¿Qué tipo de
fuerzas oscuras se desataron en Europa (y en el resto del mundo) A raíz del
salvaje desmembramiento de la ex Yugoslavia por parte de las fuerzas de la
NATO? La respuesta, hoy, hay que ir a buscarla a Cataluña. La nota que sigue es
de Živadin Jovanovi? para Red Voltaire:
Título:
Secesionismo: Estados Unidos y Alemania abrieron la caja de Pandora
Epígrafe: A la
luz de la crisis catalana, Zivadin Jovanovic, ministro de Exteriores de la
República Federal de Yugoslavia entre 1998 y 2000, documenta cómo Estados
Unidos y Alemania pisotearon el derecho internacional para impulsar la secesión
de Kosovo, pero no en defensa del derecho de los pueblos a la autodeterminación
sino en aras de sus propios intereses geoestratégicos. De hecho, Occidente ha
estimulado el secesionismo para desmembrar Estados que no le agradaban –desde
la desaparecida Unión Soviética y la antigua Yugoslavia hasta Sudán, país
africano hoy dividido en dos Estados. Como resalta el semanario suizo Zeit
Fragen al publicar este artículo: “Los documentos muestran que las políticas de
doble rasero han favorecido la proliferación del separatismo, el extremismo y
el terrorismo.”
Texto: Los
principales miembros de la OTAN, pero también los de la Unión Europea, han
apoyado por mucho tiempo al UCK [1] en Kosovo. Como aliados, en 1999
emprendieron contra Serbia (la República Federal de Yugoslavia) una agresión
que –según los principios que hoy proclaman los burócratas de la Unión Europea–
constituyó un crimen contra la paz y la humanidad.
En pocas
palabras, puede afirmarse que los países y coaliciones cuyos representantes
juran todavía que sus políticas siempre respetan los principios internacionales
perpetraron en 1999 la mayor violación del orden jurídico mundial y de las
Naciones Unidas cometida desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Propagación de
las secesiones y del extremismo islámico
La política que
esos países y sus coaliciones aplicaron durante las crisis de Yugoslavia y
Kosovo favoreció la extensión de las secesiones, del extremismo islámico, del
wahabismo y del terrorismo en Europa y en el resto del mundo. Al traicionar y
violar los principios del Acuerdo de Helsinki (CSCE), de la Carta de Naciones
Unidas y de otros acuerdos internacionales, provocaron una inestabilidad
duradera en los Balcanes, la región más sensible de toda Europa.
Hoy siguen
presionando a Serbia, a la que previamente destruyeron, engañaron y humillaron
arrancando por la fuerza de su territorio la región de Kosovo y reconociendo
esa secesión artificial, unilateral e ilegal. Luego exigieron a Serbia que
hiciera “borrón y cuenta nueva” «en interés de su porvenir europeo». ¿Qué
porvenir puede construirse sobre tales cimientos?
Este espíritu de
separatismo y terrorismo que los principales países de la OTAN y la Unión
Europea desataron en Kosovo en 1998-1999 para satisfacer los objetivos
geopolíticos de Estados Unidos y de algunos Estados europeos, principalmente de
Alemania y Gran Bretaña, se extiende cada vez más en Europa. La Unión Europea y
la OTAN creen que todavía están a tiempo de meterlo nuevamente en la botella,
que pueden volver atrás y revitalizar su unión moribunda sacrificando
nuevamente a Serbia y sus intereses. La verdadera tragedia para Europa es la
afirmación de que sólo existe una verdad –la de los comisarios y voceros de la
Unión Europea. Esa pretensión impide comprender las verdaderas consecuencias
fatales de los hechos históricos que están tragándose el continente.
Los motivos
estratégicos de la guerra contra la República Federal de Yugoslavia
«La guerra contra
la República Federal de Yugoslavia se libró para corregir una decisión errónea
del general Eisenhower durante la Segunda Guerra Mundial. Había que reparar un
error estratégico para poder desplegar allí soldados estadounidenses.»
Willy Wimmer, ex
secretario de Estado en el ministerio alemán de Defensa, presenta esta citación
en su informe del 2 de mayo del año 2000 al canciller alemán Gerhard Schroder.
Es la explicación que el autor del informe escuchó en boca de representantes de
Estados Unidos, en Bratislava, durante una conferencia de la OTAN, en abril del
2000 [2].
El primer punto
de ese informe es la exigencia formal que Estados Unidos dirigió a los miembros
europeos de la OTAN «de preparar tan rápidamente como sea posible el
reconocimiento a nivel del derecho internacional de un Estado independiente en
Kosovo». El décimo y último punto precisaba que «en todo ese proceso había que
dar la prioridad al derecho a la autodeterminación por encima de toda otra disposición
o regla del derecho internacional».
¿Podemos entonces
seguir asombrándonos del actual referéndum de secesión de Cataluña?
El informe de
Willy Wimmer precisa igualmente que la posición estadounidense, que se predicó
en la conferencia de Bratislava, precisaba que la agresión de la OTAN contra
Yugoslavia, en 1999, sin mandato de la ONU «era […] un precedente al que
cualquiera puede referirse, lo cual no dejará de suceder». Eso siembra la duda,
en cuanto a la pretensión de siempre de aplicar una política basada en las
reglas fundamentales, cuando se afirma que esa agresión iniciada en violación
de la Carta de Naciones Unidas es un precedente mientras que la separación de
Kosovo, resultado de esa agresión, es presentada como un «caso único».
Ningún informe
mencionaba un genocidio ni otros crímenes similares
Antes de la
agresión de la OTAN contra Yugoslavia, dos grandes misiones internacionales se
instalaron en la provincia de Kosovo: una bajo el patrocinio de la OSCE, bajo
la denominación de Kosovo Verification Mission (KVM), bajo la dirección del
diplomático estadounidense William Walker, y otra patrocinada por la Comunidad
Europea como Misión de Observadores de la Unión Europea en Yugoslavia (ECMM,
siglas de European Community Monitoring Mission) dirigida por el diplomático
alemán Dietmar Hartwig. Este último informó sobre la frase, frecuentemente
repetida, del director de la KVM y de su entorno anunciando que «no hay límites
en los costos para la instalación de la OTAN en Kosovo. Se aceptarán todos los
gastos.»
En 2006, después
de la declaración de la dirigencia albanesa de Kosovo sobre su decisión
unilateral e ilegal, Dietmar Hartwig escribió en 2007 4 cartas a la canciller
alemana Angela Merkel suplicándole que impidiese que Alemania reconociera ese
acto unilateral.
En su carta del
26 de octubre de 2007, [Dietmar Hartwig] precisa, entre otras cosas:
«En ningún
informe [de la ECMM] correspondiente al periodo entre finales de noviembre de
1998 y la evacuación [de la ECMM y de la KVM] justo antes del inicio de la
guerra [en 1999] hubo ningún relato de crímenes selectivos ni de gran
envergadura de parte de los serbios contra albaneses, no se reportó ningún caso
de genocidio.
«[…] En cambio,
yo mismo señalé varias veces en mis informes [de la ECMM] que, vistos los
ataques incesantes del UCK/KLA contra el ejecutivo serbio, los servicios de
orden y de seguridad habían dado prueba de una contención notable y de una
disciplina perfecta. Para la administración serbia se trataba de respetar escrupulosamente
el Acuerdo [del 13 de octubre de 1998] entre Milosevic y Holbrooke para no dar
a la comunidad internacional ningún motivo para intervenir.
«Como me
confirmaron cuando me hice cargo nuevamente del buró regional de Prístina
–principalmente mis “colegas” de las demás Kosovo Diplomatic Observer Mission
(KDOM) (Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, etc.), ya había en aquel momento
considerables “diferencias de percepción” entre lo que los observadores (y en
parte también las embajadas) reportaban a sus gobiernos y lo que estos
transmitían a los medios de difusión y al público.
Informes falsos
para preparar la guerra
«Tal divergencia
es comprensible únicamente si se admite que era parte de los preparativos de
una guerra contra Kosovo/Yugoslavia ya planificada desde hace mucho tiempo
porque hasta el momento de mi partida de Kosovo no sucedió nada de lo que sobre
todo los medios, pero también la política, nunca dejaron de afirmar. Así que no
había, hasta el 20 de marzo de 1999, ninguna razón para intervenir
militarmente. Por consiguiente, todas las medidas subsiguientes que adoptó la
comunidad internacional eran ilegítimas.
«El
comportamiento colectivo de los países miembros de la OTAN antes y después del
estallido de la guerra dio naturalmente motivos para inquietarse seriamente ya
que se escamoteaba la verdad y la credibilidad de la comunidad internacional
sufrió grave daño. Al escribir esto, me refiero únicamente al papel de la
República Federal de Alemania en la participación en esta guerra y los
esfuerzos políticos por separar Kosovo de Serbia. […]
Alemania se
implicó activamente a favor de la división de Serbia
«En la actualidad
de los últimos meses ha resultado repetidamente que la República Federal de
Alemania no sólo ha respaldado la voluntad estadounidense de independencia de
Kosovo sino que ha trabajado activamente por su separación de Serbia. Dado el
hecho que, según nuestra Ley Fundamental, es el canciller federal quien define
las líneas directrices de la política, es usted la responsable. Específicamente
su ministro de Relaciones Exteriores, quien como ministro de la Cancillería del
predecesor de usted sabía ciertamente todo lo que sucedía en Kosovo.
Actualmente, él sigue todas las instrucciones políticas de usted, se compromete
constantemente a favor de la autonomía, de la “independencia de Kosovo” y, por
tanto, a favor de la separación de Kosovo de Serbia. Impártale usted las
instrucciones necesarias para que él se comprometa a favor de una solución
correcta y conforme al derecho al derecho internacional en Kosovo y dé usted el
ejemplo en política interior y exterior. Sólo el respeto de todos los Estados
por el derecho vigente puede servir de base de una cohabitación pacífica entre
todos los pueblos. […]
«Si se hace independiente
a Kosovo, se prohibirá a los serbios el libre acceso a los monumentos
conmemorativos de esta guerra y Kosovo seguirá siendo una región en crisis.
«Una señal
peligrosa para otros grupos étnicos»
«Contribuya usted
por su lado para que se alcance una solución basada en la Resolución [1244] de
la ONU, que permitiría que Kosovo siga siendo territorio serbio. El
desmembramiento de Serbia, que Estados Unidos desea y que usted misma esta
apoyando, así como la completa independencia de Kosovo y de los albaneses de
Kosovo son contrarias al derecho internacional, políticamente imprudentes y
excesivamente onerosas […].
«Además, la
separación de Kosovo de Serbia por coyunturas de carácter étnico es una señal
peligrosa para los grupos étnicos en otros países (también en la Unión Europea)
que pueden reclamar para ellos mismos –ya entonces con toda razón– una
“solución al estilo de Kosovo”.»
Así concluía
Dietmar Hartwig su carta a la canciller Merkel.
Mucho se ha
hablado de «intervenciones humanitarias» y de preocupaciones por la protección
de los derechos de la población albanesa como elemento particular del «carácter
único del caso de Kosovo». ¿Es casualidad que la base estadounidense Bondsteel,
cerca de la ciudad de Urosevac, sea una de las mayores bases militares fuera de
Estados Unidos? ¿Es por el temor de los estadounidenses a ser espiados por el
centro humanitario serbio-ruso de [la ciudad de] Nis que el mandato de
Bondsteel es válido sólo localmente, por razones humanitarias y por un periodo
de tiempo limitado?
Estados Unidos,
la Unión Europea y la OTAN impiden la aplicación de la Resolución 1244 del
Consejo de Seguridad
No fue Serbia
sino Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN quienes congelaron el conflicto
después de la agresión armada de 1999. Y lo mantuvieron congelado durante los
últimos 18 años al aplicar sólo parcialmente la Resolución 1244 del Consejo de
Seguridad de la ONU.
Estados Unidos y
sus aliados obligaron a Serbia a cumplir todas las obligaciones insistiendo en
el carácter jurídicamente vinculante [o sea, de obligatorio cumplimiento] de la
Resolución, mientras que ellos mismos y los albaneses se liberaban de todas las
obligaciones previstas. Estados Unidos estaba totalmente consciente de que la
Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU permitía mantener la
integridad [territorial] de Serbia, precisamente lo que ellos no querían porque
eso contradecía su propio proyecto geopolítico de expansión hacia el este. A
pesar de todo, Occidente se ve ahora en una fase de transición en la que podría
perder buena parte del poderío que ostentaba en los tiempos del orden mundial
unipolar.
Ahora los
occidentales exigen que Serbia «descongele» el «proceso de independencia» de
Kosovo. ¿Cómo? Obligando a Serbia a firmar con Prístina un «acuerdo
jurídicamente vinculante» en el que aceptaría una separación unilateral e
ilegal, legalizando así la agresión ilegal de 1999, aceptando los resultados de
las limpiezas étnicas violentas de las que fueron víctimas alrededor 250 000
serbios de Kosovo y aceptando la responsabilidad fundamental de todo.
Notas:
[1] UCK son las
siglas que identifican al Ejército de Liberación de Kosovo, clasificado como
organización terrorista y acusado de crímenes como la realización de operaciones
de limpieza étnica, tráfico de drogas y tráfico de órganos humanos extirpados a
prisioneros. Nota de la Red Voltaire.
[2] «La agresión
de la OTAN contra la República Federal de Yugoslavia en 1999», por Milica
Radojkovic-Hänseleit, Zeit Fragen (Suiza), Red Voltaire, 14 de abril de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario