Lo bueno de las crisis es que sinceran un montón de situaciones que las épocas de bonanza permitían disimular. Tal es el caso de Puerto Rico: gracias a la crisis, se confirma lo que todo el mundo (portorriqueños incluidos) ya sabía. No son un "Estado Libre Asociado" a los EEUU, chicos. Son otra colonia de morondanga. Lo que sigue fue publicado en TeleSur.
Título: Puerto
Rico, la colonia económica de EE.UU.
Texto: Puerto
Rico cuenta con un régimen político de Estado Libre Asociado con EE.UU.,
estatus en el que la isla tiene de menos condiciones de autogobierno que la
autonomía concedida por España desde la colonización de América.
Puerto Rico es
una colonia de los Estados Unidos pese a que le llamen, desde 1952, “Estado
Libre Asociado”. Es un territorio con un autogobierno limitado que posee una
constitución para el manejo de sus asuntos internos pero cuya soberanía la
ejerce el Congreso estadounidense.
Washington decide
todo lo relacionado a su sistema financiero, las relaciones exteriores, la
migración y el comercio. Puerto Rico no puede hacer tratados comerciales con
ningún país ni recibir en sus puertos barcos con banderas diferentes a las de
Estados Unidos. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses y su moneda
es el dólar.
En la isla viven
3 millones 725 mil 789 ciudadanos (Censo 2010) mientras que en Estados Unidos
viven 4 millones 623 mil 716 puertorriqueños. Este éxodo no muestra
precisamente los “beneficios” de ser una colonia norteamericana.
El Estado Libre
Asociado está, en palabras de su gobernador Alejandro García Padilla, al borde
del default, en la quiebra financiera, con una deuda que supera los 73 mil
millones de dólares, tras “ocho años de crecimiento económico negativo”.
Para los
analistas financieros el país tendría que implementar las acostumbradas medidas
neoliberales y reestructurar su deuda pública, disminuir la nómina estatal,
reducir subsidios y gastos en electricidad y transporte y privatizar empresas
públicas. Sin embargo, estas medidas no contemplan en ninguna parte que el
Gobierno estadounidense permita la inyección de liquidez ni proteja su
estructura financiera.
Puerto Rico es
propiedad estadounidense pero no está integrada a sus leyes como un estado más,
no forma parte de éste al momento de acceder a un recurso de la legislación
federal, como declararse en bancarrota para obtener protección legal ante sus
prestamistas, pese a que sigue subordinada a las políticas financieras de
Washington.
El analista
internacional y miembro del Instituto de Relaciones Internacionales de PR, Dr.
Lajos Szaszdi León Borjas, afirma que la alta competitividad de los comercios
estadounidenses no dejan emerger a los locales puertorriqueños que representan
las fuentes generadoras de ingresos.
“Puerto Rico es
una colonia económica de Estados Unidos, los principales negocios de todo tipo
son norteamericanos, los de puertorriqueños han cerrado por no poder competir
con los negocios del norte como las Farmacias Walgreens, Farmacias CVS, Tiendas
Home Depot, Mc Donalds, Burguer King, Pollos Kentucky, en resumen, Puerto Rico
está colonizado por productos norteamericanos y ésta es una de las razones por
las cuales a Estados Unidos no le conviene la independencia de la isla porque
reduciría la posición privilegiada de sus compañías”, señaló. (Para ver
entrevista completa, pulse aquí)
Esta deuda
-consecuencia del mal uso de fondos, corrupción o el retiro de beneficios
económicos que antes generaban riquezas y que ayudaban a mantener el
presupuesto de la isla- ha generado una recesión, y todo esto ha ocurrido bajo
la vigilancia de Washington porque Puerto Rico es un territorio estadounidense.
Así que el gran
responsable de la deuda de Puerto Rico es la nación del norte -después de los
malos gobiernos puertorriqueños-, por haber permitido que la isla perdiera
fuentes de riqueza y no supervisar su endeudamiento, asevera León Borjas.
Sumido en este
escenario, Puerto Rico no puede asumir decisiones soberanas que solucionen su
crisis económica y social actual ni optar a los fondos de rescate. Por ello, el
monto "impagable" de su deuda será cada vez mayor.
La crisis del
Estado Libre Asociado
La ciudadanía de
Puerto Rico se mantiene a la expectativa ante los posibles recortes
presupuestarios, debido a que el comité que nombró el gobernador para que
prepare el plan de recuperación fiscal deberá estar listo para el 30 de agosto.
Sin embargo, se ha comenzado a implementar una serie de medidas que van en
contra del servicio público y de los habitantes, como un nuevo impuesto del
11.5% para algunos productos y servicios, así como el congelamiento de los
convenios colectivos para empleados del sector público y que incluye la
eliminación del bono navideño.
Salvador Tió
Fernández, miembro del Movimiento Independentista de Puerto Rico, expresó en
entrevista con teleSUR que la crisis en la isla es un problema estructural y de
seguir por el mismo camino, "no habrá crédito aceptable".
En Puerto Rico
"la deuda se paga con deuda y eso es insostenible”. Lo preocupante,
aseguró Tió Fernández, es que las medidas planteadas por Washington pretenden
profundizar el problema y mientras no se cambie las políticas económicas,
"la crisis seguirá creciendo y la deuda seguirá recayendo en el
pueblo". La deuda se debe renegociar, "no es posible aceptarla en su
totalidad", aseveró el luchador social.
La lucha por la
independencia
En medio de la
crisis económica que atraviesan los puertorriqueños, continúan los esfuerzos de
los patriotas por lograr su independencia.
El Partido
Independentista Puertorriqueño (PIP) informó en febrero de este año sobre el inicio
de una ofensiva internacional para que el Gobierno de los Estados Unidos inicie
un proceso de descolonización sobre el territorio nacional. Según el secretario
general del PIP, Juan Dalmau, la decisión fue tomada luego de la participación
de Rubén Berríos, en la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (Celac), que se celebró recientemente en Costa Rica.
La Organización
de las Naciones Unidas aprobó el 14 de diciembre de 1960 la Resolución 1514-XV,
la cual señala que “la continuación del colonialismo impide el desarrollo de la
cooperación económica internacional y entorpece el desarrollo social, cultural
y económico de los pueblos dependientes”.
El Comité de
Descolonización de la ONU ha aprobado diversas resoluciones donde exhorta a
Estados Unidos a reconocer el derecho a la independencia y autodeterminación de
Puerto Rico, y solicita además la liberación de todos los independentistas
presos.
Desde 1972, este
Comité de Descolonización, ha aprobado 34 resoluciones que instan a Washington
a reconocer su responsabilidad histórica y contribuir a un proceso dirigido a
que los puertorriqueños puedan ejercer su derecho a la autodeterminación.
El preso político
más antiguo del mundo es Óscar López Rivera, el líder independentista de Puerto
Rico, quien lleva 34 años detenido en cárceles norteamericanas, acusado de
“conspiración sediciosa y de pertenecer a las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional (FALN)”. Desde todos los rincones del planeta, dirigentes políticos,
movimientos sociales, religiosos, culturales y de derechos humanos han pedido
reiteradamente a Estados Unidos su liberación inmediata.
López es veterano
de la Guerra de Vietnam, en la que fue condecorado por su valor en combate. Al
regresar a Chicago, se integró a la lucha por los derechos del pueblo
puertorriqueño y participó en actos de desobediencia civil y militancia
pacífica. En 1976 se integró a la lucha clandestina en favor de la
independencia de Puerto Rico como miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional.
En 1981 fue
capturado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) acusado de
"conspiración" y por su militancia en las FALN. Al momento de su
captura, reclamó para sí la condición de "Prisionero de Guerra",
amparado en el protocolo primero de la Convención de Ginebra de 1949.
El Protocolo de
Ginebra ampara a Óscar López por ser una persona detenida en conflicto y lucha
contra la ocupación colonial. EE.UU. no reconoció la exigencia de López Rivera
y lo condenó a 55 años de prisión, tras un supuesto intento de fuga, la
sentencia aumentó a 70 años de cárcel, 12 de los cuales los purgó ya en
aislamiento total.
***
Título: Puerto
Rico en calma tras primer impago de la histórica deuda
Epígrafe: El país
no puede declararse en bancarrota, según la legislación federal
Texto: El
Gobierno insiste en que la deuda de unos 73 mil millones de dólares es
“impagable” por las fuertes presiones de los acreedores.
Los
puertorriqueños se mantienen en calma tras el primer impago de la histórica
deuda que el Gobierno de Alejandro García Padilla no canceló a la Corporación
para el Financiamiento Público de Puerto Rico (CFP) por un monto de 93,7
millones de dólares.
En respuesta a
las críticas por el incumplimiento del pago, la presidenta del Banco
Gubernamental de Fomento de Puerto Rico (BGF), Melba Acosta, sostuvo que no se
pagó por el vencimiento de una emisión de deuda de la Corporación para el
Financiamiento Público (PFC, por su sigla en inglés) y por falta de fondos
asignados para el presente año fiscal.
Para la
funcionaria, la decisión de Puerto Rico refleja las graves inquietudes acerca
de la liquidez del Estado Libre Asociado y el balance entre los compromisos con
los acreedores y las obligaciones con el pueblo puertorriqueño.
Las autoridades
puertorriqueñas aseguran no estar en condiciones de pagar una deuda de 73 mil
millones de dólares, no obstante, la isla como estado libre asociado de Estados
Unidos (EE.UU.) no puede declararse en bancarrota, de acuerdo con la legislación
federal.
El país deberá
hacer frente a la deuda luego de que el Gobierno norteamericano no se planteara
un rescate federal de la isla del Caribe de 3,5 millones de habitantes que fue
invadida por EE.UU. en 1898.
En junio, la Casa
Blanca aseguró que el Ejecutivo federal ofrecerá asesoramiento y un grupo de
trabajo con el fin de crear programas que permitan superar la crisis, pero
hasta el momento ese apoyo no se ha materializado.
Al contrario, la
exsubdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne O.
Krueger, realizó un informe en el que se plantea impulsar una serie de medidas
neoliberales en la isla como la reducción del salario mínimo, privatizaciones,
la eliminación del bono navideño, otorgar la libertad a los patrones para que
puedan despedir a sus empleados sin implicaciones legales y aumento de las
matriculas escolares, entre otras acciones.
***
Título: Puerto
Rico tendría dificultades para acceder a nuevos créditos tras impago
Epígrafe: Las
autoridades puertorriqueñas han advertido que de no activarse un plan de
salvamento financiero para el país “Libre Asociado de Estados Unidos (EE.UU.)”,
caerá en el impago y entrará en una nueva fase aguda de su crisis fiscal.
Texto:
Economistas aseguran que el no pago de la deuda pública colapsará el sistema
financiero de la isla. De incumplir con el pago de la deuda pública que alcanza
los 73 mil millones de dólares, Puerto Rico podría enfrentar mayores
dificultades para obtener un crédito en los mercados financieros.
Éste sería la
principal consecuencia del impago puertoriqueño de acuerdo con numerosos
economistas de la isla, luego de que este 1 de agosto se venciera el plazo para
cancelar una parte de la deuda de 94 millones de dólares por la Corporación
para el Financiamiento Público (PFC), dependiente del Banco Gubernamental de
Fomento (BGF).
El exjefe de
Análisis y Estudios Económicos del BGF, Santos Negrón, aseguró que al incumplir
con el pago se experimentaría una "reducción de la confianza hacia Puerto
Rico en los mercados de deuda y una todavía mayor dificultad para acceder a
financiación".
Mientras tanto,
Martha Quiñones, miembro de la Junta de Directores de la Asociación de
Economistas de Puerto Rico, destacó que de cancelar sus compromisos inmediatos
del BGF tendrá un efecto positivo, debido a que el alto porcentaje de sus
emisiones de bonos pertenecen a cooperativas financieras puertorriqueñas, de
las que forman parte casi un millón de puertorriqueños.
En medio del
escenario de imposibilidad de pago de Grecia, que recibirá su tercer rescate, y
las dificultades que atraviesa Puerto Rico, el mundo experimenta un incremento
de la deuda global que desde 2007 no ha dejado de crecer.
La deuda global
total, que incluye la de Gobiernos, empresas y hogares, alcanzó en 2014 los 199
billones de dólares.
Así, según el
Fondo Monetario Internacional (FMI), países como Japón tienen 242 por ciento de
la deuda en relación al Producto Interno Bruto; seguido de Grecia, con un 177
por ciento; Jamaica, con un 140 por ciento; y Portugal e Irlanda, sobre el 130
por ciento.
En contexto
Las autoridades
puertorriqueñas aseguran no estar en condiciones de pagar una deuda de 73 mil
millones de dólares, no obstante, la isla como “Estado Libre Asociado de
EE.UU.” no puede declararse en bancarrota, de acuerdo con la legislación
federal.
Puerto Rico
deberá hacer frente a la deuda, luego de que el Gobierno norteamericano no se
planteara un “rescate” federal de la isla del Caribe de 3,5 millones de
habitantes que fue invadida por EE.UU. en 1898.
En junio la Casa
Blanca aseguró que el Ejecutivo federal ofrecerá asesoramiento y un grupo de
trabajo con en fin de crear programas que permitan superar la crisis, pero
hasta el momento ese apoyo no se ha materializado.
Al contrario, la
exsubdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne O.
Krueger, realizó un informe en el que se plantea impulsar una serie de medidas
neoliberales en la isla como la reducción del salario mínimo, privatizaciones,
la eliminación del bono navideño, otorgar la libertad a los patrones para que
puedan despedir a sus empleados sin implicaciones legales y aumento de las
matriculas escolares, entre otras acciones.
***
Título: EE.UU.
indiferente a ofrecer "rescate financiero" a Puerto Rico
Epígrafe: La
deuda que venció ayer suma unos 58 millones de dólares que debían cancelarse a
la Corporación para el Financiamiento Público.
Texto: Las
autoridades puertorriqueñas han advertido desesperadamente que de no activarse
un plan de salvamento financiero para el país “Libre Asociado de Estados Unidos
(EE.UU.)” como alternativa ante el vencimiento de la deuda pública, caerá en el
impago y entrará en una nueva fase aguda de su crisis fiscal.
Estados Unidos
-país al que se le adjudica el territorio de la isla desde que asumió su
soberanía en 1898, después de la Guerra Hispanoamericana- no ha emitido noticia
alguna para ofrecer algún “rescate” o por lo menos su intervención para
minorizar la crisis.
Pese a que las
políticas financieras del Gobierno norteamericano son las que han trazado el
destino de la economía de Puerto Rico, no se muestra algún indicio de que
EE.UU. ofrezca posibles soluciones para evitar el colapso total del mercado en
la nación boricua, tras caer en un impago.
Washington
pareciera tener oídos sordos ante el impago de Puerto Rico. Mientras la Casa
Blanca le insiste a Europa que “ayude” a Grecia, no ofrece ánimos a la isla ni
le solicita colaboración a ningún acreedor para la reestructuración de la deuda;
por el contrario ha descartado en varias ocasiones un “rescate” financiero .
Paradójicamente
esta semana, las llamadas entre Washington y las capitales europeas se han
sucedido sin parar, interviniendo en la posibilidad de un “acuerdo” que permita
a Grecia seguir en el euro y preservar la estabilidad de los Balcanes.
Paralelamente un silencio mediático abraza la deuda de Puerto Rico desde el
ámbito de la responsabilidad que tiene EE.UU.
El Congreso
cuenta con la capacidad de modificar la Ley de Quiebras para que Puerto Rico se
pueda acoger a ella. Esto le permitiría a las empresas públicas de la isla
reestructurar su deuda en los tribunales de bancarrota como hizo en su momento
Detroit. En el caso de Puerto Rico, esa deuda asciende a 25.000 millones de
dólares; un tercio del total. Pero una propuesta en este sentido sigue sin
avanzar en la Cámara de Representantes.
La deuda que
venció este sábado, suma 58 millones de dólares, que sólo representa un tramo
de la emisión total de 94 millones que deberá amortizar a lo largo del año
fiscal la Corporación para el Financiamiento Público (CFP). Mientras que el
Banco Gubernamental de Fomento (BGF) destinó el viernes el pago de 169 millones
de dólares para afrontar sólo los pagos de los bonos del Gobierno considerados
como los “más inmediatos”, así lo informó la presidenta del ente Melba Acosta
quien no hizo referencia a la morosidad anterior.
"Es 1 de
agosto y no tenemos el dinero", dijo ayer el jefe de Gabinete de Puerto
Rico, Víctor Suárez, a medios en San Juan. "El pago no se hará este fin de
semana. No fue consignado".
Dijo además que
el Gobierno sólo tenía efectivo suficiente para operar hasta noviembre si no se
tomaban medidas adicionales para incrementar los recursos.
Hasta los
momentos la única acción por parte de la Casa Blanca fue en junio cuando
anunció que ofrecería un “asesoramiento” y un grupo de trabajo con la supuesta
finalidad de crear programas que permitan emerger de la crisis; apoyo que a un
día del incumplimiento del pago de la deuda no se ha materializado.
Contexto
Puerto Rico ha
intentado en numerosas oportunidades cambiar su condición de Estado Libre
Asociado ante el Congreso de los EE.UU pero no ha contado con el apoyo de los
republicanos ni con la debida atención del Gobierno de Obama, a sabiendas que
la libre determinación de la isla le permitiría solicitar ayuda financiera a
otras naciones.
El formar parte
del territorio estadounidense, no le da a Puerto Rico tampoco la opción de
recibir apoyo legal y declararse en banca rota como lo hizo Detroit. Es decir
que son pocas las posibilidades que tiene de superar la deuda pública superior
a los 72 mil millones de dólares, generada en gran parte por la enorme cantidad
de subsidios que otorgaba anteriormente EE.UU. como una especie de “populismo”
que acostumbró a la población a no trabajar y a emigrar fácilmente a Florida y
otros estados norteamericanos.
Este no pago de
Puerto Rico es el más notable desde que Detroit, que tenía cerca de 8 mil
millones de dólares en deuda, incumplió el pago de mil 450 millones de dólares
de bonos de pensiones asegurados, previo a solicitar la protección por
bancarrota en 2013.
Esto, sumado a
las privatizaciones, recortes sociales, migraciones masivas y el desempleo
vislumbran no sólo un “defaul” si no un espiral vicioso de crisis que tuvo un
origen pero que no asoma un final.
***
La última nota
que reproducimos es de Eric Draitser, también para TeleSur:
Título: Puerto
Rico: Troubled Commonwealth or Debt Colony?
Epígrafe: The
crisis in Puerto Rico raises a deeper political question that for years has
lurked just beneath the surface of the US territory, namely Puerto Rico’s true
status: dependent US commonwealth or neocolonial possession?
Texto: It may not
dominate international headlines as Greece has, but Puerto Rico is facing a
strikingly similar crisis, one which threatens to tear apart the very fabric of
its society. With a crushing debt burden poised to collapse the US
commonwealth, many alleged experts have warned that only through painful
“reforms” (read austerity) can the island territory make any economic progress.
But at what price is this “progress” to be attained?
The question of
ultimate responsibility is, just as with Greece, multifaceted. On the one hand,
years of mismanagement have taken their toll on the economy, leading in part to
the current crisis. On the other hand, Puerto Rico has been the victim of a
predatory capitalist campaign waged by major Wall Street banks, as well as
hedge funds and private speculators, who have become heavily overleveraged in
Puerto Rican debt through reckless bond purchases while Wall Street has
fattened itself playing the role of middleman.
But the crisis in
Puerto Rico also raises a deeper political question that for years has lurked
just beneath the surface of the US territory, namely Puerto Rico’s true status:
dependent US commonwealth or neocolonial possession? While Greece has been a
member of the European Union, thereby at the very least giving it the illusion
of democratic representation, Puerto Rico has remained little more than a
colonial possession – an economic and political vassal of the Empire, subject
to its rules and at the mercy of its lenders, while having no political
representation or legal recourse. In short, Puerto Rico’s crisis demonstrates
unequivocally that the small island commonwealth, and its 3.5 million
inhabitants, are little more than neocolonial subjects.
A Sick Patient, a
Bitter Pill
Any close
analysis of the financial crisis in Puerto Rico immediately shows that the
current dire situation was by no means unexpected. In fact, when Governor
Alejandro García Padilla declared that “The debt is not payable,” he was merely
confirming what keen financial analysts had known for a long time: Puerto Rico
was in a vicious downward spiral that would ultimately require extraordinary
intervention in order to rescue the troubled island.
But one need not
be a world class economist to understand that this was undoubtedly the case.
The precipitous decline of Puerto Rico’s GDP growth, which dropped from a high
of almost 10% in 2001 to its low of -3.3% by 2007, coincided directly with a
massive explosion of debt accumulation in the form of bond selling. In 2000,
Puerto Rico’s debt was 63.2% of its gross national product (GNP), but by 2015
it had reached a staggering 100.2% of GNP. The negative impact of such an
obviously unsustainable rise of debt accumulation was magnified by a number of
circumstances, including the expiration of Section 936, a tax incentive which
attracted a number of large companies to invest in Puerto Rico, and the onset
of the global financial crisis of 2008 which lowered tax revenues while
everything from infrastructure to pension costs continued to soar. In addition,
prices in the housing market have continued to decline, dropping by 27% since
2007, while the labor participation rate has fallen to around 40% and official
unemployment has been around 12%.
Of course,
everyone wants to place the blame somewhere. Generally, in such situations,
political leaders are immediately singled out, and Padilla’s government has
already received a good deal of criticism, some of which is somewhat unfair
considering he only assumed the governorship in 2013. In fact, the statistics
show that the debt increase was roughly equal in each of the preceding five
terms from the four previous governors. Therefore, it’s quite clear that rather
than obvious mismanagement and corruption, there was a structural and systemic
problem that allowed the crisis to metastasize.
Rather than
politicians, the real culprits are the Wall Street banks who have
parasitically, and quite handsomely, profited from Puerto Rico’s financial
straightjacket. Barclays, Morgan Stanley, Goldman Sachs, JP Morgan, Bank of
America-Merrill Lynch, and many others rushed to underwrite massive loansin the
form of bond purchases in order to then turn around and sell those bonds to
hedge funds and other investors in the US and around the world, thereby raking
in tremendous profits on the underwriting fees. Essentially, Wall Street banks
came in with enormous capital then transferred the risk on to other
speculators, while making handsome profits as middlemen.
Indeed it seems
that many of the major hedge funds active in the Puerto Rico bond market were
either short-sighted, or were outright swindled, by the big banks. As recently
as late 2013, major hedge fund managers were predicting a rally in Puerto Rican
bonds. As David Tawil, co-founder of New York-based Maglan Capital told Bloomberg,
“Over the next two years, the government should be able to make progress in
their plans… They will do a lot of fundamental changes; they will be seen as a
reforming story, so that debt should trade up substantially.”
Aside from being
woefully inaccurate, such predictions illustrate precisely why major hedge
funds are now on the hook, and why mutual fund management giants
OppenheimerFunds and Franklin Advisers are now intimately involvedin the debt
restructuring negotiations with San Juan. Those two companies alone own roughly
15% of Puerto Rico’s debt, and while acting in their own interests, are surely
also collaborating to prevent a collapse in bond values for their Wall Street
cronies in the hedge fund world. Moreover, it was OppenheimerFunds, a unit of
insurer MassMutual Financial Group and Franklin Templeton, which successfully
sued the Puerto Rico Electric Power Utility (PREPA) to prevent it from
restructuring its debt and possibly forcing financiers to take a haircut. And
so, despite the passage of the Puerto Rico Public Corporation Debt Enforcement
& Recovery Act, US courts have effectively acted in the interests of
speculators to block Puerto Rico from acting to restructure its debt.
All of this leads
to the simple fact that, from the perspective of investors, financiers, and
major institutions, the only option for Puerto Rico is brutal austerity, just
as with Greece. And so, the big guns of neoliberalism have been brought in to
justify the crushing policies of “fiscal responsibility,” made famous by the
troika in Europe. Anne O. Krueger, former World Bank Chief Economist and the
first deputy managing director of the IMF, co-authored a study entitledPuerto
Rico – A Way Forward which was released at the end of June 2015. The report
examined many of the causes of the crisis, while conveniently underplaying the
insidious role of Wall Street banks, and presented a number of deeply odious
“structural reforms.”
Chief among these
austerity measures recommended by Krueger & Co. is an attack on workers
including a proposed exemption from adherence to the US federal minimum wage of
$7.25 per hour. Additionally, the report suggests exemption from other labor
laws including a redefinition of overtime, reduction of vacation days,
elimination of end-of-year bonuses, relaxation of youth labor laws, as well as
making it easier for employers to fire employees for any minor infraction,
among other things. The report also recommends reducing the staffing of PREPA
in order to lower costs (not, of course, reducing the cost of electricity to
working class and poor Puerto Ricans), reducing and/or eliminating welfare
programs aimed at poverty reduction such as food stamps, housing benefits, etc.
Krueger and her cronies also call for the reduction of Medicaid benefits which
provide health care coverage to those in the most extreme poverty. In short,
the report reads like a manual for austerity in the near and long term.
Equally troubling
is the fact that Governor Padilla has hired Stephen Rhodes, the bankruptcy
judge infamous for his pro-banker rulings in Detroit, to act as consultant in
Puerto Rico’s debt restructuring process. In a recent interview, Rhodes
explained that the situation in Puerto Rico “is a result of the same sort of
phenomena we saw in Detroit.” Naturally, the solution for Puerto Rico will
likely be quite similar to what has been seen in Detroit, including the
stealing of pensions, the stripping of publicly owned assets, and the raising
of prices for basic needs and utilities. Of course, because Puerto Rico cannot
file for Chapter 9 bankruptcy protection, the situation might be even worse in
the commonwealth.
The Lesson: Debt
as a Weapon
Speaking at the
Summit Conference of the Organization of African Unity in 1986, the great
African revolutionary leader Thomas Sankara famously said that “Those who lent
money to us are the same people who colonized us, are the same who so long
managed our states and our economies…We were not involved in the creation of
this Debt, so we should not pay it.” His point, though specific to Africa, is
in fact true for all colonized territories throughout the world. Latin America
knows this fact well.
And, despite its
having been a possession of the United States for more than a century, this
point is no less true in Puerto Rico. It surely was not the working and poor
people who took on the debt, who made profits from bond sales, who gained from
the massive increase in debt. In fact, if anything, their quality of life has
gone down as a result of the period of massive debt accumulation. And yet,
these are the people who will have to bear the burden of the austerity, who
will have to pay to make investors whole.
In effect, Puerto
Rico has been thrust backwards in history, once again being made into a colony,
this time not by the rifle and the sword, but by the debt. Its political
process, like its economic development, remains captive to forces of the
mainland United States. Once again, the island serves as an asset to be
squeezed for every last drop by the forces of international capital. And once
again, the people have no say in the matter. The lesson of Greece is here made
immediately apparent: there is no democracy, there is no choice. There is only
debt servitude.
Of course, there
are examples in Latin America that could be followed. The legacy of Hugo Chavez
and the growing independence of countries in the region should serve as a
signal to Puerto Rico that, rather than submission and continued servitude, it
might once again be time to rekindle that age-old struggle, to demand
independence, and to accept nothing less.
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