“La
economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico,
necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra
sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que
un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su
pistola por el culo de su secuestrado. Llevan ya cuatro años metiéndonos por el
culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros.”
Así
termina un interesante, didáctico artículo de Juan José Millás, titulado “Un
cañón en el culo”, en el diario El País de Madrid de esta mañana.
(http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/13/actualidad/1344875187_015708.html).
Un detalle curioso: a las 7:45 (hora argentina) el título estaba en la portada
del sitio web de El País, en la columna de Opinión. A las 8:30 ya había
desaparecido. Se lo puede encontrar en el suplemento Cultura del mismo diario.
Uno
recuerda la época en que El País era un diario que valía la pena leer, antes de
que lo comprara la banca, y le viene un ataque de nostalgia. Imaginamos la
llamada oportuna, digamos, a las 8:27, desde el Directorio al Consejo
Editorial, de allí a la
Redacción, de allí a la página web, a los efectos de corregir
el exceso. Un acto de estricta justicia. Está tan ramplón El País, tan
monaguillo del catecismo neoliberal, tan babosamente converso en su viraje, que
uno se pregunta si lo que molestó realmente al Directorio fueron los contenidos
del artículo o, por el contrario, la repetida presencia de la palabra “culo”.
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