Cada tanto
alternamos las crueles noticias de un mundo en descomposición con pequeñas
anécdotas, pinceladas de hondo contenido humano, como para mantener la frente
en alto ante tanto horror sin sentido. La historia que sigue es una de ellas.
La encontramos esta tarde en la página web de El País.
Título: Una niña
mata accidentalmente a su instructor de tiro en Arizona con una Uzi
Epígrafes: El
accidente se produjo en el campo de tiro de la hamburguesería Bullets and
Burgers / Los padres de la menor grababan las clases de su hija con el móvil
Texto: Una niña
de nueve años ha matado por accidente a su instructor de tiro, mientras este le
explicaba cómo utilizar un arma automática, en Arizona (Estados Unidos). Tras
el primer disparo en la zona de tiro y al cambiar al modo de disparo en ráfaga,
la menor perdió el control de la Uzi, un popular modelo de subfusil de
fabricación israelí, y una de las balas alcanzó la cabeza de Charles Vacca, de
39 años, hiriéndolo de muerte.
Según informó el
condado de Mohave en una nota de prensa, los hechos se registraron poco antes
de las 10.00 del domingo (hora local), en un campo de tiro al aire libre
situado a las afueras de la localidad de White Hills, en Arizona. Tras recibir
el impacto, Vacca fue trasladado en helicóptero hasta un centro médico en Las
Vegas, Nevada, donde los facultativos pudieron mantenerlo con vida hasta las
últimas horas de la tarde, cuando falleció. Era padre, veterano de guerra y
originario de Lake Havasu City.
La niña se
encontraba con sus padres en el campo de tiro –que también funciona como
hamburguesería y es un reclamo turístico a la hora de visitar Las Vegas– en el
momento en que sucedió el accidente, en un estado donde es común que los niños
aprendan cómo utilizar armas de fuego a edades tan precoces como los nueve
años. Los padres grababan un vídeo durante las lecciones de su hija, por lo que
la policía pudo ver los detalles de la tragedia, que quedó registrada en uno de
sus móviles.
En la grabación
se ve cómo Vacca le enseña a la menor a coger el arma con las dos manos y a
dirigirla hacia el blanco, ubicado a unos metros. Tras ello, el instructor le
indica a la niña que dispare, a lo que ella obedece y él la felicita. Son sus
últimas palabras. Es en el segundo tiro cuando algo sale mal; la menor pierde
el agarre que tenía con ambas manos y el arma se gira hacia la izquierda,
disparándose justo a la cabeza del instructor.
El gerente del
campo de tiro Bullets and Burgers, Sam Scarmardo, que recuerda a Vacca como un
tipo "concienzudo y muy profesional", ha explicado a la cadena
estadounidense NBC que la edad mínima para practicar en la mayoría de los
campos de tiro es de ocho años, siempre que se haga bajo la supervisión de los
padres.
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