El gobierno del golpista Michel Temer va a hacer daño hasta el final, según parece. Francamente, los brasileños no se merecían a este tipo. La nota que sigue es de Juan Royo Gual para el diario español El Mundo:
Título: Brasil
subasta la Amazonia, moneda de cambio de la crisis política
Texto: El lagarto
Bachia remota fue bautizado por primera vez en mayo de este año. El reptil, con
unos dedos más funcionales que los de otras especies, fue catalogado en un
lugar recóndito del parque nacional de las montañas de Tumucumaque, en la
frontera de Brasil con la Guayana Francesa. Este pedazo de selva amazónica es
de los menos alterados del país y su biodiversidad no deja de sorprender a los
científicos. "Es un lugar estratégico de conservación, cada vez que hay
una expedición se encuentran especies nuevas, lo que nos hace pensar que aún
hay mucho por descubrir", explica a EL MUNDO Cassandra Oliveira, analista
ambiental del parque.
Una parte de este tesoro natural está dentro de un
espacio más amplio: la Reserva Nacional de Cobre y sus Asociados (Renca), un
gigantesco territorio de casi 47.000 kilómetros cuadrados (el tamaño aproximado
de Dinamarca o Aragón) situado entre los estados brasileños de Pará y Amapá.
Esta reserva se
ideó en 1984, durante la dictadura militar, para proteger sus importantes
reservas de oro, hierro y manganeso de los intereses extranjeros. Con el
tiempo, dentro de la reserva se crearon parques naturales de diferentes
categorías y reservas indígenas, de los indios Wajãpi. La explotación minera
nunca llegó. Hasta ahora: el pasado 23 de agosto el Gobierno brasileño de
Michel Temer extinguió por decreto la reserva nacional y abrió sus puertas a la
industria minera.
La decisión unilateral provocó un aluvión de críticas de
partidos de la oposición, ecologistas y celebridades nacionales como Gisele
Bündchen y Caetano Veloso. En apenas unos días se recogieron 800.000 firmas
contra el decreto y contra otras medidas similares que en los últimos días solo
traen malas noticias para el pulmón verde del planeta.
La Justicia se ha puesto
de lado de los críticos con el proyecto y el pasado 30 de agosto el juez del
Distrito Federal Ronaldo Spanholo suspendió "todo y cualquier acto administrativo"
relacionado con el decreto, alegando que la Constitución no permite que el
Gobierno tome una decisión de tal calado sin previa deliberación del Congreso
Nacional.
Si el Gobierno recurre el conflicto podría llegar al Tribunal Supremo
Federal, pero de momento el Ejecutivo de Temer optó por ganar tiempo y este
jueves anunció que suspende los efectos del decreto durante 120 días para abrir
un "amplio debate" son la sociedad sobre alternativas para la
protección de la región.
En el Senado se está tramitando un proyecto de ley para
rebajar el nivel de protección de la Selva Nacional de Jamanxim. Un área de
350.000 hectáreas bajaría un escalón en su nivel de protección, lo que daría
luz verde a actividades rurales y mineras y a otorgar títulos de propiedad a
los que ocuparon la zona ilegalmente en el pasado.
La amazonía se subasta en
Brasilia
Y es que el futuro de las frondosas selvas del norte del país se decide
a miles de kilómetros, en Brasilia, donde el Congreso Nacional se convirtió en
un mercado de compra y venta de votos y la Amazonia en la mejor moneda de
cambio, según denuncian organizaciones ecologistas como Greenpeace.
"El
presidente Temer está llevando a cabo negociaciones a cualquier coste, necesita
votos desesperadamente y los parlamentarios ruralistas, para apoyarle, pusieron
encima de la mesa proyectos de ley que estaban aparcados durante décadas y no
conseguían aprobar", lamenta el coordinador de políticas públicas de
Greenpeace Brasil, Marcio Astrini, en declaraciones a EL MUNDO.
El presidente Temer
fue denunciado por corrupción el pasado mes de mayo, pero sólo sería juzgado
por el Tribunal Supremo con el aval de los diputados. El Gobierno puso todo su
empeño (repartió dinero, altos cargos e hizo promesas de todo tipo) para
garantizarse el máximo número de votos para aparcar la denuncia. Lo consiguió,
pero ahora llegó la hora de saldar las deudas.
El 'Frente
Parlamentario de la Agropecuaria' reúne a 231 diputados y 25 senadores con
intereses en el poderoso sector agrícola y ganadero de Brasil, uno de los
principales pilares de la economía del gigante suramericano, pero también la
principal causa detrás de la deforestación de sus selvas. Estos diputados
siempre fueron decisivos en la política brasileña, pero ahora se sienten más
fuertes que nunca. Por primera vez cuentan con un aliado en la presidencia
dispuesto a escucharles con cariño, enfatiza Astrini.
"Estamos en el peor
momento, en el peor retroceso ambiental que vive Brasil en los últimos 30 años;
los ruralistas están consiguiendo que se aprueben proyectos de ley que en
ocasiones llevaban décadas en un cajón, y lo están haciendo deprisa, de la
noche a la mañana", denuncia.
128 campos de fútbol de selva desaparecen por
hora
Además de la extinción de la Renca o de la selva de Jamanxim, otros
proyectos de ley van saliendo adelante con menos ruido mediático: se amnistía a
los terratenientes que se apropiaron de tierras públicas, se permite la venta
de tierra a extranjeros (lo que facilita que la selva acabe en manos de
multinacionales) y se debilita la legislación medioambiental, al tiempo que no
cesan los recortes presupuestaron a los organismos del propio Gobierno
encargados de controlar las irregularidades en la selva.
"Se da incentivos
a quien tala. Lo peor es el reflejo moral de todas estas medidas: el mensaje es
que delinquir compensa, porque la deforestación tarde o temprano es perdonada y
el Gobierno siempre está ahí para otorgar impunidad. Los que cometen
ilegalidades no sólo se libran de pagar por ello, sino que salen
fortalecidos", lamenta Astrini.
Las medidas del Gobierno brasileño para
satisfacer a los diputados ruralistas se están aprobando por decreto o incluso
por vía de urgencia constitucional. Las prisas se explican porque se espera que
Temer esté en la cuerda floja de nuevo en muy pocos días, cuando el fiscal
general del Estado, Rodrigo Janot, presente una nueva denuncia, esta vez por un
delito de obstrucción a la Justicia.
El presidente revivirá su calvario y
necesitará (otra vez) el apoyo de los diputados para frenar el proceso judicial
y mantenerse en el poder. El equipo del presidente teme que si los diputados
que le apoyaron la primera vez aún no han visto satisfechas sus demandas se
nieguen a salvarlo de nuevo.
Mientras en Brasilia se resuelven las intrigas
palaciegas en el corazón de la Amazonia, la deforestación repunta después de
varios años positivos. Entre agosto de 2015 y julio de 2016 se perdieron casi
8.000 kilómetros cuadrados de selva, casi un 30% más que en el periodo
anterior. 128 campos de fútbol de selva desaparecen cada hora. Para los
ecologistas las medidas que se están aprobando estos días no harán más que
multiplicar estos números en los próximos años.
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