miércoles, 24 de diciembre de 2014

Arrugando

Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk

La casi completa ausencia de espina dorsal de la diplomacia europea empieza a ser comentario generalizado en los círculos políticos globales. Acostumbrados a arrastrarse detrás de lo que les ordene el Imperio, se les frunce el culo de modo estrepitoso cada vez que algún país del mundo da muestras de tener algún tipo de pensamiento propio. Como se sabe, días atrás el presidente turco mandó poco menos que a la mierda a la Unión Europea en su conjunto (véase el primer título que se reproduce acá abajo). No es que a uno le caiga bien Erdogan, pero después de ver cómo la UE apoyó y apoya a los nazis de Kiev, que estos mequetrefes le vengan a decir a nadie cómo tiene que portarse, mueve sencillamente a la risa. En fin, la cuestión es que, una vez superado el ataque de diarrea, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha decidido que deben realizarse urgentes reuniones de consulta entre el rejunte europeo y Turquía. No es para menos: Turquía, después de abrochar con Rusia la realización de un gigantesco gasoducto que remplazará al South Stream (originalmente planificado para el sur europeo entrando por Bulgaria desde el Mar Negro, hasta que los rusos se hartaron y dijeron basta) está preguntándose seriamente si le resulta conveniente entrar en la Unión Europea o, por el contrario, a la unión (aduanera) eurasiática en ciernes (ampliaremos).

Desprecio, chicos: lo único que se merecen a esta altura. Las dos notas que siguen fueron publicadas en El País de España.


Título: Erdogan dice que la UE “se meta en sus asuntos”

Texto: El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, rechazó ayer las críticas de la Unión Europea (UE) por el arresto el pasado fin de semana de unos 27 opositores, entre periodistas, productores de televisión y policías y aconsejó a Bruselas “que se meta en sus asuntos”. Las redadas fueron recibidas por los mercados con una bajada de la lira turca y con manifestaciones en defensa de los informadores retenidos.

Según Erdogan, “la Unión Europea no puede interferir en los pasos dados por la ley... dentro de la legalidad vigente contra elementos que amenazan la seguridad nacional”, aseguró en una aparición televisada en la ciudad turca de Izmit. “Me pregunto qué saben ustedes, que tienen a Turquía a las puertas de la UE desde hace 50 años, sobre lo que significa este paso”, aseguró el presidente turco, en referencia a las redadas. “No tenemos problema en si la UE nos acepta o no”.

En un comunicado emitido el domingo por la representante europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, y el comisario de Política Regional, Johannes Hanh, ambos aseguraron que “las detenciones son incompatibles con la libertad de expresión”.

Al menos cinco de los detenidos, entre los que se cuentan el director y dos guionistas de una popular serie de televisión, fueron liberados ayer. El resto, cuya figura más destacada es el director de Zaman, el principal medio crítico con el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco), permanecen en comisaría, acusados por la Fiscalía de formar parte de una trama para derrocar el Gobierno y estar próximos al clérigo islámico, Fetulá Gülen, antiguo aliado de Erdogan y ahora exiliado en EE UU.

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Título: Tusk se reunirá con Erdogan tras el choque por la represión en Turquía

Subtítulo: Ambos mandatarios acuerdan celebrar un encuentro "tan pronto como sea posible"

Texto: El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha telefoneado esta mañana al líder turco, Recep Tayyip Erdogan, para tratar de aplacar las tensiones creadas en los últimos días a cuenta de la persecución de opositores en Turquía. Erdogan espetó a la UE que se metiera en sus asuntos tras las críticas vertidas por la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini, hacia el encarcelamiento de opositores, entre ellos varios periodistas. El episodio ha creado un gran malestar en Bruselas, que ve cómo Turquía, el principal país candidato a integrarse en el club comunitario, se aleja de la senda europea.

En un breve comunicado que sólo menciona de pasada estos episodios, el presidente del Consejo Europeo—representa a los Estados miembros—informa de esa conversación con Erdogan y del deseo que ambos han manifestado de reunirse “lo más pronto posible”, sin precisar fechas. “Hablamos de los últimos acontecimientos en Turquía, incluidas las recientes detenciones y la importancia de un proceso imparcial y transparente en este asunto”, enuncia el texto de Tusk. Los mandatarios han abordado cómo “fortalecer las relaciones entre la UE y Turquía, que constituyen una prioridad común". El líder del Consejo celebra también la estrategia europea que ha aprobado Turquía y confía en que progrese a lo largo de 2015.

Bajo esas buenas palabras se esconde la inquietud europea por la deriva autoritaria de Turquía, que desde las masivas protestas populares de mayo y junio de 2013 ha emprendido una estrategia de islamización de la sociedad y recorte de las libertades civiles, con la detención de disidentes como colofón de estas prácticas. Bruselas desea mantener a Turquía como aliado en un momento en que su colaboración es crucial para la lucha contra el radicalismo del Estado Islámico, que impone su ley en una parte de Irak y Siria.

Tusk, ex primer ministro de Polonia, elogia uno de los pocos ejemplos de actitud conciliadora por parte de Erdogan: los esfuerzos hacia una solución pacífica de la cuestión kurda. Más allá del marco interno turco, se trata de una cuestión clave en la batalla contra el Estado Islámico, en la que los kurdos participan intensamente. Otro aspecto en el que Europa le está agradecida a Turquía es en la acogida de más de 1,5 millones de refugiados de la guerra en Siria, que se encamina ya a su cuarto año.

Turquía lleva 50 años esperando una adhesión a la UE que se aleja. A pesar de los pasos dados a finales de 2013 para desbloquear unas negociaciones estancadas desde hacía tres años, las crecientes muestras de represión que da Erdogan en su país deterioran el proceso. Tampoco en Bruselas se da el ambiente propicio para esperar avances en el grupo de países candidatos a la adhesión comunitaria. La nueva Comisión Europea, presidida por Jean-Claude Juncker, ya ha anunciado que durante su mandato no se producirán nuevas entradas al bloque comunitario.

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