Apoyando nustras
presunciones previas sobre el carácter de opereta de los Panama Papers, Thierry
Meyssan escribió hoy para Red Voltaire la nota que sigue. A ver si te gusta:
Título: ¿A qué
vienen los «Panama Papers»?
Epígrafe: Contrariamente
a lo que parece, la campaña de los «Panama Papers» no hará disminuir las
malversaciones financieras ni favorecerá las libertades. Más bien sucederá lo
contrario. El sistema se contraerá aún más alrededor del Reino Unido, Holanda,
Estados Unidos e Israel, para que sólo esos países puedan controlarlo. Al
violar el principio de igualdad ante la justicia y su propia ética profesional,
los miembros del International Consortium of Investigative Journalists se ponen
al servicio de los enemigos de la libertad y de los defensores del gran capital
y el hecho de haber revelado los nombres de unos pocos tramposos no cambiará
absolutamente nada. Aquí se explica por qué.
La doctrina
Romer: obligar los paraísos fiscales no anglosajones a renunciar a sus
actividades y desestabilizar la Unión Europea hasta que los capitales se
encaucen hacia los paraísos fiscales del Reino Unido, Holanda, Estados Unidos e
Israel.
La estrategia económica
de Estados Unidos
Al iniciar su
mandato, el presidente estadounidense Barack Obama designó a la historiadora
Christina Romer para presidir su Comité de Consejeros Económicos. Profesora en
la universidad de Berkeley, Christina Romer es especialista en el estudio de la
crisis de 1929. Según ella, lo que sacó a Estados Unidos de la recesión no fue
el New Deal de Roosevelt ni la Segunda Guerra Mundial sino la afluencia –a
partir de 1936– de los capitales europeos que huían del «aumento de los peligros».
En eso ha basado
Barack Obama su política económica. En primer lugar, actuó para cerrar todos
los paraísos fiscales que no están bajo control de Washington y Londres.
Después, organizó la desestabilización de Grecia y Chipre para que los
capitales europeos fueran a refugiarse en los paraísos fiscales anglosajones.
Todo comenzó en
Grecia, en diciembre de 2008, con una serie de manifestaciones provocadas por
la muerte de un adolescente a manos de un policía. La CIA trajo desde Kosovo
autobuses llenos de individuos encargados de provocar desórdenes durante una
manifestación y de instaurar un inicio de caos [1]. El Departamento del Tesoro
estadounidense pudo comprobar entonces cómo los capitales griegos huían de
Grecia. El experimento resultó concluyente y la Casa Blanca decidió sumir aquel
frágil Estado en una crisis financiera y económica que llegó a poner en peligro
la existencia misma de la eurozona. Como se había previsto, cada vez que surgen
inquietudes sobre la posible expulsión de Grecia del euro o sobre una
disolución de la eurozona, capitales europeos corren hacia los paraísos
fiscales disponibles, principalmente británicos, estadounidenses y holandeses.
En 2012, hubo
otra operación contra el paraíso fiscal chipriota. Todas las cuentas de más de
100 000 euros fueron confiscadas. Era la primera y la única vez que se
observaba ese tipo de nacionalización en una economía capitalista [2].
Durante los 8
últimos años, hemos podido ver numerosas reuniones del G8 y del G20 que han
impuesto todo tipo de reglas internacionales, supuestamente en aras de prevenir
la evasión fiscal [3]. Sin embargo, después de la imposición de esas reglas
–supuestamente válidas para todos–, Estados Unidos y, en menor medida, Israel,
Holanda y el Reino Unido se dan el lujo de no respetarlas.
Los paraísos
fiscales
Cada paraíso
fiscal tiene un estatuto jurídico particular, generalmente absurdo.
Actualmente, los
principales paraísos fiscales son el Estado independiente de la City de Londres
(miembro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte), el Estado de
Delaware (que forma parte de Estados Unidos), e Israel. Pero aún existen muchos
más paraísos fiscales, sobre todo británicos, comenzando por las islas de
Jersey y de Guernesey (miembro del ducado de Normandía y, por consiguiente,
sometida a la autoridad de la reina de Inglaterra, aunque no es miembro del
Reino Unido ni de la Unión Europea), Gibraltar (territorio español que el Reino
Unido ocupa ilegalmente) y terminando por la isla de Anguila, las Bermudas, las
islas Caimán, las islas Turcas y Caicos, las islas Vírgenes y la isla de
Monserrat. También hay algunos que pertenecen a Holanda, como las islas de
Aruba, Curazao y San Martín.
Un paraíso fiscal
es una «zona franca» que abarca todo un país. Pero, en el imaginario colectivo,
una zona franca es algo indispensable para la economía, mientras que un
«paraíso fiscal» es algo malo. En realidad, ambas cosas son exactamente lo
mismo. Por supuesto, algunas empresas hacen un uso inadecuado de las zonas francas
para no pagar impuestos mientras que otras hacen un mal uso de los paraísos
fiscales, lo cual no justifica que se cuestione la existencia de esas
estructuras, indispensables para el comercio internacional.
En su guerra
contra los paraísos fiscales no anglosajones, Estados Unidos arremetió
principalmente contra Suiza [4]. Este pequeño país había desarrollado un
estricto secreto bancario que permitía que pequeños operadores lograran montar
y desarrollar transacciones a espaldas de los grandes operadores. Al obligar a
Suiza a renunciar a su secreto bancario, Estados Unidos extendió su propia
vigilancia masiva al campo de las transacciones económicas, lo cual le ha
permitido manipular fácilmente la competencia y sabotear la actividad de los
pequeños operadores.
Durante más de 10
años, Forbes señaló a Fidel Castro como el jefe de Estado más adinerado del
mundo. Hoy está ampliamente demostrado que aquello era pura propaganda… pero
Forbes nunca se excusó.
Los «Panama
Papers»
Es en medio de
todo este contexto que Washington entrega al Süddeutsche Zeitung 11.500.000
ficheros informáticos pirateados a la firma de abogados clasificada como la
cuarta más importante del mundo en materia de creación de compañías offshore.
El robo de esos ficheros constituye un crimen y, por esa razón, los supuestos
«lanzadores de alerta» se mantienen en el anonimato.
Por supuesto,
Washington hizo previamente a una cuidadosa selección de los documentos y
excluyó, en primer lugar, todos los que tenían que ver con ciudadanos o
empresas estadounidenses y, en segundo lugar, también descartó probablemente
los que implicaban a sus buenos aliados. El hecho que algunos de sus supuestos
aliados, que actualmente tienen algún tipo de contradicción con la
administración Obama –como el presidente ucraniano Petro Porochenko– aparezcan
en los documentos revelados, nos confirma que su poderoso protector acaba de
abandonarlos.
A pesar de ser
Panamá un país donde se habla español y de que el Süddeutsche Zeitung se
publica en Alemania, el conjunto de ficheros robados fue denominado por los
espías como «Panama Papers»… en inglés.
De paso, los
autores de esta manipulación tratan de convencernos de que todo el que se
levanta contra Washington es un ladrón. Basta con recordar, por ejemplo, las
campañas contra Fidel Castro, acusado de ser un traficante de droga y
catalogado por la revista Forbes como poseedor de una de las mayores fortunas
del mundo [5]. Por haber conocido las difíciles condiciones de vida de la
familia Castro en Cuba, realmente me pregunto cómo pudo alguien inventar tamaña
idiotez. Ahora, los nuevos magnates secretos serían Vladimir Putin, Bachar
al-Assad y Mahmud Ahmadinejad, a pesar de que es legendaria la frugalidad de
todos ellos.
Esta propaganda
contra los adversarios políticos no pasa de ser la parte visible del iceberg.
Lo realmente importante es el futuro del sistema financiero internacional.
Violación de la
ética periodística
El diario alemán
Süddeutsche Zeitung es miembro del International Consortium of Investigative
Journalists (ICIJ, en español, Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación.), asociación especializada, contrariamente a lo que su nombre
parece indicar, no en el periodismo de investigación sino en la denuncia de
crímenes financieros.
En las sociedades
republicanas, la justicia debe ser la misma para todos. Pero el ICIJ, que desde
su creación ha sacado a la luz pública más de 15 millones de ficheros
informáticos, no ha cuestionado nunca los intereses de Estados Unidos. Por
consiguiente, esa asociación no puede pretender que su interés sea luchar por
la justicia.
Además, los
principios republicanos de nuestra sociedad implican toda una serie de
obligaciones para los periodistas. Esas obligaciones están estipuladas en la
Carta de Munich, adoptada en 1971 por todos los sindicatos de la profesión
periodística del Mercado Común y posteriormente extendida al resto del mundo
por la Federación Internacional de Periodistas.
Comprendo
perfectamente que ese texto impone limitaciones que resultan a veces
difícilmente soportables. Yo mismo estuve, hace algunos años, entre quienes
creían que a veces había que violarlo. Pero la experiencia demuestra que, al
violarlo, se abre la puerta a otras violaciones que afectan a los ciudadanos.
Los periodistas
del International Consortium of Investigative Journalists no se plantearon
ningún tipo de interrogante de orden ético. Simplemente aceptaron trabajar con
documentos robados y previamente seleccionados, siendo ellos mismos incapaces
de verificar su autenticidad.
La Carta de
Munich estipula que los periodistas sólo publicarán informaciones cuyo origen
conocen, que no suprimirán informaciones esenciales y que no alterarán los
textos y documentos. También especifica que los periodistas no recurrirán a
métodos desleales para obtener informaciones, fotografías o documentos.
Esas tres
exigencias fueron violadas de manera totalmente consciente, lo cual debería
llevar a que quienes incurrieron en dichas violaciones fuesen excluidos de las
instancias profesionales y provocar la destitución de los directores de la BBC,
de France-Télévisions, de NRK y, ¿por qué no?, de Radio Free Europe/Radio
Liberty (la radio de la CIA, que también es miembro del International
Consortium of Investigative Journalists).
No es este el
primer escándalo en el que se ve implicado el International Consortium of
Investigative Journalists. En 2013, fue esta misma asociación la que hizo
públicos 2,5 millones de ficheros informáticos robados a 120 000 empresas
offshore. También reveló, en 2014, los contratos entre Luxemburgo y varias
transnacionales deseosas de gozar de una política fiscal especialmente
favorable. Fue también el ICIJ quien reveló, en 2015, las cuentas del banco
británico HSBC en Suiza.
El International
Consortium of Investigative Journalists recibe financiamiento, algo que ya
puede imaginar el lector, de numerosos organismos vinculados a la CIA, como la
Fundación Ford [6] y las fundaciones de George Soros. Este último ejemplo es el
más interesante: para los miembros del ICIJ el dinero del señor Soros no
proviene de la CIA sino de las especulaciones financieras que Soros realiza en
detrimento de los pueblos, lo cual hace que ese financiamiento sea aún más
“aceptable”.
Un principio
fundamental de las sociedades republicanas es que, para ser legítima, la
Justicia debe aplicarse a todos por igual (Artículo 6 de la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789). Sin embargo, desde su creación,
el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación se abstiene
sistemáticamente de revelar los crímenes de Estados Unidos, contribuyendo así a
incrementar las injusticias.
Sin paraísos
fiscales no anglosajones, cero resistencia
No es
sorprendente que el Hezbollah tenga empresas y cuentas secretas en Panamá o en
otros países. En un reciente artículo, yo mismo mencionaba los esfuerzos de la
resistencia libanesa por autofinanciarse sin tener que depender de fondos
iraníes. Ahora tendrá que rehacer por completo el complejo montaje financiero
que tuvo que implementar anteriormente. De no hacerlo, el Líbano será presa de
sus vecinos israelíes.
Que el presidente
Ahmadinejad haya creado empresas offshore para vender el petróleo iraní
burlando el embargo contra su país no es un crimen, incluso dice mucho sobre
los esfuerzos que hizo para ayudar a su pueblo.
Que la familia
Makhluf, los primos del presidente sirio Bachar al-Assad, hayan recurrido a un
montaje financiero para burlar el embargo ilegal que las potencias occidentales
imponen a Siria y permitir así que los sirios se alimentaran a lo largo de 5
años de agresión militar contra su país, también es perfectamente legítimo.
¿Qué quedará de
todo este gran escándalo? En primer lugar, Panamá necesitará años para
restaurar su reputación, ahora destruida. Unos pocos delincuentes de poca monta
que engañaron el sistema serán enviados a los tribunales mientras que
numerosísimos comerciantes honestos tendrán que dar un montón de explicaciones.
Pero, contrariamente a las apariencias, los organizadores de esta campaña se
ocuparán de que todo se mantenga igual. El sistema seguirá existiendo pero será
cada vez más favorable al Reino Unido, Holanda, Estados Unidos e Israel.
Creyendo defender sus propias libertades, quienes hayan participado en esta
campaña no habrán hecho más que reducirlas.
Notas:
[1] Agradezco por
adelantado a los lectores que logren encontrar la entrevista sobre ese tema que
di a un medio de prensa griego en 2009. No llegué a dedicarle un artículo
completo sino solamente un párrafo incidental en «La “revolución de color”
fracasa en Irán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de junio de 2009.
[2] «El peón
chipriota», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) , Red Voltaire, 25 de marzo
de 2013.
[3] «G20:
definiendo quién manda en los mercados financieros», por Jean-Claude Paye, Red
Voltaire, 9 de abril de 2009.
[4] «Lutte contre
la fraude fiscale ou main mise sur le système financier international?», «UBS
et l’hégémonie du dollar», por Jean-Claude Paye, Réseau Voltaire, 3 de marzo y
21 de octubre de 2009.
[5] «“Forbes”
inventa la fortuna de Fidel Castro», por Salim Lamrani, Red Voltaire, 5 de
junio de 2006.
[6] «La Fundación
Ford, fachada filantrópica de la CIA», por Paul Labarique, Red Voltaire, 31 de
enero de 2005; «Por qué la Fundación Ford subvenciona la contestación», por
Paul Labarique, Red Voltaire, 31 de enero de 2005.
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