Mientras se
dispersa la atención de la población mundial con mecanismos diversionistas
varios, continúa el pánico entre la dirigencia política de buena parte de los
países, incluidos los más poderosos. El momento es único, chicos: pocas veces
en la Historia se pueden apreciar, en tiempo real, las fases de transición
entre una y otra época (esto es, los famosos tiempos interesantes). Tenemos el dudoso
privilegio de vivir en una de estas fases; o sea, toca rocanrol. Muy a propósito de todo esto, posteamos a
continuación el último comentario público del Boletín Europeo de Anticipación
Política (acrónimo inglés: GEAB):
Título: OTAN,
bancos centrales, crisis migratoria, TTIP, tecnología…Élites occidentales[1] en
estado de pánico por un futuro en signo de interrogación
Texto: El
sentimiento que tiene actualmente el equipo del GEAB de «no saber por dónde
empezar» para seguir formando una imagen coherente y exhaustiva de la crisis,
ante la acumulación de indicadores de cambio, no es probablemente nada
comparado con lo que deben estar sintiendo los dirigentes y sus consejeros. Es
la imposibilidad de controlar los acontecimientos (por lo que probablemente se
caracterice el liderazgo occidental en 2016), lo que hace que el resto del año
se torne inquietante y difícilmente previsible. Existe un sentimiento general
de que nos aproximamos al desenlace de 10 años de cambios de paradigma. Pero el
sentimiento de pánico entre los dirigentes, particularmente entre los
occidentales, generado por la perspectiva de un cambio efectivo, nos obliga una
vez más a preguntarnos qué forma exacta tomará este desenlace.
Cuando el mundo
sobre el cual se apoyaba un sistema de gobierno desaparece, pero el sistema de
gobierno aún está «al mando», es motivo de preocupación. Los dirigentes, que
tienen sobre su mesa desafíos que sobrepasan por completo sus capacidades
conceptuales e instrumentales y que ya no tienen otra opción más que «malas
soluciones», no tienen otro remedio que tomar malas decisiones: algunas no
tendrán ningún efecto y otras, por el contrario, tendrán efectos
catastróficos. Pero es sobre todo la
imprevisibilidad de tales decisiones, lo que oscurece el futuro y alimenta el
sentimiento de pánico. Esta característica es una fuerte tendencia del año
2016, una de las que por otra parte justifica el célebre «repliegue
estratégico» que nuestro equipo ha identificado como la nota dominante del año.
En el presente
artículo introductorio de este número del GEAB, enumeraremos una serie de
hechos que constatan este creciente estado de pánico tan preocupante,
y una serie de tendencias que, según estima nuestro equipo, lo agravarán más
aún.
Algunos
preocupantes indicadores del pánico entre las élites occidentales
Teóricos de la
conspiración en el seno de la OTAN
Empecemos por la
increíble afirmación de un alto responsable estadounidense de la OTAN, que ha
declarado que «Rusia y Siria arman a los inmigrantes para perjudicar a
Europa» [2] o la de un experto en comunicaciones de la OTAN que ha asegurado que
«Putin emplea la crisis migratoria para derribar a Merkel» [3]. Desde hace
muchos años, este tipo de discursos se etiquetan en EE.UU. de «teorías
conspirativas» , echando por tierra así legítimos cuestionamientos que puedan
resultar poco tradicionales. No obstante, el núcleo del «pensamiento oficial»
se regodea en las más paranoicas hipótesis sobre maniobras ocultas de redes
ruso-chiitas que tienen como objetivo desestabilizar a Europa. Estas
declaraciones son asombrosas, tanto más cuando nuestro equipo se ha topado con
las mismas ideas con respecto a EE.UU. [4], Turquía [5], Arabia Saudita [6], etc…
Nuestros lectores saben que en ocasiones nos vemos tentados a prestar atención
a estas teorías. Pero esta vez, de acuerdo con el principio de la navaja de
Ockham, según el cual «la explicación más simple y suficiente es la más
probable» [7], hay suficientes argumentos para explicar el fenómeno: la sucesión
de los hechos desde el estallido de la guerra en Siria, la catastrófica gestión
de la crisis por parte de las potencias extranjeras occidentales, la irrupción
de un ejército de fanáticos religiosos en el caos general, los bombardeos (para
empezar, de los aliados)…
Por lo tanto, si
los generales de la OTAN, en lo más alto de la que está considerada como la
institución militar más poderosa del mundo, se permiten tales conjeturas
públicas, significa que ya no controlan nada. Y el hecho es que la intervención
de Rusia en Oriente Próximo constituye un cambio considerable en la historia,
poniendo irreversiblemente en tela de juicio la supremacía de la OTAN en el
mantenimiento de la «pax americana» en el interior del eje transatlántico y sus
alrededores. En realidad, la OTAN, que no ha conseguido transformarse tras la
caída del muro [8], se enfrenta actualmente a las últimas etapas de una profunda
crisis existencial: sobrevivir o mantener la paz. Los europeos quieren crear
una defensa común europea pero, mientras esperan, no quieren seguir
financiándola [9]; EE.UU. se cuestiona su participación [10]; Turquía la arrastra
a batallas junto con Arabia Saudita [11]; y su Estado Mayor se dedica a fomentar
la intensificación de las tensiones euro-rusas; en cuanto a Merkel, propone
operaciones de rescate en el mar Egeo, con el loable objetivo de desviar la
atención de su pequeña riña con los rusos [12].
Dicho esto, la
desaparición de la OTAN forma parte de las hipótesis que atemorizan a nuestros
dirigentes ya que, aunque tienen la responsabilidad de contribuir a la
adaptación del sistema al que pertenecen,
no debemos olvidar que también trabajan para su preservación. Reformar
la OTAN sería su mayor logro. Por el contrario, verla desaparecer supondría
ciertamente una angustia existencial para todos los miembros de la élite
occidental. Hay que ser un político de primerísimo rango para asumir la muerte
de una organización tan simbólicamente central como es la OTAN, sobre todo en
la inestabilidad del ambiente actual. Está claro que el pánico ha cundido entre
los responsables de la OTAN, pero sin duda también entre una parte de los
dirigentes europeos.
Indecisión en la
crisis migratoria
Con respecto a la
gestión de la crisis de los refugiados, las decisiones tomadas en la última
cumbre de la UE en Turquía son impresionantemente incoherentes: por una parte,
parece que se ha encontrado una solución (que sea Turquía, antes que Grecia, la
que asuma el papel de campamento de tránsito hacia Europa y que sea la UE la
que gestione los flujos migratorios de manera organizada [13]); pero, por otra
parte, a cambio de esta solución se han realizado promesas de visados libres
para los turcos y promesas de integración europea que anulan instantáneamente
el carácter tranquilizador del primer punto en relación a la crisis de
identidad de los europeos [14]: Turquía tiene 2,3 millones de refugiados…pero la
UE tendrá 75 millones de turcos más los 2,3 millones de refugiados.
El acuerdo, que
parece ser obra de Merkel (DE), Davutoglu (TR) y Rutte (NL), habiendo dejado de
lado a los representantes europeos Juncker y Tusk, debe ahora validarse en el
próximo Consejo de la UE el 17 de marzo. El descontento que va a generar entre
la opinión pública, corre el riesgo de centrarse una vez más en la UE, ya que
son solo algunos dirigentes nacionales quienes año tras año toman las
decisiones, mientras los demás las eluden [15].
Este tipo de
acuerdos que enfurecen a todo el mundo (incluidos los turcos, de entre los
cuales muchos deben temer que este nuevo lecho de esperanzas de integración
quede frustrado, como ha ocurrido con los demás), muestran lo intrincadas que
son estas situaciones, imposibles de resolver de manera fácil. Y cuando los
dirigentes no consiguen encontrar mejores soluciones a problemas tan concretos
y urgentes, es evidente que se encuentran en estado de pánico.
Y sin embargo
parece que incluso los «grandes banqueros» del mundo habrían adoptado también
esta solución tan poco eficaz…
Los bancos
centrales pierden su chispa
Resulta
conveniente comparar la importancia atribuida, hace solo 8 años, a las
declaraciones sibilinas de un Ben Bernanke cuya exégesis dictaba su ley a los
mercados [16], con la importancia que prestaron los mercados a acontecimientos
tan cruciales como la primera subida en 10 años de los tipos de interés, por
decisión de Janet Yellen, hace unos meses [17]; o con el anuncio más reciente de
Mario Draghi de un nuevo aumento significativo de su QE europea [18]. No
solamente estas grandes decisiones no han tenido el efecto esperado sobre los
mercados (que ahora toman en cuenta muchos otros parámetros para sus
estrategias), sino que además, en el caso del BCE, han sido objeto de
fulminantes críticas por parte del núcleo del sistema en el que se inscriben:
medios de comunicación financieros y alemanes [19], para empezar.
Pero en
comparación con la época en la que un hombre podía hacer y deshacer a su antojo
en las finanzas mundiales y con el sentimiento de confianza y poder que esto
confirió a este hombre y al sistema que encarnaba, la vida es ahora
infinitamente más complicada para estos personajes que se creen centrales pero
cuyas varitas mágicas cada vez tienen menos efecto. Modo pánico on.
«Firmar el TTIP
antes de la despedida de que Obama se vaya»
La comisaria
europea Cecilia Malmstroem pretende que el TTIP se firme antes de que Obama se
vaya [20]. La única explicación para tal urgencia, como todo el mundo sabe, es
que considerando la impopularidad del TTIP entre la opinión pública durante la
era de Obama, cuando esta acabe el acuerdo será totalmente invendible. Clinton
nunca tendrá una imagen tan buena como la de Obama y no hablemos de Trump. Los
«fanáticos del TTIP» que recorren los pasillos de Bruselas saben que después de
este año, ya no existirán más oportunidades y podrán tirar por tierra los
cientos de miles de horas y euros gastados en este proyecto. De modo que están
dispuestos a quemar el último cartucho… probablemente ya sin creer en ello.
Pero resulta
bastante chocante que les responsables de la Comisión Europea, que están al
servicio de los intereses públicos europeos, estén dispuestos a forzar un
acuerdo de libre comercio con un país del cual saben, sin duda alguna (ya que
anticipan que las opiniones no querrán por nada del mundo asociarse con
EE.UU.), que corre el riesgo de navegar gravemente a la deriva política. De
nuevo resurge, a raíz de este tipo de información, un sentimiento de pánico
entre nuestras élites, que intentan a cualquier precio alcanzar los objetivos
de un sistema moribundo, en detrimento de toda racionalidad o pertinencia[21].
Desafíos
fundamentales que sobrepasan considerablemente el radio de acción de las élites
occidentales
Centrémonos ahora
en una serie de tendencias que revelan la dimensión, totalmente fuera del
alcance de nuestros dirigentes, de los desafíos que prevén.
Exponencialidad
del progreso
Más adelante en
este mismo número, veremos los considerables desafíos humanos en relación a la
próxima revolución tecnológica, la de la inteligencia artificial y la robótica.
Todos aquellos que han tomado la revolución de Internet como una aceleración
del ritmo de transformación social, dicen que no hemos visto nada en comparación
con lo que llega ahora con la inteligencia artificial, que va a exponencializar
la velocidad del progreso y de la transformación social. Es evidente que las
estructuras estáticas e incluso supra-estáticas oficialmente a cargo de
preparar y supervisar este desarrollo, no están a la altura de los desafíos que
se anuncian. ¿Cuáles serán estos? Nuestro futuro es un signo de interrogación.
Ciberdelincuencia
en constante evolución
En los últimos
tiempos, un virus informático llamado «ransomware» ha causado estragos en todo
el planeta, encriptando los datos y solicitando una razón para desencriptarlos.
Este tipo de operaciones gigantescas de retención de información han bloqueado
ya hospitales [22], ayuntamientos [23], empresas y particulares…No es más que un
ejemplo de todas las «innovaciones» que esperan permanentemente a la llegada de
la Policía. ¿Tiene esto alguna relevancia a nivel nacional? ¿Cómo podrían los
políticos y los medios de comunicación a nivel nacional, al menos situar esta
problemática en el buen camino hacia la resolución? Para ello, tendrían que
bajar de su trono, reconocer sus límites, promover la necesidad de la
interconexión…en resumen, renegar de aquello a lo que más se acogían (hacer
creer al pueblo que son la cumbre de la pirámide) y reconocer que existen otras
miles, millones de pirámides que deben trabajar juntas para resolver los
problemas de la interconexión de la sociedad.
Los bancos están
particularmente familiarizados con estos problemas de ciberdelincuencia, por los
que gastan gigantescas sumas de dinero para actualizar constantemente el nivel
de seguridad de sus sistemas informáticos.
De nuevo, lo que causa verdadero pánico es el hecho de que estas
cantidades destinadas a la ciberseguridad, presentan igualmente características
de exponencialidad… y por tanto de incontrolabilidad[24], lo que dificulta la
previsión del futuro.
Envejecimiento de
las centrales nucleares
En este número,
veremos asimismo los considerables desafíos con respecto al peligro que supone
para el planeta, el mantenimiento y el desmantelamiento de las centrales
nucleares en Occidente; así como el hecho de que ni las empresas públicas ni
las privadas que las han construido, ni los Estados que las albergan, disponen
de los medios necesarios para ocuparse correctamente de esta crucial misión.
Los organismos europeos e internacionales que podrían encargarse ya no existen
y, con las conflictivas relaciones europeas e internacionales actuales, es
difícil determinar las bases sobre las que erigirlos. No obstante, estos
riesgos conciernen, en un primer plano, a los Estados que han creado las
condiciones para que se produzcan, pero que son incapaces de resolver las
consecuencias de sus decisiones pasadas. Otra buena razón para nuestros
dirigentes por la que alarmarse.
Multipolarización
global, por supuesto…
La
multipolarización global es otra tendencia que nuestros lectores conocen bien y
que pone en tela de juicio todos los modus operandi y concepciones del mundo de
las élites occidentales, asustados por un entorno sobre el que no han aprendido
nada en la escuela. En 10 años de transformación de la configuración global,
EE.UU. ya no es más que una potencia entre muchas otras, el petrodólar está
muerto, Rusia es un actor principal en Oriente Próximo, Irán vende su petróleo
en euros, la City debe integrarse en una red mundial de centros financieros
mundiales de equivalente tamaño, las empresas de construcción y obras públicas
más grandes son chinas, el FMI quiere cooperar con el AIIB chino y la NDB
BRICS [25]… pero, sobre todo, sienten confusión acerca del hecho de que ya no
habrá personas que aprendan en la escuela tradicional. La virtud principal de
los sistemas de gobierno del s. XXI ya no es la estabilidad, sino la
adaptabilidad. Los hombres y las estructuras oficialmente al mando aún no están
preparados para ello. Tienen muchos motivos para asustarse, y los ciudadanos
también… [26]
La combinación de
todos estos signos de interrogación, sobre la capacidad de los sistemas de
gobierno públicos y privados para controlar sus transformaciones y llevar a su
pueblo hacia un futuro mejor, conforma un gigantesco signo de interrogación
colectivo de dimensión global, que debe tenerse en cuenta actualmente a la hora
de realizar cualquier trabajo de anticipación sobre los años venideros…
Notas:
[1] Aunque hemos atribuido a las élites
occidentales el sentimiento de pánico que tanto nos preocupa, está claro que
las potencias emergentes, aunque son forzosamente más compatibles con el s. XXI
por naturaleza, también están expuestas a este pánico.
[2] Fuente: CNBC, 02/03/2016
[3] Fuente: i24news, 06/03/2016
[4] Fuentes: ZeroHeldge, 08/07/2015 ;
yournewswire.com, 19/09/2015
[5] Fuente: Moon of Alabama, 03/09/2015
[6] Fuente: Breitbart, 10/09/2016
[7] Fuente: Navaja de Ockham, Wikipedia
[8] Fuente: Le Monde, 10/06/2010
[9] Fuente: About Croatia, 28/01/2016
[10] Fuente: National Interest, 07/10/2015
[11] Fuente: ZeroHedge, 22/02/2016
[12] Fuente: EuroNews, 10/02/2016
[13] Fuente: BBC, 08/03/2016
[14] Fuente: Politico, 07/03/2016
[15] Fuente: Euractiv, 08/03/2016
[16] Fuente: Market Watch, 23/05/2013
[17] Fuente: Reuters, 15/01/2016
[18] Fuente: The Guardian, 10/03/2016
[19] Fuente: Les Echos, 11/03/2016
[20] Fuente: EUObserver, 22/02/2016
[21] En este sentido, la misión aparentemente
única de Mario Draghi de garantizar en la medida de lo posible un 2% de
inflación en la zona euro, es un indicador de la completa estupidez en función
de la cual actúan nuestros responsables: habría muchos otros objetivos a los
que dedicarse en el contexto actual de transformación sistemática profunda.
[22] Fuente: PRWeb, 21/02/2016
[23] Fuente: 20 minutes, 08/03/2016
[24] Sobre los desafíos de la ciberseguridad para
los bancos en 2016: American Banker, 05/01/2016
[25] Fuente: Russia Beyond the Headlines,
14/03/2016
[26] Estos cuatro ejemplos son solo una pequeña
parte de la gran cuestión: flujos migratorios fuera de control, guerrillas
contra el terrorismo, desafíos medioambientales en general…por nombrar algunos
de los desafíos vitales más conocidos, que están fuera del alcance de los
mecanismos a disposición de los actuales sistemas de gobierno.
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