Seguimos notando
cómo saltan, aquí y allá, más y más datos sobre la intervención del Imperio en
Brasil y otros países de América del Sur. La modalidad es la del denominado
“golpe blando”, una característica de las “guerras híbridas” de nuestro tiempo.
Pero ojo: no hay golpe blando sin ayuda local, sean élites, idiotas útiles, o
ambos.
La nota que
sigue, realizada por HispanTV, fue reproducido hoy en el sitio web de Juan José
Salinas, Pájaro Rojo. El prólogo a la
nota en sí es de Monserrat Mestre quien, bajo el Título: “De Paraguay a Brasil:
La embajadora estadounidense, el eslabón en la cadena de golpes”, señala lo
siguiente:
Presten atención
al currículum profesional de la embajadora de EEUU en Brasil, Liliana Ayalde,
nacida en 1956, en Baltimore (USA), de ascendencia latina, con dominio del
español y el portugués. Trabajó durante
24 años en la USAID: fue directora de misión de la USAID en Nicaragua
(1997-1999), en Bolivia (1999-2005) y en Colombia (2005-2008). Fue embajadora
de Paraguay entre 2008 y 2011. Regresó a EEUU como administradora adjunta de la
USAID y más tarde fue ascendida a subsecretaria en el Departamento para América
Latina del Departamento de Estado. En agosto de 2013 fue nombrada embajadora en
Brasil, a las dos semanas de la visita del vicepresidente de EEUU Joe Biden al
país. MM
Título:
Embajadora de EEUU, posible nexo de golpes en Brasil y Paraguay
Epígrafe: Un
informe periodístico considera sospechoso que la actual embajadora
estadounidense en Brasil, haya ejercido el mismo cargo en Paraguay, en
circunstancias “golpistas” en ambos países suramericanos.
Texto: De acuerdo
con Telesur, el posible papel del Gobierno de Estados Unidos en la suspensión
de la presidenta democráticamente elegida, Dilma Rousseff, es motivo de análisis
tras revelarse que la actual embajadora de Estados Unidos en Brasilia,
desempeñaba ese mismo cargo en Asunción durante el período previo al golpe de
2012 contra el presidente paraguayo, Fernando Lugo.
En un caso muy
similar a la actual crisis política que se desarrolla en Brasil, donde el
Senado ha determinado la suspensión temporal contra Rousseff, Lugo fue
destituido por el Congreso de su país en junio de 2012. En ambos casos, se
etiqueta la decisión como “un golpe parlamentario”.
“La embajadora
que actuó con gran fuerza durante el golpe de Estado que ocurrió en Paraguay
ahora se encuentra en Brasil, utilizando el mismo discurso, argumentando que no
es una situación que pueda ser resuelta por las instituciones brasileñas”,
declaró Carlos Eduardo Martins, profesor de sociología en la Universidad de Sao
Paulo.
El izquierdista
Lugo asumió el cargo en agosto de 2008 y su elección marcó el fin de 61 años de
gobierno del Partido Colorado. Sus oponentes políticos, al igual que Rousseff,
comenzaron a conspirar contra él casi de inmediato y, finalmente, Lugo fue
objeto de amenazas de un juicio político apenas un año de iniciar su mandato.
En septiembre de
2008, cuando Lugo hacía apenas 15 días que ocupaba la presidencia, denunció la conspiración de
un golpe de Estado en su contra. Por su parte, Federico Franco (quien fuera el
vicepresidente y ahora presidente de Paraguay) comenzó una campaña para
destituirlo y reemplazarlo. Cinco meses antes Franco se había reunido con
Ayalde, donde le expresó lo que a su juicio era “la pésima gestión
administrativa del presidente Lugo que lo hace merecedor de un urgente e
innegociable juicio político”. Esto quedó reseñado en una carta del entonces
ministro de Defensa, Luis Bareiro Spaini, enviada a la representante diplomática.
La gran similitud
que hay entre el golpe de Estado contra el presidente Fernando Lugo que se dio
en 2012 en Paraguay y el golpe institucional que enfrenta la mandataria Dilma
en Brasil es que han sido golpes dentro de la democracia, es decir, se han
constituido mayorías políticas en contra de la democracia y en contra de un
mandato presidencial elegido en las urnas, según la doctora en derecho
internacional Carol Proner.
Según cables de
Wikileaks, ya en 2010, la embajadora norteamericana propició un debate sobre la
situación política en Paraguay y la eventualidad de un juicio político para
destituir al presidente Lugo.
Carlos Eduardo
Martins, profesor de sociología en la Universidad de Sao Paulo, declaró a
Telesur que Ayalde utiliza un lenguaje similar al que usó en Paraguay para
defender el golpe parlamentario contra Rousseff.
Mientras tanto,
el analista político argentino Atilio Borón se refirió a Ayalde como una
“experta en la promoción de golpes suaves”.
Asimismo, en una
entrevista para la Web de Telesur, la doctora en derecho internacional Carol
Proner explicó que hay similitudes entre el golpe de Estado contra Lugo y la
situación que enfrenta la mandataria brasileña Dilma Rousseff.
En el caso de
Paraguay, explicó Proner, el proceso fue muy rápido y generó muchas críticas.
En el caso de Brasil “hay una acusación de crimen y se sigue el hilo
constitucional para el juicio político con todos los procedimientos y también
han sido apresurados por el presidente de la Cámara”.
Ayalde dejó su
cargo como embajadora en Paraguay en agosto de 2011 y pasó a servir de
administradora adjunta en la Oficina de América Latina y el Caribe para la
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) antes de ser
ascendida a subsecretaria adjunta para el Hemisferio Occidental del
Departamento de Estado de Estados Unidos.
Ayalde se
convirtió en embajadora en Brasil en 2013. Ella llegó a ese puesto poco después
de que se revelara que el gobierno de EEUU estaba espiando a Brasil, incluso
interceptó las comunicaciones personales de Rousseff.
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