La diplomacia del
Imperio no pasa por sus mejores momentos, ciertamente. Basta escuchar unos 30
segundos a la embajadora de los EEUU en la ONU, Nikki Haley foto), para dar fe de
ello. Uno se pregunta qué es lo que realmente hay detrás de esta gente. La nota
que sigue habla un poco de estas cosas. Fue escrita por Thierry Meyssan para
Red Voltaire:
Título: Estados
Unidos sigue mostrando su incapacidad para admitir la realidad en la ONU
Epígrafe:
Mientras los presidentes Putin y Trump avanzan sobre el tema sirio, los altos
funcionarios estadounidenses en la ONU se empeñan en seguir probando fuerza con
Rusia. Negándose a aceptar que se investigue un crimen cuyos culpables ellos
designan sin pruebas, los “diplomáticos” estadounidenses ya han provocado no
uno sino cuatro vetos en el Consejo de Seguridad. Para Thierry Meyssan, el
comportamiento esquizofrénico de Estados Unidos en la escena internacional
muestra tanto la división de la administración Trump como la decadencia del
imperialismo estadounidense.
Texto: Es
imposible negar que las cosas no han cambiado mucho desde el 11 de septiembre
de 2001. Estados Unidos persiste en manipular la opinión pública internacional
y los mecanismos de la ONU, por razones diferentes, pero mostrando siempre el
mismo desdén por la verdad.
En 2001, los
representantes de Estados Unidos y del Reino Unido, John Negroponte y Stewart
Eldon, aseguraban que sus dos países acababan de atacar Afganistán en legítima
defensa después de los atentados cometidos en Nueva York y Washington [1]. El
secretario de Estado Colin Powell prometía, claro está, distribuir al Consejo
de Seguridad de la ONU un completo dossier con las pruebas de la
responsabilidad de Afganistán. Hoy, 16 años después de aquella promesa,
seguimos esperando por esas pruebas.
En 2003, el mismo
Colin Powell se presentaba ante el Consejo de Seguridad de la ONU para explicar
a sus miembros, en una intervención difundida por las televisiones del mundo
entero, que Irak también estaba implicado en los atentados del 11 de Septiembre
y que ese país estaba preparando una nueva agresión contra Estados Unidos, pero
con armas de destrucción masiva [2]. Años después, cuando ya había abandonado
sus funciones en el seno de la administración estadounidense, Powell reconoció
ante las cámaras de una televisora de su país que las acusaciones que contenía
aquel discurso eran todas falsas [3]. Hoy, 14 años después de aquel discurso,
seguimos esperando que Estados Unidos se disculpe ante el Consejo de Seguridad.
Todo el mundo ha
olvidado las acusaciones de Estados Unidos sobre la responsabilidad del
presidente iraquí Saddam Hussein en los atentados del 11 de septiembre (antes,
Washington también atribuyó aquellos atentados a Arabia Saudita y ahora los
atribuye a Irán, sin haber aportado nunca pruebas contra ninguno de esos 4
países). Pero sí se recuerda el debate, que se prolongó por meses, sobre las
famosas armas de destrucción masiva. En aquella época, la Comisión de Control,
Verificación e Inspección de Naciones Unidas (UNMOVIC, siglas en inglés) no
encontró absolutamente ningún indicio de la existencia de aquellas armas. Se
produjo entonces un duro enfrentamiento entre el director de la UNMOVIC, el
sueco Hans Blix, y Estados Unidos, al principio, y posteriormente entre la ONU
y, en definitiva, todo el mundo occidental. Washington afirmaba que si Hans
Blix no encontraba las armas de destrucción masiva era porque hacía mal su
trabajo. Pero Hans Blix aseguraba que Irak nunca tuvo la capacidad necesaria
para fabricar ese tipo de armas. De todas maneras, Estados Unidos bombardeó
Bagdad, invadió Irak, derrocó al presidente Saddam Hussein y lo ahorcó, ocupó
su país y lo saqueó.
El método
estadounidense posterior al 2001 no tiene nada que ver con lo que Estados
Unidos hacía antes. En 1991, el presidente George Bush padre se aseguró de
poner el Derecho Internacional de su parte antes de atacar Irak. Lo hizo
empujando Bagdad a invadir Kuwait y estimulando a Saddam Hussein a persistir en
su error. Así obtuvo Bush padre el respaldo de casi todas las naciones del
mundo. En 2003, por el contrario, George Bush hijo se limitó a mentir y a
seguir mintiendo una y otra vez. Numerosos Estados se distanciaron entonces de
Washington mientras que el mundo asistía a una de las manifestaciones
pacifistas más grandes de toda la Historia, de París hasta Sydney y de Pekín a
Ciudad México.
En 2012, el
Departamento de Asuntos Políticos de la ONU redactó para Siria un proyecto de
capitulación total e incondicional [4]. Su director, el estadounidense Jeffrey
Feltman, ex secretario de Estado adjunto de la secretaria de Estado Hillary
Clinton, utilizó todos los recursos a su disposición para conformar la más
amplia coalición internacional de la Historia y acusar a Siria de todo tipo de
crímenes, sin que ninguno haya podido probarse.
Si los países que
tienen en su poder el documento de Feltman han decidido no publicarlo es para
proteger la ONU. Es, en efecto, inaceptable que los recursos de la ONU hayan
sido utilizados para promover la guerra, tratándose de una organización creada
precisamente para preservar la paz. Como no me atan las obligaciones que tienen
los Estados, yo publico en mi libro Sous nos yeux [5] un estudio detallado de
ese abyecto documento.
En 2017, el
Mecanismo Conjunto de Investigación ONU-OPAQ [6], creado a pedido de la
República Árabe Siria para investigar el uso de armas químicas en su territorio
fue objeto de la misma oposición que ya había tenido que enfrentar Hans Blix de
parte de Washington. Pero esta vez, algunos contendientes habían cambiado de
bando: en 2003, la ONU defendía la paz. Ya no es así actualmente. El
estadounidense Jeffrey Feltman fue mantenido en sus funciones y sigue siendo el
segundo funcionario más poderoso en la jerarquía de la ONU. Ahora es Rusia la
que se opone, en nombre de la Carta de las Naciones Unidas, a una serie de
funcionarios internacionales pro-estadounidenses.
Los trabajos del
Mecanismo de Investigación se analizaron y fueron objeto de debates de manera
normal durante su primer periodo, o sea desde septiembre de 2015 hasta mayo de
2017. Pero se hicieron sesgados cuando el guatemalteco Edmond Mulet reemplazó
en su dirección a la argentina Virginia Gamba. La nominación de Edmond Mulet
fue impulsada por el nuevo secretario general de la ONU, el portugués Antonio
Guterres.
El Mecanismo de
Investigación reúne en su seno a funcionarios de la ONU y de la OPAQ. Esta
última organización internacional recibió en 2013 el Premio Nobel de la Paz,
principalmente por su trabajo en la supervisión de la destrucción –por Estados Unidos
y Rusia– del arsenal químico sirio. Pero su director, el turco Ahmet Uzumcu, ha
cambiado mucho. En junio de 2015, fue invitado a Telfs Buchen (Austria) para
asistir a la reunión anual del Grupo de Bilderberg, el restringido club de la
OTAN.
La cuestión
resulta extremadamente grave. En 2003 el enfrentamiento era entre Hans Blix y
Estados Unidos, que amenazaba con intervenir militarmente contra Irak si la ONU
comprobaba que Bagdad tenía armas de destrucción masiva. Pero en 2017, Rusia se
opone a Edmond Mulet, quien podría avalar a posteriori la intervención
estadounidense contra Siria. Porque el hecho es que Washington ya decidió, sin
investigación, que Siria es responsable de un ataque con gas sarín en Khan
Cheikhoun, y ya bombardeó por eso la base aérea siria de Sheyrat [7].
Si el Mecanismo
de Investigación se apartara de alguna manera del discurso de Washington, eso
pondría a Estados Unidos en la obligación de presentar excusas e incluso de
indemnizar a Siria. Los funcionarios internacionales pro-estadounidenses
consideran por tanto que su misión es determinar que Siria utilizó contra su
propia población gas sarín que aún mantendría ilegalmente en la base aérea
bombardeada de Sheyrat.
Desde el mes de
octubre, el intercambio ha ido subiendo de tono entre ciertos funcionarios de
la ONU y Rusia. Pero, la divergencia no tiene nada que ver –como pretende la
prensa occidental– con las conclusiones del Mecanismo Investigador sino sólo
con sus métodos ya que Moscú dio a conocer que rechaza toda conclusión obtenida
mediante métodos que no se ajusten a los principios internacionales
establecidos en el marco de la Convención sobre las Armas Químicas y de la OPAQ
[8].
El gas sarín es
un agente neurotóxico extremadamente letal para el hombre. Existen variantes de
ese producto, como el clorosarín y el ciclosarín, y una versión aún más
peligrosa: el VX. Todos esos productos se absorben a través de la piel y pasan
directamente a la sangre. Luego de su dispersión en el entorno se degradan en
semanas o meses, no sin consecuencias para la fauna que puede entrar en
contacto con ellos. Cuando el sarín penetra en el suelo, a salvo de contacto
con el oxigeno o la luz, puede mantenerse activo durante mucho tiempo.
Basta con ver las
fotos divulgadas después del ataque de Khan Cheikhoun, que muestran varias
personas recogiendo muestras sólo horas después del ataque –sin ningún tipo de
traje de protección para evitar el contacto del sarín con su piel– para saber
que si realmente se usó allí algún tipo de agente químico no fue sarín ni
ninguno de sus derivados. Para más detalles, vale la pena ver el estudio del
profesor Theodore Postol, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que
echa abajo uno a uno todos los argumentos de los supuestos expertos de la CIA
[9].
Sin embargo,
contraviniendo los principios de la Convención sobre las Armas Químicas, el
Mecanismo Investigador no fue al lugar para recoger muestras, analizarlas e
identificar el gas utilizado, si realmente ocurrió eso.
Al responder a
las preguntas de Rusia sobre ese asunto, en mayo y junio de 2017, la OPAQ
respondió que estaba estudiando las condiciones de seguridad para viajar al
lugar. Pero finalmente concluyó que no era necesario hacerlo porque «la
utilización de gas sarín está fuera de duda».
Por su parte, el
Mecanismo Investigador estuvo en la base aérea siria de Sheyrat, donde –según
Washington– estaba ilegalmente almacenado el gas sarín y donde fue cargado en
los aviones que supuestamente lo utilizaron. Pero, a pesar de la insistencia de
Rusia, se negó a recoger muestras.
El Mecanismo
Investigador también se negó a estudiar las revelaciones de Siria sobre las
entregas de gases de combate a los yihadistas por parte de las empresas Federal
Laboratories y NonLethal Technologies –de Estados Unidos– y Chemring Defence UK
–del Reino Unido [10].
Estados Unidos y
sus aliados incluso reconocen en el proyecto de resolución que presentaron el
16 de noviembre que los funcionarios internacionales deberían realizar sus
investigaciones de «una manera apropiada para la realización de su mandato»
[11].
Rusia rechazó el
informe del Mecanismo Investigador debido al amateurismo de sus autores y
rechazó en 3 ocasiones la prolongación de su mandato. Utilizó el veto el 24 de
octubre [12] y los días 16 [13] y 17 de noviembre, como ya lo había hecho
antes, el 12 de abril [14] cuando Estados Unidos y Francia [15] trataron de
condenar a Siria por el supuesto ataque con gas sarín. Eran la octava, novena,
décima y undécima veces que Rusia utilizaba el veto sobre el tema sirio.
Se ignora por qué
razón Washington ha presentado 4 veces la misma alegación al Consejo de
Seguridad por vías diferentes. Ese tartamudeo ya se había producido antes, al
principio de la guerra contra Siria: el 4 de octubre de 2011, el 4 de febrero
de 2012 y el 19 de julio del mismo año, cuando Francia y Estados Unidos
trataron de que el Consejo de Seguridad condenara lo que llamaron la represión
de la primavera siria. En aquel momento Rusia aseguraba, por el contrario, que
no había en Siria ninguna guerra civil sino una agresión externa. Y los
occidentales siempre replicaron que iban a «convencer» a su socio ruso.
Es interesante
observar que la leyenda que se repite en Occidente afirma que la guerra en
Siria comenzó siendo una revolución democrática que se desvió de su rumbo y
acabó bajo la dirección de los yihadistas. Pero, contrariamente a lo que se
dijo entonces y a lo que aún se dice, no existe ninguna prueba de que se haya
producido en Siria la menor manifestación en reclamo de democracia en
2011-2012. Todos los videos que datan de aquella época muestran manifestaciones
de apoyo al presidente Assad o contra la República Árabe Siria, pero los
manifestantes nunca reclaman democracia. Ninguno de esos videos incluye
consignas o pancartas en reclamo de democracia. Todos los videos de supuestas
«manifestaciones revolucionarias» que corresponden a aquel periodo fueron
grabados los viernes a la salida de mezquitas sunnitas, ninguno se grabó otro
día ni en otro lugar que no fuera una mezquita sunnita.
Es cierto que en
algunos de esos videos se oyen consignas que incluyen la palabra «libertad».
Pero al prestar atención se comprueba que los manifestantes no reclaman
«Libertad», en el sentido occidental, sino «la libertad de aplicar la sharia».
Si usted, estimado lector, encuentra un documento realmente fidedigno que me
contradiga mostrando una manifestación de más de 50 personas, le agradeceré que
me lo envíe y me comprometo a publicarlo.
La obstinación
estadounidense en manipular los hechos podría interpretarse como una forma de
alineamiento de la administración Trump con la política de los 4 últimos
mandatos presidenciales. Pero esa hipótesis está en contradicción con la firma
en Amman –el 8 de noviembre– de un Memorándum secreto entre Jordania [16],
Rusia y Estados Unidos, y con la Declaración común de los presidentes Putin y
Trump, fechada el 11 de noviembre en Da Nang, y dada a conocer al margen de la
Cumbre de la APEC [17].
El primero de
estos documentos no se ha publicado, pero varias indiscreciones ya han
permitido saber que no tiene en cuenta la exigencia israelí de crear una zona
neutral –en territorio sirio– que abarcaría 60 kilómetros más allá no de la
frontera israelí sino de la línea de alto al fuego de 1967. El gobierno
británico, que no deja pasar la menor ocasión de añadir leña al fuego,
reaccionó haciendo publicar a través de la BBC varias fotografías satelitales
de la base militar iraní de Al-Kiswah (a 45 kilómetros de la línea de alto al
fuego) [18].
Como era de
esperar, el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu rechazó de inmediato el
acuerdo entre los Dos Grandes y anunció que Israel se reserva el derecho a
intervenir militarmente en Siria para preservar su seguridad [19], comentario
que constituye una amenaza contra un Estado soberano y, por tanto, viola la
Carta de las Naciones Unidas. En todo caso, todos han podido comprobar en los
últimos 7 años que el pretexto de las armas destinadas al Hezbollah libanés
está más que gastado. Por ejemplo, el 1º de noviembre Israel bombardeó
ilegalmente una zona industrial en la región siria de Hassiyé… otra vez con el
pretexto de destruir armamento destinado al Hezbollah. En realidad, el blanco
del ataque era una fábrica de cobre indispensable en el restablecimiento de la
red eléctrica siria [20].
La Declaración de
Da Nang incluye avances bien definidos. Por ejemplo, deja establecido por
primera vez que todos los sirios podrán participar en la próxima elección
presidencial. Hay que recordar que los miembros de la coalición internacional
violaron la Convención de Viena impidiendo que los sirios residentes en el
exterior votaran en la última elección presidencial. Por su parte, la
«Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y de la Revolución» boicoteaba
las elecciones porque estaba bajo control de la Hermandad Musulmana y esta
proclama que «El Corán es nuestra ley» y que no hay espacio para elecciones en
un régimen islamista.
El contraste
entre, por un lado, el avance de las negociación ruso-estadounidense sobre
Siria y, por otro lado, el empecinamiento del mismo Estados Unidos en negar los
hechos ante el Consejo de Seguridad de la ONU resulta realmente sorprendente.
Es interesante
observar el desconcierto de la prensa europea, tanto ante el trabajo de los
presidentes Putin y Trump como frente a la terquedad infantil de la delegación
de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad. Casi ningún medio de difusión ha
mencionado el Memorándum de Amman y todos comentaron la Declaración Común
Putin-Trump antes de su publicación, basándose sólo una Nota de la Casa Blanca.
En cuanto a las niñerías de la embajadora estadounidense Nikki Haley en el
Consejo de Seguridad, los medios europeos se limitaron a señalar unánimemente
que los Dos Grandes no pudieron llegar a un acuerdo… pero sin mencionar los
argumentos rusos, a pesar de que Moscú los expuso extensa y detalladamente.
Lo que puede
verse es que mientras el presidente Trump trata de separarse de la política
imperialista de sus predecesores, los funcionarios internacionales pro-estadounidenses
de la ONU son incapaces de adaptarse a la realidad. Después de 16 años de
mentiras sistemáticas, ya no logran pensar en función de los hechos sino sólo
de sus obsesiones. Ya no logran dejar de creer que la realidad corresponde a lo
que ellos quieren. Es el comportamiento característico de los imperios en
decadencia.
Notas:
[1] Referencia:
ONU S/2001/946 y S/2001/947.
[2] «Discours de
M. Powell au Conseil de sécurité de l’ONU», por Colin L. Powell, Réseau
Voltaire, 11 de febrero de 2003.
[3] “Colin Powell
on Iraq, Race, and Hurricane Relief”, ABC, 8 de septiembre de 2005.
[4] «Alemania y
la ONU contra Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 28
de enero de 2016.
[5] Sous nos
yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump, Thierry Meyssan, Demi-Lune, 2017.
[6] La OPAQ es la
Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.
[7] «¿Y por qué
Trump bombardeó Sheyrat?», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) , Red
Voltaire, 2 de mayo de 2017.
[8] «Observations
émises par le Ministère russe des Affaires étrangères au sujet du dossier
chimique syrien», Réseau Voltaire, 23 de octubre de 2017.
[9] «El informe
de la CIA sobre el “ataque químico” de Khan Shaykhun es una burda
falsificación», Red Voltaire, 15 de abril de 2017.
[10] «Londres y
Washington entregaron armas químicas a los yihadistas», Red Voltaire, 16 de
agosto de 2017.
[11] «Projet de
résolution sur le Mécanisme d’enquête conjoint Onu-OIAC (Véto russe) », Réseau
Voltaire, 16 de noviembre de 2017.
[12] «Projet de
résolution sur le renouvellement du Mécanisme d’enquête conjoint (Veto russe)»,
«Utilisation d’armes chimiques en Syrie (Veto russe)», Réseau Voltaire, 24 de
octubre de 2017.
[13] «Projet de
résolution sur le Mécanisme d’enquête conjoint Onu-OIAC (Véto russe)», Réseau
Voltaire, 16 de noviembre de 2017.
[14] «Debate
sobre el presunto incidente químico de Khan Cheikhun (veto ruso)», Red
Voltaire, 12 de abril de 2017.
[15] «Évaluation
française de l’attaque chimique de Khan Cheikhoun», Red Voltaire, 26 de abril
de 2017.
[16] «Jordania
expresa apoyo a Siria», Red Voltaire, 30 de agosto de 2017.
[17] «Declaración
de los Presidentes de Rusia y Estados Unidos sobre Siria», Red Voltaire, 11 de
noviembre de 2017.
[18] “Iran
building permanent military base in Syria – claim”, Gordon Corera, BBC, 10 de
noviembre de 2017.
[19] «Israel
rechaza el plan ruso-estadounidense para la paz en Siria», Red Voltaire, 15 de
noviembre de 2017.
[20] «Israel
bombardea una fábrica de cobre en Siria», por Mounzer Mounzer, Red Voltaire, 3
de noviembre de 2017.
Francamente no tengo idea. Yo apostaría primero a causas más banales. Corrupción, por ejemplo. Habrá que seguir el caso. Cordiales saludos,
ResponderEliminarAstroboy