarmantes: Trump ratifica que Washington vuelve al proteccionismo y a la energía fósil

Texto: El primer paquete de decisiones anunciado por Donald Trump —a través de un video— para los primeros cien días de mandato confirma que el nuevo presidente de los Estados Unidos se dispone a hacer lo que efectivamente dijo que iba a hacer, para alarma de todos los organismos multilaterales del mundo. En primer lugar, ha anunciado que a partir del 21 de enero, en los primeros cien días, retirará a Estados Unidos del TTP (Tratado Asia-Pacífico), en el que participaban doce países liderados por Washington y Tokio. Que el Tratado fuese una apuesta creación poco desarrollada por Obama en nada oculta que Trump va a sustituir los grandes acuerdos, con declaraciones de libertad comercial que implican colaboración mutua, por tratados bilaterales en los que intentará imponer el peso del poder económico estadounidense. Este puede ser la primera demostración práctica del repliegue comercial que pretende el presidente republicano. La decisión sobre el TTIP con Europa será la segunda línea de ataque.

El problema, también para Estados Unidos y en particular para las empresas exportadoras y el mecanismo de financiación del país, es que la respuesta económica mundial es dinámica y puede elegir la negociación de amplios acuerdos comerciales frente a Estados Unidos. Aunque el Acuerdo Asia Pacífico es poca cosa o nada sin Estados Unidos, quizá China se anime a conducir —si la rivalidad con Tokio se lo permite— un pacto comercial para la zona. Lo que hoy es un wishful thinking, en un futuro próximo puede convertirse en una necesidad en función de los dalos que vaya produciendo la trumpeconomics en el tejido comercial global. La nueva administración económica debería explicar al Congreso y también a la Reserva Federal cuales van a ser las relaciones con Pekín, que margen se le va a dejar en el Pacífico y como se van a gestionar las relaciones económicas (¡y políticas!) con el principal acreedor de Estados Unidos.

Además de ignorar olímpicamente la liberalización comercial, Trump ha anunciado que promoverá una eliminación de las restricciones energéticas (carbón, fracking) porque así creará millones de empleos. ¿Esto es creíble? Pues no, porque la regulación energética de Obama preendía crear esos empleos que promete Trump en producciones energéticas con mayor valor añadido. La defensa implícita y explícita del carbón y el petróleo (que avanza el abandono de facto del Tratado de París) tendrá el recorrido que le permita la reacción de la OPEP; el cartel ya tiene un motivo de reflexión para el encuentro de finales de noviembre.

El anuncio de que la administración americana investigará “los abusos en los programas de visados” es tan impreciso como peligroso. Es verdad que Trump no ha mencionado entre sus tareas para los primeros 100 días la construcción del muro en la frontera con México, pero la jerga “control del abuso de visados” puede convertirse en un instrumento insidioso, eficaz y difícil de rebatir en manos de una administración hostil a la inmigración.


Trump parece dispuesto a cumplir casi todas sus promesas, unas más delirantes que otras, pero en todo caso dañinas para la economía global. La receta aislacionista está en marcha.

6 comentarios:

  1. Les arde el ojete!

    Aclaremos: "ojete
    1.
    Abertura circular hecha en una tela, en el cuero, etc., y rematada con hilo o con un aro, para pasar por ella un cordón, cinta u otra cosa.
    2.
    Agujero con el que se adornan algunos bordados"

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  2. estan alarmados porqye dice en la asuncion lo mismo que dijo en la campaña ¿que esperaban? ¿que debia decir para agradar al progre europeo? y sin embargo tambien lo mal.ibtrrpretan a propósito como que va a pelear sólo contra el terrorismo y dice claramente que buscará nuevas alianzas para hacero. no hay nada que diga que pueda ser aceptado, es un populista y eso es malo malo malo. el discurso fue perfecto, no hay nada objetable dentro de las buenas intenciones y fue claro en denunciar a la burocracia politica pero no alcanza: el progre es muy facil en la indignacion como señoras de la cola de verduleria.

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    1. No dejo de pensar que será nefasto como todo emperador de un imperío menguante, pero que la progresia le critique las guerras que le perdonó al negro, y no los discursos voluntaristas

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    2. Gran verdad. La progresía se sigue mojando la bombacha con Obama y su mujer.

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    3. Y con Hellary!!! "Progresistas", "izquierdistas" y "feministas" indignados por que ganó Trump

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  3. Dentro del proceso de descomposición que posee el capitalismo está el de las politicas neoliberales que se tragan a los estados Naciones, cada tanto surge algún "monarca" iluminado que defiende los intereses de la burgesia nacional. Actualmente le tocó a EE.UU. Y sus seguidores de antaño están atónictos pues les cambió las reglas de apropiación del capital....?.... No se confundan entre una mera polarización EE.UU Vs. Europa, esto es una reformulación momentanea. Este movimiento novisimo no es mas que una reubicación de las multinacionales e intereses de la hegemonia burguesa estadounidense frente al avance de los chinos para cerrarle el ingreso a los capitales foraneos de socios no tradicionales.....Cuando logre su objetivo, brindarán con Chandon nuevamente con sus antiguos socios europeos. Como es posible que avance hacia la hegeminia mundial un Capitalismo de Estado comandado por un Partido Comunista....Ese es el tema de fondo!....la unica forma de volver a limitar a las multinacionales por un Estado Nación. Esa es la contradicción que se esta comenzando a batir en los escenarios mundiales.

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