Una de las
razones por las que existe este blog es el asco que da leer la papilla
predigerida y mentirosa que pasa por “noticias” en manos de la prensa
corporativa. Voluntarismo al palo, lo sabemos; no va a cambiar el mundo,
también lo sabemos. Otra gente, por el contrario, avanza con respuestas más
estructurales. Al respecto, reproducimos una bella nota de Roberto Quaglia para
Red Voltaire.
Título: ¿Podremos
avanzar hacia un mundo multipolar en la actual situación de hegemonía
mediática?
Epígrafe: Los
Estados que luchan contra el imperialismo no parecen haber tomado conciencia –o
en todo caso no lo suficiente– de la importancia que reviste la existencia de
medios de prensa no alineados. Sin embargo, las pruebas están a la vista.
TeleSur, al-Mayadeen, PressTV y Russia Today defienden la libertad mucho mejor
de lo que pudiera hacerse con otras armas. Y es precisamente de armas que
estamos hablando.
Texto: La gran
cuestión de la geopolítica en este momento reside en saber si nos dirigimos
hacia un mundo unipolar totalmente dominado por Estados Unidos (lo que los
estadounidenses llaman, con la mayor arrogancia, «Full Spectrum Dominance») o
si, por el contrario, marchamos hacia un mundo multipolar donde deberían
coexistir varios centros de poder.
Desde un punto de
vista económico, el mundo ya es multipolar: Estados Unidos sólo representa
alrededor de un 18% del Producto Bruto Mundial, según los datos de 2013, y esa
contribución estadounidense se mantiene en constante descenso.
¿Cómo es posible
entonces que Estados Unidos siga ejerciendo un nivel tan alto de dominación
global? Su gigantesco presupuesto militar no basta para explicar tan alto grado
de predominio. Es evidente que nadie puede pasarse la vida bombardeando a todo
el mundo…
La primera herramienta
mágica de Estados Unidos para garantizar su predominio mundial es el dólar. Y
el uso del término «mágica» no obedece aquí a la búsqueda de un simple efecto
de estilo. El dólar es, efectivamente, una obra de magia ya que la Reserva
Federal puede fabricarlo en cantidades ilimitadas y el mundo entero considera
esos dólares como un valor real, aunque lo que en realidad tiene en mente son
los petrodólares. Gracias a eso Estados Unidos puede darse el lujo de dedicarse
a financiar «revoluciones de colores» y otras operaciones subversivas en todo
el mundo. El hecho es que, fundamentalmente, eso no le cuesta nada. Ese es uno
de los problemas que habrá que tener en cuenta para lograr que exista un mundo
multipolar.
La otra súper
arma de Estados Unidos es su predominio en el plano mediático, donde ejerce una
hegemonía casi absoluta, cuya verdadera dimensión escapa a la mayoría de los
analistas.
Hollywood es la
máquina propagandística más fantástica del mundo. Exporta e incrusta en miles
de millones de cerebros los estándares hollywoodenses de interpretación de la
realidad. Estos estándares incluyen la manera de pensar, de vestirse, lo que
debemos comer y beber y… cómo expresar la disidencia.
En efecto,
Hollywood nos impone incluso –¡y con extrema precisión!– su propia manera de
expresar nuestra oposición al «American Way of Life». Para mencionar un solo
ejemplo –aunque son innumerables–, cuando hacen referencia a una red invisible
que controla nuestras vidas los disidentes hablan principalmente de la película
The Matrix. Pero hasta esa película forma parte de la matriz, por decirlo de
manera un poco cómica. Se trata, efectivamente, de la manera hollywoodense de
condicionar nuestra comprensión del hecho que vivimos en un mundo engañoso. Al
utilizar las alegorías Made in USA así como sus símbolos y metáforas, usted se
convierte en parte del sistema estadounidense y contribuye así a darle más
cuerpo.
Gracias a la
penetración de la CIA en la mayoría de las redes informativas realmente
importantes, Estados Unidos también controla los grandes medios de prensa del
mundo entero. En su libro Gekaufte Journalisten (En español “Periodistas
vendidos”), el periodista Udo Ulfkotte, quien trabajó durante 17 años para el
Frankfurter Allgemeine Zeitung, uno de los más importantes diarios de Alemania,
confesó recientemente que la CIA le pagó para que manipulara las noticias y que
eso es bastante frecuente en los diarios alemanes. Podemos estar seguros de que
lo mismo sucede en otros países.
El control global
sobre los medios de prensa permite a Estados Unidos presentar lo blanco como
negro a los ojos del público. Es particularmente impresionante como los medios
europeos bajo control estadounidense han deformado completamente los hechos de
la crisis en Ucrania, donde la junta de Kiev –infestada de nazis– que llegó al
poder gracias a un golpe de Estado ha estado bombardeando y matando a sus
conciudadanos durante meses mientras que los medios occidentales insisten en
presentarla como “los buenos” y califican a Putin de «nuevo Hitler», sin que
los hechos justifiquen ese calificativo.
Para comprender
hasta qué punto el control sobre la información permite modificar la percepción
de la realidad y de los hechos, hay que recordar la frase de Karl Rove –en
2004– cuando era consejero de seguridad del entonces presidente George W. Bush:
«Ahora somos un
imperio y cuando actuamos creamos nuestra propia realidad. Y mientras ustedes
estudian esa realidad, juiciosamente, como ustedes quieren, nosotros actuamos
nuevamente y creamos otras realidades nuevas, que ustedes pueden estudiar
igualmente, y así suceden las cosas. Nosotros somos los actores de la Historia
(…) Y ustedes, todos ustedes, sólo pueden estudiar lo que nosotros hacemos.»
Y como si no
bastara son eso, la mayoría de las noticias que circulan actualmente se
redactan en computadoras que funcionan con sistemas de explotación
estadounidenses (Microsoft y Apple) y la gente –incluyendo a los que se oponen
a Estados Unidos– se comunica entre sí a través de herramientas y redes bajo
control de la CIA, como Facebook, Gmail, etc.
Es precisamente
en ese sistema, que constituye prácticamente un monopolio sobre la información,
que reside la verdadera diferencia. Y, por consiguiente, aunque la importancia
económica de Estados Unidos se ha reducido considerablemente durante los
últimos decenios, los países que tratan de abrir paso a un mundo multipolar
deberían revisar sus prioridades y, en vez de concentrarse únicamente en sus
problemas económicos, comenzar a competir seriamente con Estados Unidos en el
sector de los medios de información teniendo en cuenta que hoy en día el poder
es fundamentalmente una cuestión de percepción y Estados Unidos sigue
disponiendo de un predominio indiscutible en la materia. Y no habrá mundo
multipolar mientras no aparezcan en escena capacidades y medios comparables a
los de Estados Unidos en materia de información.
Ya existen
algunos medios no alineados de prensa de excelente calidad y que apuntan a una
audiencia. Los más conocidos son Russia Today y PressTV. Pero eso no es nada en
comparación con el permanente tsunami audiovisual de medios alineados que
inunde el mundo durante las 24 horas del día. Russia Today tiene previsto abrir
nuevos canales en francés y alemán, lo cual constituye un progreso pero está
lejos de ser suficiente.
Que los países
hagan negocios sin contar con Estados Unidos es algo que no molesta realmente a
Washington. Cuando el poder estadounidense comienza a inquietarse es cuando
esos países negocian entre sí utilizando alguna moneda que no sea el dólar.
Pero se vuelve verdaderamente loco de rabia cuando aparecen redes informativas
no alineadas realmente importantes, lo cual es bastante paradójico dado que la
libertad de prensa es un elemento central de la mitología moderna estadounidense.
El problema es
que toda fuente de información no alineada sobre Estados Unidos representa una
amenaza para el monopolio que ese país ejerce sobre la realidad. Y es por eso
que Estados Unidos tiene que demonizar a sus competidores por todos los medios
a su alcance y presentarlos como «antiamericanos» o como algo mucho peor.
El hecho es que
los periodistas y redes no alineadas de información no son a menudo otra cosa
que una interpretación no estadounidense de la realidad, y no necesariamente
una interpretación «antiamericana». Sin embargo, desde el punto de vista de los
hegemonistas estadounidenses, toda información no estadounidense es por
definición «antiamericana» ya que la preservación del imperio estadounidense se
basa esencialmente en el monopolio de la forma de interpretar la realidad.
Basta con recordar la ya mencionada frase de Karl Rove.
Es por eso que
los países que no se alinean tras la política de Estados Unidos, los países que
realmente desean el surgimiento de un mundo multipolar, no tienen más opción
que analizar el ejemplo de su adversario y actuar en respuesta.
Más allá de
proceder a la creación de su propia red de medios de prensa, esos países deben
comenzar por aportar el mayor respaldo a la información independiente en los
países donde la información se halla actualmente bajo la dominación de Estados
Unidos. Numerosos periodistas, escritores e investigadores independientes
trabajan fundamentalmente movidos por la pasión cívica, y a menudo de manera
sin ningún tipo de remuneración, mientras tienen que enfrentar –en la mayoría
de los casos– el escarnio público, se ven marginados de la sociedad y tienen
que vivir en situación de dificultad económica.
Ante su precaria
situación, viéndolos difamados y calumniados en sus propias países y sin ningún
tipo de ayuda de parte los países que presuntamente desean escapar a la
dominación estadounidense, no podemos hablar de un inicio brillante para
quienes luchan por poner fin a la Full Spectrum Dominance estadounidense.
No existe ni
podrá existir un mundo verdaderamente multipolar sin el surgimiento de una
considerable gama de puntos de vista también multipolares. El imperio
postmoderno es ante todo un estado de ánimo. Si nuestro estado de ánimo sigue
siendo unipolar, el mundo también seguirá siéndolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario