Mucho nervio en
Bruselas a estas horas. El gobierno griego decidió someter a votación popular
el último plan de ajuste presentado por el FMI y los euroburócratas. ¿Será que
adivinan el resultado de la votación? Un nervioso diario El País informa sobre
los últimos acontecimientos. Las tres primeras notas vienen de allí:
Título: El jefe
del Eurogrupo: “El Gobierno griego ha roto las negociaciones”
Epígrafe: Los
ministros del euro ven cada vez más cerca un plan B para Grecia
Texto: La tensión
en las negociaciones entre Grecia y el resto del Eurogrupo —la reunión de los
19 ministros de Finanzas de la zona euro— ha llegado este sábado a su máximo
punto de ebullición. Tras casi cuatro horas de reunión entre los 19 ministros
de Economía, el presidente del club del euro, Jeroen Dijsselbloem, ha asegurado
que Grecia "ha roto el proceso de negociación" y ha prometido en
rueda de prensa dar los pasos necesarios para mantener la "estabilidad y
credibilidad" de la eurozona. No hay tiempo para que Atenas efectúe sus
pagos a los acreedores y ante la posibilidad que fluctuaba en los pasillos de
Bruselas sobre una prórroga del programa para ganar tiempo, Dijsselbloem ha
sido fulminante: "El programa termina y terminará el próximo martes".
Ante el último
órdago del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, sobre llevar a referéndum la
propuesta de las instituciones, los socios de la moneda única han respondido
este sábado con otro revés: "El plan B [el impago que conllevaría a un
control de capitales y la posible salida de Grecia del euro, según considera el
banco de Grecia] está más cerca de convertirse en el plan A", señaló
contundentemente el ministro de Finanzas español, Luis de Guindos. El
referéndum se mantiene: "Haremos lo que nos pida el pueblo griego" en
las urnas, sentenció el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, quien
aseguró que la pregunta versará sobre si se debe aceptar, o no, la última
propuesta de las instituciones. A pesar de que la situación es crítica,
Varoufakis ha asegurado que sigue luchando para conseguir un acuerdo con los
acreedores. "En este momento crucial, aún estamos luchando por un pacto.
No quiero especular con un fracaso", ha declarado a los periodistas
después del Eurogrupo.
Pero las
negociaciones han continuado esta tarde para asegurar la credibilidad de la
zona euro, ha repetido Dijsselbloem hasta cuatro veces ante la negativa de
Atenas de continuar adelante con las negociaciones. "Ahora discutiremos
las consecuencias del referéndum en Grecia y del impago a los acreedores",
comunicó. El gobierno del Banco Central Europeo se va a reunir mañana para
discutir la situación de Grecia y de sus bancos, ha afirmado a Efe una fuente
del Eurosistema. Varoufakis asegura que el fin de la ayuda pone en "riesgo
permanente" a toda la zona euro.
Dijsselbloem,
visiblemente decepcionado y "negativamente sorprendido" por los
últimos acontecimientos, advirtió a la entrada de la reunión sobre las
"consecuencias" que una consulta tendría sobre Grecia y señaló justo
antes de entrar en la reunión que ahora "las puertas están cerradas"
de cara a continuar con las negociaciones. Atenas ha roto con las
conversaciones "unilateralmente", declaró el ministro de Finanzas
alemán, Wolfgang Schäuble, uno de los más duros con Grecia. Lo mismo opinó De
Guindos quien además volvió a repetir que el tiempo se agota. El próximo martes
30 Atenas debe hacer un pago de 1.600 millones al Fondo Monetario Internacional
(FMI) para lo que necesita más liquidez que solo vendrá con un acuerdo
negociado antes de tal fecha.
La directora
gerente del FMI, Christine Lagarde, entró más serena en el Eurogrupo de este
sábado y explicó que Atenas tiene que entender que "hay que hacer reformas
profundas" para generar empleo y crecimiento en su economía y puso el
ejemplo de los ajustes estructurales que llevaron a cabo Irlanda y Portugal,
países también recatados. "Hemos tenido mucha flexibilidad" con
Grecia, argumentó y animó a seguir trabajando en la misma dirección.
Las instituciones
piden más reformas "estructurales y profundas", según Lagarde y
recortes en la economía helena y hay puntos —especialmente en el IVA y las
pensiones— por los que Atenas no está dispuesto a negociar. Ante este callejón
sin salida, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, lanzó ayer el órdago del
referéndum para el próximo 5 de julio. "El lugar de Grecia está en la eurozona",
sentenció el comisario de Economía, Pierre Moscovici, "y si hay voluntad,
se pueden arreglar las cosas".
Una semana de
negociaciones
Tras dos
Eurogrupos, dos cumbres y varias reuniones con las instituciones anteriormente
conocidas como troika en apenas cinco días, Grecia y los acreedores no sólo no
terminan de rematar el acuerdo, sino que ahora se ve ya casi imposible.
"Las cosas se ponen ahora mucho más difíciles", admitió De Guindos a
la entrada en la reunión de este sábado.
Según explicó el
viernes una alta fuente europea, si no llega el acuerdo, los ministros
empezarán a debatir un posible plan B, el eufemismo habitual en Bruselas —y en
los mercados— para los escenarios de pesadilla: las consecuencias de un impago
al FMI el martes, que pueden provocar controles de capitales e incluso una
salida de Grecia del euro y de la UE, con un enorme efecto contagio en la
periferia.
“El escenario
central sigue siendo el acuerdo”, aseguraron horas antes de hacerse pública la
decisión de Tsipras de consultar a los griegos el presidente de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker, y el del Consejo, Donald Tusk. “Las opciones
están al 50%”, dijo Tusk. La tensión seguía subiendo este sábado y el primer
ministro griego denunció los “chantajes y ultimátums” de los acreedores. Europa
se empeña en negar la mayor: Juncker aseguró que “no hay encima de la mesa nada
parecido a un lo tomas o lo dejas”; más expeditivo, Tusk fue rotundo ante la
prensa: “Quedan tres días”.
Ese plazo vence
el domingo por la noche: los acreedores —anteriormente conocidos como socios—
juegan con la variable de las posibles salidas de depósitos en la banca griega,
que se han detenido en los dos últimos días por las perspectivas de un acuerdo
pero que se podrían activar de nuevo el lunes en caso de ruptura. Los socios
consideran que su última oferta “es suficientemente generosa”, según resumió la
canciller Angela Merkel. Berlín sugirió que el pacto debe cerrarse antes del
lunes sobre la base de esa propuesta, que pide algo más de esfuerzo a Grecia en
el IVA y sobre todo en las pensiones.
A este escenario
es preciso añadir el anuncio del referéndum en Grecia para el próximo 5 de
julio. Aunque el anuncio sorprendió a los socios del euro —quienes tenían la
intención de continuar con las negociaciones este sábado— los ministros de
Finanzas no criticaron la decisión de Tsipras. "Es un decisión legítima de
un Gobierno elegido democráticamente", coincidieron los ministros. El
número dos en la coalición de gobierno alemana y líder del Partido
Socialdemócrata, Sigmar Gabriel, mostró este sábado su apoyo a la consulta
siempre que se presente "con claridad" a los ciudadanos la oferta
europea de ayuda y el plan de reformas necesario. "Si las preguntas son
claras, es decir, si está claro que lo que se votará es un programa negociado,
entonces puede tener sentido", ha afirmado en declaraciones a la radio
pública alemana, Deutschlandfunk.
***
Título: Tsipras
convoca un referéndum sobre la propuesta de la UE
Epígrafe: El
primer ministro quiere que el pueblo griego decida sobre la oferta el próximo 5
de julio
Texto: El Consejo
de Ministros extraordinario convocado este viernes por la noche por el primer
ministro, Alexis Tsipras, para informar a su equipo de los últimos
acontecimientos en Bruselas, acabó con un órdago a la grande, la convocatoria
de un referéndum sobre el contenido de las propuestas de los socios, que el
propio jefe de Gobierno, en un discurso en directo a la nación poco antes de la
una de la madrugada, calificó de inaceptables. Tsipras afirmó haber informado
de su decisión a los dirigentes europeos –este sábado estaba prevista en
Bruselas una crítica reunión extraordinaria del Eurogrupo- y dado órdenes al
consejo de ministros para celebrar una reunión del plenario de la Cámara, con
el objetivo de poder convocar el referéndum para el próximo domingo 5 de julio.
El mismo Tsipras
había aventado la posibilidad de una consulta el pasado 28 de abril, si el
acuerdo con los socios cruzaba las líneas rojas del Gobierno. Volvió a repetir
esa idea en su mensaje al país: “Los acreedores nos piden medidas que
perjudicarán a los trabajadores, los pensionistas; nos reclaman recortes de los
sueldos públicos y una subida del IVA”, dijo; “en todo este periodo de
negociaciones se nos ha pedido reiteradamente que aplicáramos acuerdos
anteriores, y en ningún momento nos hemos doblegado. Desde hace seis meses el
Gobierno da la batalla [a los socios] en condiciones de asfixia económica para
revertir la austeridad (…) Por eso [anuncio el referéndum], por nosotros, por
las futuras generaciones, por la historia de los griegos… Por la soberanía y la
dignidad de nuestro pueblo”, declaró.
A juzgar por las
caras de circunstancias de los ministros en las pocas imágenes difundidas al
inicio del consejo –el de Finanzas, Yanis Varoufakis, mordisqueaba con tensión
la capucha de un boli-, todo hacía presagiar que la reunión del Eurogrupo de
hoy iba a resultar infructuosa. También las declaraciones previas de algunos
miembros del Gabinete pertenecientes al círculo más próximo de Tsipras, como el
titular de Trabajo (“muy pequeñas posibilidades de lograr un acuerdo” el
sábado) o el de Economía, que por vez primera usó públicamente la palabra
“ruptura” con los socios. Otros ministros, sin embargo, incluido el propio
Varoufakis, se mostraron hasta el último minuto confiados en la posibilidad de
cerrar un pacto.
Pero la pirueta
que dio esta noche el Gobierno griego no sólo aleja el acuerdo, también abre
una incógnita de dimensiones mayúsculas, pues la prórroga del actual rescate
expira el próximo martes, el mismo día que Grecia debería devolver 1.600
millones al Fondo Monetario Internacional. Preguntado a la salida del consejo
de ministros extraordinario, el ministro de Energía, Panayotis Lafazanis –líder
de la Plataforma de Izquierda, el bastión más radical de Syriza-, declaró que
los miembros del Gobierno van a votar no en el reférendum, y que espera que los
ciudadanos hagan lo mismo. Más contemporizador, el titular de Sanidad,
Panayotís Kurublís (exsocialista), manifestó que el referéndum no implica salir
de la UE.
Pocas horas antes
del anuncio, medios locales informaban de algunas colas ante los cajeros
automáticos, sobre todo por parte de jubilados, cuyas pensiones de junio,
informó este viernes el responsable del mayor fondo estatal, están aseguradas.
***
Título: Esbozo
del plan B de la UE
Epígrafe: Los
acreedores planean la hoja de ruta a seguir si Grecia deja de poder afrontar
sus pagos
Texto: La
panoplia de opciones que se abren después de que el viernes por la noche el
primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunciara que convoca un referéndum
sobre la propuesta de los socios es muy diversa. Los acreedores (la Unión
Europea, el FMI y el Banco Central Europeo) pusieron en marcha hace meses, con
el máximo sigilo, una célula formada por funcionarios de varias instituciones
para preparar un plan B si llega un momento en el que Grecia no puede pagar.
“Sería suicida no
tener preparados los mínimos cortafuegos”, decía en marzo pasado un alto funcionario
comunitario. Fuentes conocedoras de esos planes contaban entonces algunos
detalles:
Uno: se
produciría una nacionalización inmediata en Rumanía y Bulgaria de las filiales
de los bancos griegos en esos dos países.
Dos: se
activarían controles de capital, incluso de forma asimétrica en el lado
europeo, a pesar de que se considera que el riesgo financiero en Grecia es
escaso y absorbible, y sería necesario el recurso al BCE.
Y tres: la clave
sería la postura del Banco Central de Grecia en caso de impago técnico. ¿Si el
BCE decide cortar las líneas de emergencia, el Banco de Grecia lo haría
automáticamente? En 2012 también se hicieron planes de contingencia. En aquel
momento, se planteaba un escenario de colaboración entre las autoridades griegas
y las europeas; esta vez, las instituciones continentales no tienen claro el
grado de colaboración del bando griego.
La eurozona está
hoy mejor pertrechada que en 2012 para combatir la crisis, pero aun así esa
salida tendría un enorme efecto indirecto a través de los mercados. El euro es
esencialmente un proyecto político: si resurgen las dudas sobre la unidad de la
eurozona reaparecerían las dificultades con las primas de riesgo en los países
más endeudados (Italia, Portugal, Irlanda, España).
Los expertos no
son optimistas. “Tanto los acreedores como Grecia están reaccionando de una
forma muy emocional. Los costes de una salida serían gigantescos. Pero quizá no
a corto plazo: es posible que Europa pueda contener el contagio, pero el
problema resurgiría en la próxima crisis. Un Grexit sería el principio del fin
de la eurozona: desestabilizaría el euro”, decía esta primavera Paul De Grauwe,
de la London School of Economics. “Lo preocupante es que todo el mundo hable ya
del Grexit con esa ligereza en Bruselas”, aseguraba Ángel Ubide, del Peterson.
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Finalmente, un
comentario más general que rescatamos del sitio web Moon of Alabama:
Título: The Greek
Tragedy: Curtain Closes On Most Absurd Act
Texto: Nothing
was posted here so far on the Greece tragedy. I did not touch the issue as
there was excellent coverage elsewhere and what the whole issue produced so far
was more absurd theater than serious economic policy. But one act of the drama
is now coming to a preliminary end and the tragedy may now unfold into
something new with potential serious geopolitical consequences.
Greece took up a
lot of debt when banks were giving away money without caring for the ability of
the debtor to pay back. When that game ran out, some six years ago, Greece
could not no longer take up new credit to pay back its old debts. That is the
point where it should have defaulted.
But the Greece
government was pressed on to pay back the debt to the commercial banks even
when it had no money and not enough income to ever do so. Bank lobbyists
pressed other EU governments to raid their taxpayers to indirectly cover the
banks' losses. These other governments then pushed Greece to take on
"emergency loans" from their states to pay the foreign commercial banks.
Nothing of that
money ever reached the people in need in Greece. Here is a gif that explains
what happened to all those foreign taxpayer loans treats "given to the
Greek".
To get these new
loans Greece had to agree to lunatic economic measures, an austerity program
and neoliberal "reforms", to fix its balance of payments. But
austerity has never worked, does not work and will never work. It crashes
economies, lowers tax incomes and thereby further hinders a government to pay
back it debts. It creates a vicious cycle that ends in an economic catastrophe.
After six years
of austerity nonsense the Greece voted for a new party that promised to end the
cycle and stop the austerity measures. But the new Syriza government misjudge
the situation and the nastiness and criminal energy of the other governments
and organizations it was negotiating with. It early on said it would not
default and thereby took away its own best negotiation argument. The
negotiations failed. The creditors still demand more and more austerity. Now it
will have to default but under circumstances that will make it much more
difficult for Greece to get back on its feet.
Yesterday the
Syriza prime minister Tsirpas, in a speech to his people, called for an end of
the blackmail and for a referendum to decide on the way forward:
Fellow Greeks, to
the blackmailing of the ultimatum that asks us to accept a severe and degrading
austerity without end and without any prospect for a social and economic
recovery, I ask you to respond in a sovereign and proud way, as the history of
the Greek people commands.
To
authoritarianism and harsh austerity, we will respond with democracy, calmly
and decisively. Greece, the
birthplace of democracy will send a resounding democratic response to Europe
and the world.
Paul Maison of
Channel 4 news sees this as a positive and likely successful step. The people
will vote no to austerity and the IMF, European Central Bank and various
country governments will still keep giving fresh money to Greece. Yves Smith at
Naked Capitalism does not believe that this will happen. She calls the
referendum a sham. Greece will default and the only thing the referendum will
do is to keep Syriza in the political business. She blames Tsipras for having
misjudged the situation and for being unprepared of what is likely to come:
Greek defiance of
its creditors will make it more, not less dependent on them in the next year.
How badly things turn out for Greece will depend in significant degree on how
much they do to ameliorate the impact of the implosion of the banking system,
whether they take extreme measures to keep Greece in the Eurozone, and if
Greece tumbles out, how much they provide in humanitarian aid and targeted
trade financing (most important, for petroleum imports).
Greece should
have defaulted six years ago. Tsipras should have prepared for default
immediately after he became premier. He should have used it as a threat during
the negotiations. Greece will now have to default in the worst possible
situation and with little thought given to the consequences of the default.
But the
consequences will not be limited to Greece.There will be consequences for the
EU, for NATO and for the political balance in the Mediterranean. Greece may now
decide to leave the "western" realm and thereby set an example others
could follow.
The German and
other European governments promised their taxpayers that Greece will not
default and that the austerity program pushed onto it will succeed. They will
now rightfully lose some of their political and economic credibility. The
Greece default will be a somewhat harsh and expensive lesson for the voters in
those countries too. Let's hope that they will draw the right conclusions.
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