Ya que estamos en
el tema, posteamos una nota de hoy de
Thierry Meyssan en Red Voltaire sobre la “retirada” rusa de Siria. Todo
suma, chicos; pasen y vean:
Título: Siria,
Rusia y la Victoria
Epígrafe: El
anuncio de la retirada parcial del contingente ruso de Siria ha desatado una
ola de comentarios que, más que reflejar la realidad, ilustran las posiciones
de quienes los emiten. Thierry Meyssan observa que los hechos no sólo
demuestran que los desacuerdos entre Moscú y Damasco están resueltos sino que
Rusia –que ha logrado obligar Occidente a ponerse realmente del lado de los
antiterroristas– tiene intenciones de que los sirios asuman por sí mismos la
liberación de su suelo.
Texto: El anuncio
del presidente ruso sobre la «retirada del grueso de nuestro contigente
militar» [1] ha dado lugar a una nueva campaña de desinformación.
Según la prensa
occidental y la de las monarquías del Golfo, Vladimir Putin, está supuestamente
«irritado» ante la intransigencia del presidente sirio Bachar al-Assad y fue
por eso que decidió retirarse de Siria para dejar a Assad solo ante sus
responsabilidades. Esos mismos comentaristas agregan que, al verse ahora sin
aliado, el presidente Assad tendrá que hacer concesiones en Ginebra y que por
fin tendrá que aceptar abandonar su país. Según ellos, Moscú ha hecho un buen
regalo a Washington por el aniversario de los 5 años de guerra «civil».
Pero, todo eso es
absurdo.
1- El general
sirio Hassan Turekmani había negociado la intervención militar rusa desde 2012.
Y si esta no se concretó hasta 3 años después fue porque Moscú optó por
terminar de desarrollar sus nuevas armas antes de ordenar el despliegue. Las
fuerzas rusas comenzaron a instalarse en julio de 2015 y nosotros fuimos los
primeros en anunciarlo, desde este sitio web, información de la que
inmediatamente se hicieron eco la prensa israelí, en primer lugar, y más tarde
los medios de prensa internacionales [2]. Lo pactado era que la campaña de
bombardeos se iniciara después de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU
que debía realizarse al margen de la Asamblea General, y que durara hasta la
navidad ortodoxa, o sea hasta el 6 de enero de 2016.
También estaba
previsto que, cuando se restaurara la paz, se desplegaría una fuerza de la OTSC
(Organización del Tratado de Seguridad Colectiva) para mantener esa paz, paso
que hasta ahora no ha sido posible.
2- Sin embargo,
al ver las dificultades de la Casa Blanca para controlar a sus aliados, Moscú
prolongó la campaña de bombardeos hasta la reanudación de las negociaciones de
Ginebra, finalmente fijada para el 15 de marzo. Es evidente que Rusia nunca vio
en esa fecha el aniversario de una seudo revolución porque la realidad es que
todo comenzó el 12 de diciembre de 2003, con la promulgación de la declaración
de guerra (la Syria Accountability Act) por el entonces presidente de Estados
Unidos George W. Bush, y prosiguió después de año en año (en 2004, cumbre de la
Liga Árabe en Túnez sobre la «democratización» forzosa del Líbano y Siria; en
2005, asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri y atribución del
crimen a los presidentes del Líbano, Emile Lahoud, y de Siria, Bachar al-Assad;
en 2006, invasión del Líbano por parte de Israel para provocar una intervención
militar siria; en 2007, creación del Frente de Salvación Nacional por la
Hermandad Musulmana; en 2008, destrucción de los medios de comunicación y de
aprovisionamiento del Hezbollah; etc.), hasta llegar, en 2011, al inicio de las
hostilidades en suelo sirio, enfrentamientos que aún se mantienen.
3- Rusia inició
la retirada de su contingente de manera ostensible. Se presentaron planes
vuelo, con 4 días de antelación, para todos los aviones de carga que debían
participar en la retirada de los hombres y del equipamiento. La fecha misma no
era una sorpresa. El general Mishal al-Zaben, jefe del estado mayor jordano, ya
había sido informado desde enero por el ministro ruso de Defensa Serguei Choigu
y por el general Fahd Jassem al-Freij, jefe del estado mayor sirio [3]. Es, por
tanto, ridículo vincular la decisión de ordenar la retirada a supuestos
desacuerdos surgidos durante los últimos días.
Los desacuerdos
políticos han sido resueltos. El primero tenía que ver con la proposición rusa
de implantar en Siria un sistema federal –rechazada tanto por Damasco como por
Riad–, proposición esencialmente vinculada a la experiencia soviética. La
diferencia es que las minorías del Medio Oriente hablan la misma lengua, lo
cual no sucedía en la antigua URSS. El segundo desacuerdo estaba vinculado a
las elecciones legislativas del próximo 13 de abril, elecciones que los rusos
querían posponer para incluirlas en las negociaciones de Ginebra, pero Damasco
se negó a violar la Constitución siria.
4- En el plano
militar, las fuerzas armadas rusas se retiran del campo de batalla, pero siguen
presentes en el Cuartel General. Ya no hay necesidad de mantener en Siria
grandes cantidades de aviones porque ya no hay objetivos que golpear: las
fortificaciones construidas por los yihadistas y los medios de transporte que
utilizaban para trasladar el petróleo robado han sido destruidos. Por el
contrario, se mantiene la totalidad del dispositivo antiaéreo –los misiles
S-400 y Pantsir-S2. Rusia renovó el equipamiento del Ejército Árabe Sirio
–seriamente afectado por 10 años de embargo– y además formó a los soldados
sirios en el uso de ese material [4]. En este momento, el Ejército Árabe Sirio
ya no está simplemente en posición de defender a la población civil ante las
embestidas de los yihadistas sino de liberar el territorio ocupado, lo cual ya
está haciendo. La ayuda rusa no fue entonces simplemente bombardear sino que
incluyó un importante apoyo aéreo a las fuerzas terrestres, como pudo verse
ayer en Palmira.
Después de
invertir cientos de miles de millones de rublos en Siria, Rusia no se retira
del Medio Oriente en momentos en que Turquía, Arabia Saudita y Líbano están al
borde de la guerra civil. Respetuosa, Rusia deja en manos de los sirios la
gloria de la Victoria que tanto merecen.
Notas:
[1] «El anuncio
de la retirada rusa de Siria», Red Voltaire, 14 de marzo de 2016.
[2] «“Les Russes
arrivent (en Syrie)!”: analyse d’une incertitude», De Defensa, 3 de septiembre
de 2015.
[3] “Jordan Says
It Knew of Russian Drawdown Plan in Syria”, Awad Mustafa, Defense News, 15 de
marzo de 2016.
[4] «El regreso
del Ejército Árabe Sirio», por Valentin Vasilescu, Red Voltaire, 5 de marzo de
2016.
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