Título: Una
heroína de la independencia americana en lugar de Colón
Subtítulo: Una
estatua de una revolucionaria reemplaza en Buenos Aires a otra del genovés
Texto: Durante 92
años al lado de la Casa Rosada (sede presidencial de Argentina) se erigió un
monumento a Cristóbal Colón. Fue entre 1921 y 2013. Pero hace dos años la
presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quiso quitarla y
reemplazarla por una estatua de una mujer que luchó por la independencia de
Argentina y Bolivia, Juana Azurduy. La escultura, que fue donada por el Estado
boliviano y costó un millón de dólares, fue inaugurada este miércoles por
Fernández y por su bar de Bolivia, Evo Morales.
"No es una
decisión caprichosa”, explicó la jefa de Estado de Argentina en 2013.
"Nosotros tratamos a todo el mundo con mucho respeto. Queremos sacar a
Cristóbal Colón para instalar al lado de la Casa Rosada, representación de toda
la historia de los argentinos, de toda la sangre derramada... queremos poner a
‘la’ Juana Azurduy, esa heroína de la independencia”, añadió aquella vez
Fernández. En cambio, este miércoles no volvió a dar explicaciones al respecto
y dio un discurso en el que señaló que tanto ella como Morales han sufrido
presuntos intentos de golpes de Estado en los gobiernos que comenzaron en 2007
y 2006, respectivamente.
Azurduy nació en
1870 en la intendencia de Potosí, en el entonces Virreinato del Río de la Plata
y la actual Bolivia. Era hija de un terratienente blanco y de una ‘chola’
(mestiza). Junto con su esposo, Manuel Padilla, participó de la Revolución de
Chuquisaca (actual Bolivia) en 1809. A partir de entonces ambos combatieron y
lideraron ejércitos y guerrillas revolucionarias contra España. El general Manuel
Belgrano, héroe de la independencia de Argentina, entregó su sable a Azurduy en
honor a su lucha. La esposa devenida militar en aquellos comienzos del siglo
XIX perdió en las batallas a su esposo y a cinco de sus seis hijos. Argentina
declaró su independencia en 1816 y Bolivia, en 1825. Para entonces Azurduy
había dejado la lucha y estaba hundida en la pobreza. Simón Bolívar la visitó y
dijo: “Este país no debería llamarse Bolivia en mi homenaje, sino Padilla o
Azurduy, porque son ellos los que lo hicieron libre”. La ascendió a coronel y
le dio una pensión, que más tarde otros gobiernos le quitarían. Murió pobre a
los 81 años en Sucre en 1862 y fue enterrada en una fosa común. Cien años
después, el Gobierno de Víctor Paz Estenssoro recuperó sus restos y los colocó
en un mausoleo en aquella misma ciudad.
Fernández no
criticó en público a Colón, pero reivindicó a Azurduy como "heroína"
Morales y
Fernández la siguieron reivindicando. El presidente boliviano la nombró
“mariscala” y creó el Bono Juana Azurduy, una subvención para mujeres
embarazadas y niños menores de dos años que busca reducir la desnutrición y la
mortalidad materno-infantil. La argentina la ascendió a general y decidió
ponerla en la plaza donde estaba Colón y que llevaba el nombre del navegante
genovés que inició la conquista española de América. Ahora la plaza se llama
como la revolucionaria.
El monumento a
Colón fue dividido en partes y trasladado a la avenida Costanera Norte de
Buenos Aires, frente al río de la Plata. Allí quiere emplazarla el alcalde
porteño y candidato presidencial conservador, Mauricio Macri. Tanto opositores
como colectivos de descendientes de italianos protestaron en su momento por la
decisión de Fernández de desplazar la figura de Colón.
El artista
argentino Andrés Zerneri esculpió la figura de bronce Azurduy, que pesa 25
toneladas y mide nueve metros de alto. Con un espectáculo que incluyó bailes
bolivianos, quedó inaugurada este miércoles en la fría noche de Buenos Aires.
No solo Fernández
ha querido retirar a Colón. Entre 2004 y 2009, el entonces presidente de
Venezuela, Hugo Chávez, quitó todas las esculturas que del italiano había en
Caracas. En su programa de televisión dijo una vez: "Cristóbal Colón fue
el jefe de una invasión que produjo, no una matanza, sino un genocidio. Noventa
millones de aborígenes vivían en esta tierra, 200 años después quedaban tres
millones. ¿Qué fue eso? Un genocidio. (Su estatua) estaba ahí, señalando el
rumbo. ¿Cómo nos va a señalar el rumbo Cristóbal Colón? Ahí hay que poner un
indio”.
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