Si lo preferís,
andá directamente a la encíclica, titulada: “Carta Encíclica Laudato Si', del
Santo Padre Francisco sobre el cuidado de la Casa Común”. No me jodas: te gustó
ese aire a paper que tiene el título. Se baja desde acá:
http://ep00.epimg.net/descargables/2015/06/18/a039ba1c2b0e3a9d3d24380c8e762116.pdf.
http://ep00.epimg.net/descargables/2015/06/18/a039ba1c2b0e3a9d3d24380c8e762116.pdf.
Doce páginas introductorias y unas 170 adicionales, de carácter algo más técnico. Un problemita desde el vamos es que para Francisco no queda muy en claro si la Tierra es nuestra casa, nuestra madre o nuestra hermana. La introducción es ambigua y usa las tres indistintamente, aunque con el correr de las páginas se abandona la idea de madre (es que, suponemos, madre hay una sola, chicos: María). Esto no opaca un documento que en principio parece ser sumamente interesante (habrá que leerlo detenidamente, claro). Acá van algunas frases y conceptos que rescatamos del introito:
Amén.
Sobre el tema de la encíclica, acá van cinco notas breves de ayer, del diario español El País:
“...Olvidamos que
nosotros mismos somos tierra (…). Nuestro propio cuerpo está constituido por
los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos
vivifica y restaura.”
“...Toda pretensión
de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en los estilos de vida,
los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder
que rigen hoy la sociedad. El auténtico desarrollo humano posee un carácter
moral…”
“...En él [Francisco
de Asís] se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la
naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz
interior.”
“...El mundo es algo
más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con
jubilosa alabanza.”
Sobre el tema de la encíclica, acá van cinco notas breves de ayer, del diario español El País:
Título:
Francisco, el nuevo teólogo de la Tierra
Subtítulo: La
primera encíclica confirma que la Iglesia tiene un Papa alejado de esquemas
pasados
Texto: La primera
encíclica de Francisco, Laudato Si', dedicada a la “deuda ecológica” contraída
con nuestro planeta, ha confirmado, si es que era necesario, que la Iglesia
tiene hoy a su frente a un Papa que se escapa a todos los esquemas del pasado.
Nos hallamos, en efecto, ante el obispo de Roma más diferente desde los tiempos
del apóstol Pedro.
Su primera
encíclica, que coloca en un mismo abrazo a la fe y a la ciencia, a Dios y a la
Tierra y crea un nuevo pecado, el ecológico, podrá hacer estremecer a no pocos
católicos tradicionales.
Francisco, en vez
de empinarse hasta los cielos con una encíclica sobre Dios vociferando contra
los pecados, contra la fe y la moral, ha bajado hasta los infiernos de los
detentores del poder que con su avaricia por querer dominar la Tierra, según
sus cálculos capitalistas, prepararan para las nuevas generaciones un planeta
“de escombros, desiertos y suciedad”.
Para Francisco,
al mejor estilo de los teólologos de la liberación, condenados al ostracismo
por sus antecesores por considerarlos más volcados en lo humano que en lo divino,
se coloca a sí mismo en la versión más moderna de "teólogo de la
ecología”, en expresión acuñada por el brasileño Leonardo Boff.
La nueva
encíclica quiebra paradigmas en la Iglesia que un día condenó a Galileo y que
vivió un largo divorcio de siglos con la ciencia y los no creyentes. En ella,
se da voz y credibilidad a los científicos modernos más serios, prescindiendo
de si son o no creyentes, empeñados en demostrar que somos nosotros, con
nuestra codicia y descuido, los responsables por los graves cambios que ya se
advierten en el planeta.
Leyendo con
atención la nueva encíclica, queda claro que el Papa que apostó desde el primer
momento de su pontificado por la periferia pobre y saqueada de la tierra, por
la escoria humana, con clara y valiente visión evangélica, sabe lo que se
juega.
Sabe que la
Iglesia se juega su presente y su futuro, su credibilidad y la misma fidelidad
a su mensaje original, no en las viejas teologías y derechos canónicos, sino en
la defensa de lo que es más nuestro como es el planeta. Una riqueza que es
social, que no debe tener dueños definitivos, sino que pertenece a todos,
especialmente a los que más sufren las consecuencias de su explotación por los
que se creen los dioses intocables del poder.
Una encíclica que
al abordar un tema fundamental que afecta a todos, creyentes, agnósticos y
ateos, ricos y pobres, por su interés universal y los peligros que acechan a la
humanidad entera, es a la vez la más ecuménica de todas las hasta ahora
proclamadas por un papa.
En un mundo
huérfano de líderes mundiales capaces de imponerse por su fuerza moral y de
enfrentarse ante los tiranos como hizo Jesús con Herodes, la arriesgada
decisión del papa Francisco de dedicar su primera encíclica no al cielo, sino a
la tierra, condenando a los responsables del nuevo holocausto ecológico, lo
consagra como un gran líder mundial no sólo espiritual sino también social y
hasta político.
***
Título: La encíclica de
Francisco, en 12 frases
Texto: Selección de las
ideas claves del texto del Papa sobre pobreza y cambio climático
El Papa denuncia
la responsabilidad del hombre en el cambio climático:
1. “La tradición
cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad
privada”.
2. “Si la actual
tendencia continúa, este siglo podría ser testigo de cambios climáticos
inauditos y de una destrucción sin precedentes de los ecosistemas, con graves
consecuencias para todos nosotros”.
3. “Llama la
atención la debilidad de la política internacional. El sometimiento de la
política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las
cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares y
muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a
manipular la información para no ver afectados sus proyectos”.
4. “El gemido de
la hermana tierra se une al gemido de los abandonados del mundo”.
5. “Es previsible
que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario
favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones”.
6. “Hay que
eliminar las causas de las disfunciones de la economía mundial y corregir los
modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio
ambiente”.
7. “El enorme
consumo de los países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres,
sobre todo África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace
estragos en el rendimiento de los cultivos”.
8. “La tierra,
nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de
porquería”.
9. “Conviene
evitar una concepción mágica del mercado, que tiende a pensar que los problemas
se resuelven sólo con el crecimiento de los beneficios de las empresas o de los
individuos. ¿Es realista esperar que quien se obsesiona por el máximo beneficio
se detenga a pensar en los efectos ambientales que dejará a las próximas
generaciones?".
10. “Sabemos que
la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el
carbón, pero aun el petróleo y, en menor medida, el gas– necesita ser
reemplazada progresivamente y sin demora. Mientras no haya un amplio desarrollo
de energías renovables, que debería estar ya en marcha, es legítimo optar por
lo menos malo o acudir a soluciones transitorias”.
11. “Las finanzas
ahogan a la economía real. No se aprendieron las lecciones de la crisis
financiera mundial y con mucha lentitud se aprenden las lecciones del deterioro
ambiental. En algunos círculos se sostiene que la economía actual y la
tecnología resolverán todos los problemas ambientales”.
12. “Dado que
todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con
la justificación del aborto. No parece factible un camino educativo para acoger
a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si
no se protege a un embrión humano aunque su llegada sea causa de molestias y
dificultades”.
***
Título: La
Iglesia abraza la evidencia científica
Subtítulos: El
Papa asume los "numerosos" estudios que señalan que la mayor parte
del cambio climático se debe a la actividad humana / El Papa critica a
políticos y empresas en su encíclica sobre medio ambiente
Texto: El papa
Francisco habla en su primera encíclica de anhídrido carbónico, de óxidos de
nitrógeno, de combustibles fósiles frente a energías renovables, de
fertilizantes y detergentes que dañan los ríos y mares, de corredores
biológicos... Es, en definitiva, una encíclica (Laudato Si) cargada de
argumentos científicos en la que el máximo responsable de la Iglesia católica
abraza las evidencias sobre la vinculación entre el calentamiento global y el
hombre.
"Hay un
consenso científico muy consistente", dice el Pontífice, "que indica
que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema
climático". "Es verdad que hay otros factores (como el vulcanismo,
las variaciones de la órbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar), pero
numerosos estudios científicos señalan que la mayor parte del calentamiento
global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de
efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros)
emitidos sobre todo a causa de la actividad humana", apunta Francisco, que
arrincona así a los negacionistas del cambio climático. El papa denuncia que "hay
demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a
prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver
afectados sus proyectos".
La encíclica del
Papa no solo aborda las causas y consecuencias del cambio climático. También se
adentra, y concreta, otros problemas medioambientales.
Agua. Francisco
advierte de la pérdida de calidad de las aguas, de la contaminación de los
acuíferos y de los problemas de acceso a este recurso en África. Pero hay más:
"Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en
algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso,
convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado". En su
opinión, "el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico,
fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y
por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos
humanos".
Biodiversidad.
"La pérdida de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de
especies que podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes,
no sólo para la alimentación sino también para la curación de enfermedades y
para múltiples servicios". El Papa habla de la "alerta" que
despierta conocer la "la extinción de un mamífero o de un ave, por su
mayor visibilidad". Pero añade: "para el buen funcionamiento de los
ecosistemas también son necesarios los hongos, las algas, los gusanos, los
insectos, los reptiles y la innumerable variedad de microorgamismos".
También critica la deforestación de los "pulmones del planeta", como
la Amazonia o la cuenca fluvial del Congo.
Océanos. "El
problema creciente de las aguas contaminadas y de la protección de las áreas
marinas más allá de las fronteras nacionales sigue representando un desafío
importante", opina el Papa. "Tenemos que acordar esquemas de
gobernanza para el conjunto de lo que se suele llamar los bienes comunes
mundiales", propone. También alerta en su encíclica de los problemas de
las barreras de coral, que "hoy ya son
estériles o están en un continuo estado de declinación".
El último informe
de síntesis del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC), en el que participaron más de 800 científicos, concluía que "las
emisiones de gases de efecto invernadero y otros impulsores antropógenos han
sido la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo
XX". Y apuntaba a que los efectos de este cambio ya se notan en todo el
planeta. "Parecen advertirse síntomas de un punto de quiebre", dice
ahora el Papa, "a causa de la gran velocidad de los cambios y de la
degradación". Estos síntomas se "manifiestan tanto en catástrofes
naturales regionales como en crisis sociales o incluso financieras".
José Manuel
Moreno, catedrático de Ecología y miembro del IPCC, cree que la encíclica
contiene "un mensaje muy importante que advierte de que el hombre está
transformando el planeta y de que existen evidencias científicas".
La encíclica
señala hacia la raíz del problema del calentamiento, que "se ve potenciado
especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo de
combustibles fósiles". El Papa apunta al camino a seguir: "la
tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el
carbón, pero aun el petróleo y, en menor medida, el gas– necesita ser
reemplazada progresivamente y sin demora".
Pero el pontífice
da un paso más al vincular el cambio climático con las desigualdades en el
planeta. "El calentamiento originado por el enorme consumo de algunos
países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la tierra,
especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía
hace estragos en el rendimiento de los cultivos". José Manuel Moreno
valora está vinculación que hace el Papa entre los problemas medioambientales y
la pobreza. En su opinión, era necesario que algunas organizaciones, como es el
caso de la Iglesia, se pronunciasen sobre los efectos en los países menos
desarrollados.
Yolanda
Kakabadse, presidenta de WWF, ha aplaudido este jueves el mensaje del Papa.
"Incluye una perspectiva moral muy necesaria para el debate
climático". Por su parte, Greenpeace ha considerado que las palabras del
Papa deben "sacar a los jefes de Gobierno de su complacencia" y "animarles
a aprobar leyes estrictas en sus propios países para proteger el clima y
acordar un potente protocolo climático en París".
La encíclica se
publica cuando el debate sobre el calentamiento está más presente, ya que París
acogerá a finales de año la cumbre internacional en la que se deberá aprobar el
nuevo protocolo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se
aplicará a partir de 2020. "Las cumbres mundiales sobre el ambiente de los
últimos años no respondieron a las expectativas porque, por falta de decisión
política, no alcanzaron acuerdos ambientales globales realmente significativos
y eficaces", recrimina el Papa en la encíclica.
Francisco recoge
así un sentir que parece mayoritario. Un reciente sondeo realizado a 10.000
personas en 75 países, el World Wide Views Climate and Energy, apuntaba a que
el 70,8% de los encuestados consideraba que las negociaciones sobre el clima
que la ONU celebra desde 1992 no han hecho lo suficiente para luchar contra el
calentamiento global.
Ante el reto de
intentar frenar este proceso, en la encíclica se afirma que ante el cambio
climático hay "responsabilidades diversificadas". "Es necesario
que los países desarrollados contribuyan a resolver esta deuda (ecológica)
limitando de manera importante el consumo de energía no renovable y aportando
recursos a los países más necesitados para apoyar políticas y programas de
desarrollo sostenible". Se adentra así en uno de los debates que está
centrando los meses previos a la cumbre de París: la petición que están
haciendo los países en desarrollo para que las economías más ricas les ayuden
económicamente para luchar contra el cambio climático.
***
Título: Francisco
desconcierta a la derecha católica de Estados Unidos
Subtítulos: La
encíclica se suma a intervenciones pasadas sobre los homosexuales y la
desigualdad / El Papa augura en la encíclica “nuevas guerras vestidas de nobles
reivindicaciones”
Texto: Francisco
desconcierta en Estados Unidos. Algunos conservadores describen sus ideas como
propias de un coetáneo del peronismo y la teología de la liberación. Otros
restan valor a sus intervenciones porque no es un político, sostiene: al Papa
lo que es del Papa y el Rey lo que es del Rey. Y otros instan a entenderle, más
allá del ruido mediático que, dicen, lo retrata como el izquierdista que no es.
La encíclica sobre la ecología amplía la brecha entre Jorge Mario Bergoglio y
un sector de la derecha católica.
Primero fueron
sus críticas al capitalismo sin freno y a las desigualdades crecientes.
Después, sus palabras de comprensión hacia los homosexuales: “¿Quién soy yo
para juzgarlos?" Y ahora, la primera encíclica, en la que el Papa señala a
las grandes empresas y a los Gobiernos por el cambio climático, un documento
que indirectamente descalifica las ambigüedades de buena parte de los líderes
de la derecha estadounidense —también los católicos— sobre el calentamiento del
planeta.
Los encontronzos
entre los católicos conservadores de EE UU y su jefe espiritual se han sucedido
desde que el cónclave vaticano eligió al argentino Bergoglio en 2013. El último
episodio tiene un significado especial por dos motivos.
Primero, por el
enorme calado espiritual y teológico del documento. Y segundo —y en un ámbito
más terrenal— porque la encícla publicada ayer coincide con los primeros
compases de una campaña electoral con un nutrido grupo de candidatos
republicanos que niega o pone en duda el consenso científico sobre las causas
humanas del cambio climático.
Hay cinco
católicos entre los aspirantes a la nominación republicana para las elecciones
presidenciales de 2016. Dos de ellos figuran entre los favoritos: Jeb Bush,
convertido al catolicismo de adulto, y Marco Rubio, católico practicante,
mormón en su infancia, y de nuevo católico pero asiduo durante años de una
megaiglesia protestante. Rubio no se ha proununciado sobre la encíclica. Bush,
hermano e hijo de presidente y rostro del ala pragmática del Partido
Republicano, sí.
El miércoles, en
Iowa, Bush matizó las críticas del día anterior al texto del Papa y pidió
buscar soluciones para el cambio climático sin dañar la economía. “Espero que
mi cura no me reprenda por decir esto, pero mis obispos o mis cardenales o mi
papa no me dictan la política económica”, había dicho el martes en New Hampshire,
donde hacía campaña.
En un país
fundado en la separación de la iglesia y el estado, las palabras de Bush no
suenan tan extrañas. Recuerdan a las que pronunció John F. Kennedy, el único
presidente católico de EE UU, en un discurso durante la campaña electoral de
1960: “Creo en una América (…) en la que ningún cargo oficial requiere o acepta
instrucciones del Papa sobre la política pública”.
Un argumento que
se escucha en ámbito católicos conservadores es que, en materia económica, la
competencia del Vaticano es cuestionable. El pontífice no es economista. ¿Por
qué los políticos católicos deberían escuchar sus consejos?
El argumento se
aplica al cambio climático: “Creo que nos iría mejor si dejáramos que los
científicos se ocuparan de la ciencia”, dijo el aspirante presidencial Rick
Santorum, también católico. Otro argumento, un punto condescendiente: hay que
relativizar los argumentos del Bergoglio y entenderlos en el contexto de
Argentina y de la América Latina populista e ideologizada en la que creció.
En Estados Unidos
viven 51 millones de católicos adultos: es el grupo cristiano con más fieles.
En las elecciones presidenciales de 2008 y 2012, los católicos estadounidenses
votaron mayoritariamente al demócrata Barack Obama. Pero no puede hablarse de
un bloque homogéneo. El voto de los católicos de origen europeo se inclina por
los republicanos; el de los católicos hispanos, por los demócratas.
La relación entre
la derecha católica y el Vaticano ha oscilado entre la tensión y la proximidad.
Algunas de las críticas que ahora recibe el Papa Francisco las recibió Juan
XXIII cuando en 1961 escribió la encíclica Mater et Magistra, donde ya alertaba
de las desigualdades sociales. El intelectual católico William Buckley,
director de la revista National Review e ideólogo de la derecha, replicó:
"Mater sí, magistra no". Madre sí, maestra no.
Juan Pablo II,
considerado en círculos conservadores como el artífice, junto al presidente
Ronald Reagan, de la derrota de la Unión Soviética, cautivó a los republicanos.
Benedicto XVI, con su mensaje contra el relativismo, sedujo a intelectuales
como George Weigel o Michael Novak, a los que algunos bautizaron como teocons.
Francisco, con su mensaje benevolente y tolerante, chocó a la derecha y sedujo
al presidente Obama, que lo ha citado en discursos sobre la desigualdad.
El pasado marzo,
la National Review preguntó a Weigel "qué le diría a los amigos
conservadores que están nerviosos, o decepcionados, o displicentes, o lívidos,
o afligidos por el Papa". Weigel respondió sugiriendo a los conservadores
que desconfíen de lo que los medios de comunciación dicen que dice el Papa.
"Empezaría por lo siguiente", respondió. "'No os creéis lo que
leéis en la prensa respecto a otros temas. ¿Por qué os lo créeis sobre el
Papa?"
***
Título: El Papa
urge a la política a liberarse del yugo del poder económico
Subtítulos: La
primera encíclica de Francisco critica la sumisión de los gobiernos ante las
empresas / El Papa acusa a empresas y Gobiernos del cambio climático
Texto: En la
página 46 de una encíclica que urge una y otra vez a los políticos a liberarse
del yugo de los poderes económicos y gobernar a favor de la gente y de la
tierra, el papa Francisco se hace una pregunta que parece una llamada a la
revolución: “¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por
su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario?”. La primera
encíclica escrita íntegramente por Jorge Mario Bergoglio logró ayer una
expectación inusitada durante su presentación en el Vaticano, en la que
intervinieron un científico laico y un representante del patriarca ortodoxo de
Constantinopla.
Hasta el jesuita
Federico Lombardi, uno de los más veteranos del lugar, reconoció que en los 25
años que lleva trabajando en el Vaticano jamás había presenciado una
expectación “tan intensa, prolongada y global” ante la publicación de un
documento pontificio. Una parte puede deberse al predicamento mediático de
Francisco. Y otra no menor a las críticas preventivas de sus detractores. Desde
hace muchos meses, sectores conservadores de dentro y fuera de la Iglesia —en
especial los estadounidenses— venían recomendándole al Papa que se abstuviera
de intervenir en asuntos científicos. No se descarta que desde dentro del
Vaticano, donde los sectores más reaccionarios siguen teniendo sucursal
abierta, les fuesen filtrando algunos detalles preocupantes para sus intereses
políticos, económicos y financieros. La publicación de la encíclica Laudato si’
(Alabado seas, tomado del Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís) ha
confirmado sus temores.
Lo de hermana Tierra, hermano Sol, hermana Luna viene de San Francisco de Asís.
ResponderEliminarEs evidente lo de madre si se tiene en cuenta que el hombre nace del barro.
Y lo de casa (también a veces llama jardín) es lo más evidente.
Saludos. Gran blog.
Gracias!
ResponderEliminarAstroboy