Mientras al
europeo promedio se le hace creer que la creciente oleada de refugiados libios,
sirios y afganos tiene su origen en la trayectoria de Saturno por la
constelación de Virgo, o algo parecido, los militares de sus propios países se
preparan para un nuevo ejercicio a escala continental. Sí, chicos, lo mejor es
preparar la defensa contra el AOR (Abominable Oso Ruso) antes que ataque
arteramente a las indefensas familias de Occidente. Lo que sigue fue escrito
por Manlio Dinucci y apareció anteayer en Red Voltaire:
Título: Lluvia de
paracaidistas sobre las cabezas de los europeos
Epígrafe: La OTAN
redobla la realización de maniobras militares. Pero, con excepción de Manlio
Dinucci, nadie parece ver el papel que la Unión Europea ha pasado a desempeñar
en esos “juegos de guerra”. En efecto, los Tratados de la Unión ahora ponen la
defensa de los países de Europa occidental en manos de la alianza atlántica, de
tal manera que la Unión Europea y la OTAN se han convertido en las dos caras
–la civil y la militar– de una misma moneda.
Texto:
Disimuladas bajo el mayor silencio político-mediático, nubes de paracaidistas
en pie de guerra descienden actualmente sobre Europa. Se trata de la «Swift
Response» (Respuesta Rápida), «el mayor ejercicio de las fuerzas
aerotransportadas de la OTAN, unos 5 000 hombres, desde el fin de la guerra
fría». Este ejercicio está desarrollándose, desde el 17 de agosto y hasta el 13
de septiembre en Italia, Alemania, Bulgaria y Rumania, con la participación de
tropas de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Grecia, Holanda, Polonia,
España y Portugal. Por supuesto, como lo confirma un comunicado oficial, «bajo
la dirección del US Army».
En la «Respuesta
Rápida», el ejército de Estados Unidos está utilizando, por primera vez en
Europa desde la guerra de 1999 contra Yugoslavia, la 82 división
aerotransportada, incluyendo la 173ª brigada, con base en Vicenza (en la región
autónoma italiana de Friuli-Venecia Julia). Se trata de la misma brigada
estadounidense que desde abril está entrenando, en Ucrania, a los batallones de
la Guardia Nacional, notoriamente neonazis, que dependen del ministerio
ucraniano del Interior y que ahora, después de un ejercicio de fuego, también
realizado en Ucrania el 6 de agosto, está comenzando a entrenar a las fuerzas
armadas «regulares» de Kiev.
Antes de la
«Respuesta Rápida» tuvo lugar, en agosto, el ejercicio bilateral USA-lituania
denominado «Uhlan Fury», mientras que otro ejercicio similar se desarrollaba en
Polonia, al mismo tiempo que el ejercicio «Allied Spirit», realizado en
Alemania, con la participación de tropas italianas, georgianas e incluso
serbias y, como siempre, bajo el mando de Estados Unidos.
Poco después de
la «Respuesta Rápida» tendrá lugar, del 3 de octubre al 6 de noviembre, uno de
los mayores ejercicios de la OTAN, el «Trident Juncture 2015», en el que
participarán –principalmente en Italia, España y Portugal– las fuerzas armadas
de más de 30 países miembros de la OTAN o socios de ese bloque militar que
alinearán 36 000 hombres, más de 60 navíos de guerra y 140 aviones.
El general Mark
Milley, nuevo jefe del estado mayor del Ejército de Estados Unidos, ha
explicado el objetivo de esos ejercicios de la OTAN, que ahora se desarrollan
constantemente en Europa bajo el mando de Estados Unidos. Después de calificar
a Rusia de «amenaza existencial ya que es el único país del mundo con capacidad
nuclear para destruir Estados Unidos» –eso dijo el 21 de julio durante una
audiencia del Senado–, el general Milley declaró, el 14 de agosto, en su
discurso de investidura:
«La guerra, el
acto de política mediante el cual una parte intenta imponer su voluntad a la
otra, se decide en el terreno donde vive la gente. Y es en el terreno donde el
ejército de Estados Unidos, el mejor armado y mejor entrenado del mundo, nunca
debe fracasar.»
El «terreno»
desde donde parten las operaciones de Estados Unidos y la OTAN hacia el este y
hacia el sur es, una vez más, precisamente el de Europa. Y no sólo en sentido
militar sino también políticamente hablando. Un hecho emblemático es que en el
ejercicio «Trident Juncture 2015» participa –en medio del silencio político
general– nada más y nada menos que la Unión Europea como institución. Lo cual
no es, sin embargo, nada sorprendente ya que de los 28 países miembros de la
Unión Europea, 22 son a la vez miembros de la OTAN, y el artículo 42 del
Tratado sobre la Unión Europea reconoce el derecho de esos países a concretar
«la defensa común a través de la Organización del Atlántico Norte», la cual,
según se afirma en el protocolo 10, «sigue siendo la base de la defensa
colectiva de la Unión Europea».
La OTAN –cuyo
Comandante Supremo es siempre un militar estadounidense nombrado por el
presidente de Estados Unidos y cuyos otros mandos claves están igualmente en
manos de militares estadounidenses– sirve para mantener la Unión Europea en la
esfera de influencia estadounidense. De ello se benefician las oligarquías
europeas que, en pago a la «fidelidad atlántica» de sus países, participan con
las oligarquías estadounidenses en la gran repartición de ganancias y de zonas
de influencia.
Mientras tanto,
los pueblos europeos se ven arrastrados a una peligrosa y costosa guerra fría
contra Rusia y tienen que enfrentar situaciones críticas, como el dramático
éxodo de refugiados, consecuencia de las guerras de Estados Unidos y la OTAN
contra Libia y Siria.
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