En el día de hoy el estado griego entra en cesación de pagos con el
Fondo Monetario Internacional. Esto
es, se convierte automáticamente en un
paria internacional para el mundo de las finanzas. Eso no se puede permitir,
chicos, a ver si nos entendemos. Un paisito en el culo del mundo que se niega a pagar; dónde se ha visto. A ver si lo entienden, griegos: o pagan de una vez o entran "...en el terraplén infinito del populismo", tal como lo señala un Santiago Carbó, casi en estado
de pánico, para el diario español El País:
Título: Una Argentina dentro de Europa
Subtítulo: La obligación de Tsipras era ponerse entre los acreedores y
el pueblo, no tras el electorado
Texto: La negociación entre Grecia y sus acreedores ha sido una farsa
con consecuencias terribles. El Gobierno griego ha puesto la dinamita, con un
referéndum que ha sido más bien referenboom: ha caído como una bomba sobre
Europa y amenaza con asolar (aún más) Grecia. La obligación del Gobierno heleno
en estas circunstancias era ponerse entre los acreedores y el pueblo, pero no
detrás del electorado. Nunca hubo, tal vez, voluntad sincera de Tsipras de
aceptar las propuestas que se han ido filtrando. El referéndum es una forma de
autodestrucción romántica que probablemente acabará en desgracia. Con euro o
sin él, a Grecia le queda un camino duro de reconstrucción. El populismo ha
causado una herida mortal porque ahora es cuando los griegos comprenderán que
el culpable original no fue el euro sino su propia insostenibilidad. O a lo
peor, no comprenderán nada ahora y más que a un referéndum pueden estar
acudiendo a una especie de marcha fúnebre.
Por el lado de los acreedores la actuación también ha dejado mucho que
desear. Bochorno y frustración ante la enésima muestra de incapacidad de la
eurozona para lidiar entre las reglas y la discrecionalidad. Esto acaba en un
nuevo infarto y habrá que ver si es posible otro bypass. Era obligación de los
acreedores aflojar la soga y dejar toda la responsabilidad en el tejado de los
deudores, pero prefirieron el exabrupto. Habría que preguntarle a Dijsselbloem
qué genial plan se le ha ocurrido para controlar la detonación… De momento, no
oímos nada. Y ayer algún líder europeo pedía a los griegos que votaran por el
sí, poniendo esperanzas en la misma ruleta que antes se despreció.
Aunque, como he expresado en esta tribuna, el conflicto griego tenía
todos los ingredientes para salir mal, el cuándo y el cómo son fundamentales.
Europa queda expuesta al abismo otra vez. Fastidia mucho que algunos quieran
identificar la crítica al referéndum como una traición a la democracia. Sin el
euro, Grecia va derecha a convertirse en la Argentina de Europa. Y eso que
Argentina es un hermoso y admirable país, pero no parece deseable pasar por lo
que allí se ha pasado desde hace casi 15 años. Primero el corralito, y luego
una caída por el terraplén infinito del populismo.
Si hay posibilidad de enmendar esta situación habría que hacerlo cuanto
antes, pero los acontecimientos se han precipitado hacia un terreno donde es
casi imposible pararlos. Esta era la situación soñada por los peores
especuladores anti euro hace dos años: la península helénica deja el sirtaki y
baila el tango. Con Europa, claro. Si Grecia sale del euro (lo que hoy por hoy
es más probable de lo que lo ha sido nunca), cuando algún Estado miembro se
encuentre en problemas para contener su deuda y estabilizar su economía —y
puede haber candidatos tarde o temprano—, la fuerte presión sobre la prima de
riesgo se redoblará. Este accidente pilla la red de seguridad europea en
proceso de formación. Casi sin experiencia. A tragar saliva.
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