viernes, 12 de septiembre de 2014

Dear Putin


Ha comenzado a circular una carta en Occidente, una carta dirigida al Presidente de la Federación Rusa, escrita y refrendada, fundamentalmente, por ciudadanos de los EEUU y la Unión Europea. Ya fue traducida a quince idiomas y tiene su propia página web: http://dearputin.com. Al día de hoy ha sido firmada por casi 17.500 personas. Reproducimos la versión castellana de esta carta: 

“Estimados Presidente Putin y el pueblo de Rusia:

Les rogamos acepten nuestras disculpas por el comportamiento de nuestros Gobiernos y medios de comunicación. Las naciones occidentales, encabezadas por Estados Unidos, parecen decididas a iniciar una guerra contra Rusia. Una persona sensata reconocería las terribles consecuencias de una guerra semejante y haría todo lo posible por evitarla. De hecho, parece que esto es exactamente lo que usted, Presidente Putin, está haciendo. Ante el flujo interminable de mentiras y provocaciones, usted ha logrado evitar que Rusia sea arrastrada a una guerra nuclear. 

Los acontecimientos en torno a la guerra en Ucrania son manipulados para que usted sea presentado como un agresor, cuando los hechos demuestran claramente lo contrario. Diariamente, bandas neonazis cometen atrocidades contra los ciudadanos de Nueva Rusia y reciben apoyo político y financiero de los Gobiernos occidentales. El ejército ucraniano ha atacado puestos de control y ciudades rusas, y regularmente bombardea a los refugiados que intentan huir del país. Rusia fue culpada por el derribamiento del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, a pesar de que las pruebas sugieren que el vuelo fue derribado por el ejército ucraniano. Usted ofrece ayuda humanitaria al pueblo de Lugansk, y a cambio, es acusado de contrabandear armas hacia Ucrania. 

¿Por qué es usted el blanco de estas mentiras y provocaciones? Los delincuentes patológicos de Occidente ejercen presión para que se produzca una guerra con Rusia porque necesitan un enemigo externo. Mientras las personas se centren en “la agresión rusa” seguirán sin ser conscientes de los verdaderos responsables de la caída de la economía estadounidense y de su sistema social. El último gran presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, describió a nuestro enemigo común en 1961:

“En todo el mundo nos enfrentamos a una conspiración monolítica y despiadada que se basa en medios encubiertos para expandir su esfera de influencia, basada en infiltración en lugar de invasión, en subversión en lugar de elecciones, en intimidación en lugar de libre elección, en guerrillas de noche en lugar de ejércitos de día.

Es un sistema que ha empleado vastos recursos humanos y materiales para construir una máquina estrechamente entretejida y altamente eficiente que combina operaciones militares, de inteligencia, diplomáticas, económicas, científicas y políticas… Se ocultan y no se difunden sus preparativos. Se entierran sus errores, y no salen en los periódicos. Se silencia y no se elogia a sus disidentes. No se cuestiona ningún gasto, no se publica ningún rumor, ni se revela ningún secreto.” 

Desde ese entonces, el Gobierno de Estados Unidos y otras naciones occidentales han sido infiltrados por esta “conspiración despiadada”. Si bien no se trata necesariamente de un grupo unido, creemos que sus líderes piensan y actúan sin la carga de una conciencia moral humana normal. Es por eso que están dispuestos a sacrificar la vida de millones o miles de millones de personas. Suministran armas a Israel que son utilizadas para la masacre masiva de miles de palestinos. Militarizan la policía en lugares como Ferguson para proteger y fortalecer su poder sobre el pueblo. Mienten para desatar guerras que se cobran la vida de millones de personas para aumentar su poder político. Son despreciables. 

Al igual que JFK, usted tiene una formación militar, por lo que lo impulsa su sentido de responsabilidad a la hora de proteger y servir al pueblo de Rusia. Parece que, como él, usted reconoció la locura de la guerra nuclear y aboga por la paz. Se niega a avalar al Imperio americano y está trabajando para socavar su poder sin involucrarse en un conflicto militar directo. En vez de eso, Rusia ha desarrollado relaciones estrechas con muchos países a través de organizaciones como el BRICS, ha perdonado deudas antiguas y ha trabajado con sus socios para alcanzar metas que sirvan los intereses del pueblo. La idea de las alianzas internacionales ha sido descrita como un enfoque multipolar y contrasta fuertemente con las políticas unipolares e imperialistas de EE.UU., donde se controlan los recursos de todos los países para beneficiar a unos pocos poderosos, y a expensas de Nosotros, el Pueblo.

Rechazamos la codicia, el odio y el ansia de poder que manifiestan nuestros “líderes”. Estamos indignados y horrorizados ante la matanza de millones de personas inocentes en nombre de la libertad y la defensa personal. Deseamos la paz y la justicia para todas las personas. Queremos una paz real y duradera, del tipo del que JFK una vez habló:

“¿Qué clase de paz buscamos? No una Pax Americana impuesta al mundo por las armas de guerra estadounidenses. Tampoco la paz de la tumba o la seguridad del esclavo. Estoy hablando de una paz genuina, el tipo de paz que hace que la vida en la Tierra valga la pena, aquella que permite que los hombres y las naciones crezcan y tengan esperanza, y construyan una vida mejor para sus hijos —no sólo paz para los estadounidenses, sino paz para todos los hombres y las mujeres— no sólo la paz en nuestra época, sino la paz para todos los tiempos.”

La paz y la justicia verdaderas son imposibles mientras la “conspiración despiadada” gobierne desde las sombras Estados Unidos y otras naciones. Oremos para que a través de nuestros esfuerzos mutuos podamos derrotar a los criminales hambrientos de poder y despiadados que buscan esclavizarnos a todos. Oremos para que, en su lugar, promovamos una paz genuina que haga que vivir en la Tierra valga la pena.

Atentamente, [firmas]”

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