martes, 31 de enero de 2017

Las cosas como son


Una nota del día de hoy de Russia Today recuerda quién ganó y quién perdió con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (siglas en inglés: NAFTA; en español: TLCAN). Pese al desagrado del presidente Trump con este acuerdo, y a casi casi un cuarto de siglo de su firma, el que perdió es México, chicos. Así lo cuenta RT:


Título: A 23 años, el Tratado de Libre Comercio "es un desastre", pero para México

Epígrafe: El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dicho que el TLCAN "es un desastre"; pero críticos afirman que lo ha sido principalmente para la población mexicana.

Texto: El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN por sus siglas en español) cumplió 23 años en vigor en este mes de enero.

A pesar de las aseveraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, de que el TLCAN "es un desastre" y de destacar que México se ha aprovechado de su país desde que se firmara el tratado, la población mexicana, y en particular trabajadores y campesinos, lo ha pasado muy mal desde que entró en vigor en enero de 1994.

México fue preparado años antes para el TLCAN. Expertos consultados por RT advirtieron que la reforma del presidente Carlos Salinas de Gortari al artículo 27, el marco legal que protegía la propiedad colectiva de la tierra, permitió la transformación de México hasta ser un país con modelo exportador, con fuertes consecuencias para el campo y el sector industrial.

De la mano del TLCAN fueron promulgados también nuevos marcos normativos como la Ley Minera, la Ley de Aguas, la Ley de Biodiversidad, los cuales sirvieron para poder poner los recursos de México al alcance de los mercados de Estados Unidos y Canadá.

"El TLCAN vino a consolidar o amarrar una estrategia del Gobierno mexicano orientada claramente por la política neoliberal. Por ello, el Gobierno entró a negociar de rodillas", cuenta a RT Héctor de la Cueva, coordinador general del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical.

Desde entonces, dice De la Cueva, el TLCAN transformó a México, el cual pasó de ser un país a ser "un territorio donde las transnacionales se importan y exportan a sí mismas. Desmantelaron la industria del país y toda una nación: hemos perdido soberanía en todos los terrenos. Somos un país dependiente y por eso hay caos".

El especialista en materia laboral recuerda que durante la época de la firma del TLCAN (1992) las promesas de mejores empleos, la posibilidad de exportar y de comprar a bajos precios artículos del extranjero dominaron la escena pública de México.

Sin embargo, el crecimiento de México en los años del TLCAN es de un promedio de 1% anual. Los salarios cayeron en su poder adquisitivo el 20%, hicieron notar diarios como 'The Guardian' en 2014, durante el vigésimo aniversario del tratado.

Además, destaca De la Cueva, en las negociaciones de aquel entonces no se abordó el tema migratorio, pues, a la vez que se negociaba el TLCAN, EE.UU. adoptaba restrictivas políticas ante quienes buscaban desde México un mejor futuro en el norte.

Es decir, se permitió el libre flujo de capitales y productos, pero no de personas.


Extracción sobre todas las cosas

Poco a poco, después de la firma del tratado y de su implementación, fuertes efectos ambientales permearon el territorio de México. Además de la precarización de las condiciones de vida de los mexicanos, comenzó la contaminación y la destrucción de las áreas ofrecidas para la extracción de minerales destinados a la exportación.

"Después de 20 años dan empleo mal pagado y ha provocado lo que vivimos ahorita: la inflación. Y a nivel ambiental zonas acabadas y extraídas. Un saldo de destrucción, pobreza y enfermedades", cuenta a RT Ivette Lacabra, asesora de temas ambientales de la Cámara de Diputados.

La internacionalista cuenta que la Ley Minera, creada en 1992, establece que el suelo es de la nación, pero prioriza la extracción de minerales sobre cualquier otra actividad: cultivos, soberanía alimentaria y hasta derechos humanos. A partir de entonces, mineras, principalmente de Canadá, tienen ya concesiones para alrededor de la tercera parte del territorio mexicano, el cual pertenece, principalmente, a pueblos indígenas y campesinos.

Aunada a la Ley Minera, la Ley de Aguas Nacionales, dice Lacabra, permitió la concesión de agua a estas empresas por periodos de 30 a 50 años.

Bajo ese entendido, el TLCAN no solo contemplaba la importación y exportación de productos, sino también poder convertir en producto su propio territorio con, además, condiciones especiales para no pagar impuestos.

Este marco normativo perjudicial para el medio ambiente se profundizaría en México con la más reciente Reforma Energética del 2013, la cual abre la entrada de capital extranjero a la industria extractiva petrolera y eléctrica del país.

"Así no conviene tener un Tratado de Libre Comercio, con estos instrumentos legales aumenta la acumulación en pocas manos", reitera Lacabra.


El maíz mexicano, en peligro

Al igual que en otros rubros, el TLCAN fue vendido como la panacea para el campo mexicano. Sin embargo, México también fue afectado en su soberanía alimentaria.

Desde la implementación del tratado, el alimento básico del país, el maíz, dejó de ser producido para ser comprado más barato en EE.UU., explica a RT Iván Cervantes, biólogo y activista en defensa del maíz.

"Existe un mito acerca de los beneficios que iba a traer el TLCAN hacia el campo, todo el mundo pensaba que iba a crecer, que íbamos a exportar todos los productos, que iba a haber 'boom' económico", explica.

El TLCAN está compuesto por capítulos que daban una fecha para liberar la importación y exportación de productos. Los primeros productos que se liberaron fueron los granos y las oleaginosas. En aquella época, hubo fuertes subsidios a los campesinos estadounidenses. De 1998 al 2000, el apoyo interno al productor en EE.UU. fue de 21.000 dólares; en México de 720 dólares.

"México no vendía, y empezó a comprar porque era más barato comprar maíz blanco y amarillo de Estados Unidos que inyectar al campo mexicano", dice Cervantes.

Además, en 1995 se implementa la Ley de Biodiversidad, y por aquel año recorre el país el rumor de la posible llegada de semillas modificadas genéticamente.

"Nos hicimos dependientes del maíz, entre muchas otras cosas, de Estados Unidos", dice Cervantes.

El ahora presidente de EE.UU., Donald Trump, además de confirmar la construcción de un muro contra la migración mexicana, atribuyó a su vecino del sur una ventaja en la balanza comercial. Inclusive llegó a decir que México se "ha aprovechado mucho tiempo" de su país, el cual tiene un "déficit comercial masivo" con México.

Sin embargo, la importación de maíz y las ventajas para las empresas estadounidenses desolaron el campo mexicano. En 1994, México importó alimentos por 1.800 millones de dólares. En el vigésimo aniversario del tratado, 2014, la cifra alcanzó 25.000 millones de dólares, recalca un artículo de la agencia rusa Sputnik.

En otro artículo, 'The Guardian' destaca que 18 millones de mexicanos dependían de la producción del maíz para sus vidas cuando fue firmado el TLCAN. En los dos años siguientes, México dobló sus importaciones de maíz de EE.UU: "Los 'bullies' tienen el hábito de culpar a sus víctimas", destaca el periódico británico.

Por la actitud de Trump, políticos mexicanos como el ministro de Economía sopesaron abandonar el TLCAN.

Una eventual renegociación del TLCAN, dice Cervantes, sí afectaría a las empresas, pero a las que producen alimentos procesados y altos en azúcar y al gran sector exportador de estados como Sinaloa y Sonora.

Una eventual salida del TLCAN generaría una oportunidad para cambiar el mercado interno y el tipo de consumo en México, inundado con productos procesados desde la firma de este tratado. Sin embargo, para Cervantes, la pérdida de capacidad de producción del maíz y sus precios es preocupante:

"¿Qué pasa si el mercado entra en un país donde no se produce ahí? Los precios se elevan, nadie los regula".

Y añade irónicamente: "Si Trump quiere renegociarlo para sea más ventajoso para Estados Unidos, pues sería pérdida de soberanía. Ya mejor que nos anexen".


Que se lo lleve la "trompada"

Uno de los grandes argumentos de Donald Trump para plantear una renegociación del TLCAN y ganar votos de grandes sectores de trabajadores es la huida de empresas de EE.UU. al propio México y a otros países. De la Cueva cuestiona esta aseveración:

"La pregunta que se hacía al principio era equivocada: qué país gana y cuál perdía. La pregunta es: ¿quién gana y pierde en cada país? Perdieron los trabajadores de los tres países, ganaron las grandes corporaciones internacionales, pero en particular perdieron los trabajadores mexicanos".

El asesor jurídico califica al TLCAN como un "chantaje transnacional" o como una "carta de derechos empresariales sobre las constituciones", con las que a los trabajadores se les plantea que las empresas se irán del país para que acepten reducción de condiciones laborales.

La palabra 'trompada' en México quiere decir un golpe. Por el parecido de la palabra con el apellido del presidente estadounidense, De la Cueva bromea: "Que el TLCAN se lo lleve la trompada. Bravo, deberíamos renegociarlo".

México depende en un 85% de la economía nacional del mercado estadounidense. De la Cueva recomienda que se busque diversificar la economía, y la recuperación del ahorro interno: "Un giro total de la política existente, pero significa abandonar instrumentos desfavorables como el TLCAN".

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