José Luis Espert
lo había anticipado: “El peso argentino se derrumba ante el horrendo corte de
pelo de Kristina. Deberían bombardearnos, fumigarnos…” . Broda fue más lejos:
”El planeta entero nos odia; somos una porquería y lo vamos a pagar”.
Melconián, pensativo, señala: “El peso se va a la m… por los subsidios… Nunca fuimos serios… Ahorquémonos todos, por dio…”
Dale que va. En los últimos 12 meses la Argentina devaluó
un 11%, México un 19%, Brasil un 33%, Colombia un 35%. Por suerte el diario español El País tiene la posta: no es que haya depresión global, chicos. Es por la volatilidad china. Pero un poco también por la Fed. Aunque el corte de pelo de Kristina no le hace nada bien a la divisa. Y el de Dilma ni te cuento. Pero si leen la nota de más abajo, concordarán conmigo que las palmas se las lleva Adam Slater, analista de Oxford Economics. Según el maestro Slater, habría varias razones que explican el abaratamiento de las monedas latinoamericanas. Uno de esos factores sería... " el fuerte encarecimiento del dólar”. Genial, ¿no? Vayamos a la nota de El País:
Título: Las
divisas latinoamericanas sufren por la volatilidad china y por la Fed
Subtítulos: El
real brasileño y el peso colombiano, en mínimos de más de una década / Las
dudas sobre China hunden las cotizaciones de las divisas emergentes
Texto: Las
monedas de las principales economías emergentes han profundizado en los últimos
días su particular devaluación frente al dólar y las divisas latinoamericanas
no son una excepción. La volatilidad de las Bolsas chinas, que ayer recuperaron
parte del terreno perdido el lunes, ha abierto una nueva vía de agua en su
cotización, ya mermada por la expectativa de subida de tipos en EE UU y el
abaratamiento de las materias primas. En el último año, el real brasileño cede
un 33% frente a la moneda de referencia mundial, el peso mexicano cae un 19%,
el peso argentino se deja un 10% y el peso colombiano cede un 35%.
Cambio de las divisas de Brasil, México,
Argentina y Colombia con el dólar estadounidense
El segundo
traspié serio de los parqués chinos en menos de dos meses y la proximidad, cada
vez mayor, de la subida de tipos de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, se
cobran una víctima a miles de kilómetros de distancia: las divisas
latinoamericanas. En una pauta común a todas las economías emergentes, las
monedas de las cinco economías líderes de la región —Brasil, México, Argentina
y Colombia—, han ahondado esta semana en mínimos de las últimas décadas. Y el
sol peruano y el peso chileno, dos países igualmente significativos por su
exposición a los vaivenes de las materias primas y, muy especialmente, a las
industrias extractivas, acumulan sendas caídas anuales del 13% y del 15%.
Aunque la
debilidad de la divisa de un país no es una noticia necesariamente mala para su
sector productivo —actúa como catalizador de las exportaciones, al hacerlas más
competitivas—, también pone en peligro la entrada de capitales, vital para el
sostenimiento de la mayoría de economías latinoamericanas, encarece las deudas
contraídas en moneda extranjera y, en definitiva, puede entrañar un importante
riesgo para su crecimiento a medio y largo plazo.
Adam Slater,
analista de Oxford Economics, achaca la caída más reciente de las divisas a la
inestabilidad de las Bolsas del gigante asiático —que en la sesión de ayer
recuperaron parte del terreno perdido tras subir cerca de un 4% gracias al
continuo bombeo de liquidez y el mantenimiento del plan de compras impulsado
por las autoridades chinas, informa Xavier Fontdeglòria—, pero incide en la
importancia de otras causas de fondo que ya venían cotizando los mercados. “Hay
varios factores entrelazados explican el descenso: el abaratamiento de las
materias primas que produce la región, entre ellas el petróleo, el hierro y el
cobre; el desplome en las entradas de capitales y el fuerte encarecimiento del
dólar”, explica por correo electrónico.
Stephen Jen,
antiguo economista del FMI experto en divisas, pone el acento sobre una más que
probable normalización de los tipos de interés en EE UU a partir de septiembre,
que marcaría la pauta para otros bancos centrales. “En la última década,
Latinoamérica, como el resto del mundo, se ha endeudado en dólares pensando que
iba a seguir cayendo. Por eso una subida de tipos sería tan peligrosa para la
zona”, subraya.
Por divisas, tanto
Slater como Jen sitúan en el ojo del huracán al peso mexicano y, sobre todo, al
real brasileño, las dos mayores monedas de América Latina. Las causas de este
creciente temor de los analistas: sus respectivos déficits por cuenta
corriente, del 3,2% y del 4,4%. “De elegir, creo que Brasil puede ser el gran
problema”, concluye Jen.
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