¿Qué es una noticia? Estamos tan acostumbrados a creer que lo que aparece en los diarios son “noticias”, que andamos anestesiados de reflejos. Tenemos, todavía, esa tendencia a creer que la hojeada a un diario o a un telenoticiero nos va a brindar un panorama de lo que “realmente pasa”. Si bien intuitivamente nos resistimos a creer que, por ejemplo, la edición impresa del diario La Nación de hoy tenga algún tipo de noticias (excepto que consideremos noticia a alguno de estos títulos: “Analiza el oficialismo abrir los countries”, “Intentaron robar en el piso de la Presidenta”, “Condenas por fumigar cerca de un barrio”, o “Una protesta deja sin policías a varias ciudades del Chubut”, por mencionar cuatro de los seis títulos de tapa), terminamos aceptando la muestra ofrecida como algún tipo de panorama de algo.
Por supuesto, siempre ocurren cosas; en casa, en el barrio, en la región, en el país y en el mundo. De lo que se trata es de distinguir, entre la infinidad de eventos cotidianos de toda índole, aquellos que importan más que otros, según determinados criterios; por ejemplo, qué eventos impactarán más sobre la vida de cuántos.
De lo ocurrido en los últimos siete días se nos ocurren dos títulos que, por su gravedad o importancia global, merecerían estar en la portada de cualquier diario medianamente importante del mundo, a saber:
1. Esta semana el analista energético Gregor Macdonald postea en su sitio web Gregor.us un título ominoso: “The demise of the car” (La desaparición del automóvil). El resumen ejecutivo de su ensayo consta de cinco puntos:
- A escala global, la demanda energética comienza a virar del petróleo a la electricidad.
- Los países desarrollados están psicológicamente atados a una infraestructura petróleo-dependiente; los países en desarrollo, por su parte, intentan imitarlos, condenándose así a padecer las mismas debilidades de aquéllos.
- La demanda de energía es mucho menos elástica que la de petróleo.
- Los precios del petróleo pronto se elevarán significativamente.
- A medida que aumente el reconocimiento global de la importancia de las redes eléctricas, ocurrirán inversiones masivas en la infraestructura relacionada con dicha red, en desmedro de la infraestructura vinculada al automóvil.
Uno se pregunta qué implicancias tiene esto en el esquema de transportes de un país. Una vuelta al transporte público, en primer lugar. Pero cuántas otras cosas.
2. En los EEUU, el Departamento de Seguridad Interior (Department of Homeland Security, en adelante DHS), uno de los engendros surgidos a partir de los eventos del 11 de Septiembre de 2001, acaba de comprar municiones para armas de fuego por un total de 750 millones de unidades. Más o menos dos balas y media por cada habitante de ese país. El sitio web de noticias OpEdNews.com aclara que, entre los varios tipos de munición adquiridos, se incluyen 209.000 unidades de balas #00 buckshot y de más de 2 millones de unidades para armas de calibre .357 Sig. “Estas balas están diseñadas para una sola cosa: matar a corta distancia seres humanos. Seres humanos estadounidenses. La bala #00 buckshot carece de exactitud, pero puede cortar a un hombre en dos a una distancia de menos de 20 pies. La .357 son de punta hueca, por lo que pueden producir un agujero importante en un hombre a la misma distancia”. El artículo prosigue con varias consideraciones sobre la criminalización del disenso en los EEUU y los numerosos acontecimientos de “gatillo fácil” generados recientemente por la policía de ese país. Uno de ellos, al menos, fue filmado por una cámara casera a cargo de un transeúnte. El diario El país, de Madrid, informa de ello con el siguiente título: “La policía de Michigan mata de 46 disparos a un ‘sin techo’ enfermo mental” El video del fusilamiento puede verse allí mismo (http://internacional.elpais.com/internacional/2012/08/22/actualidad/1345651792_079598.html). Es escalofriante.
¿Qué está por ocurrir en los EEUU? ¿Y exactamente cuándo?
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