martes, 30 de agosto de 2016

Alemania, el estado vasallo


Las limitaciones de la élite política alemana son cada vez más palpables, evidentes y embarazosas para buena parte de la población de ese país. En momentos cruciales para Europa, tal vez sea un buen momento para un cambio, se pregunta más de uno. ¿Qué es lo que habría que cambiar? La siguiente nota de RT ofrece algunas claves:


Título: La trampa estadounidense a Angela Merkel: cómo EE.UU. convirtió a Alemania en su "Estado vasallo"

Epígrafe: El control de EE.UU. sobre Alemania se basa en cuatro pilares: las finanzas, la 'americanización' de la élite política alemana, los recursos de información y las bases militares de la OTAN, explica el politólogo Dmitri Sedov.

Texto: En la relación entre EE.UU. y Alemania "hay una serie de factores evidentes y no evidentes" que hacen de Alemania "un Estado vasallo" de Washington, escribe en su nuevo artículo para el portal Fondsk el politólogo ruso Dmitri Sedov, que subraya que esta situación es "uno de los pilares del orden mundial moderno".

Para este experto, la declaración de Washington y Londres después de la Segunda Guerra Mundial sobre la "inclusión de la Alemania derrotada en la sinfonía de las naciones libres de Europa" fue desde el principio una mentira, ya que lo que británicos y estadounidenses querían en realidad era "descartar para siempre el resurgimiento de los alemanes como rivales y como jugador global capaz de pasarse al lado del enemigo".  

Según explica el analista, el control de las potencias anglosajonas sobre Alemania se realiza por medio de cuatro instrumentos principales: las finanzas, la 'americanización' de la élite política alemana, los recursos de información y las bases militares estadounidenses en Alemania, que albergan un arsenal de armas nucleares tácticas.


Control financiero

En cuanto al primer factor, el politólogo recuerda que tras el acuerdo firmado en 1958 entre el entonces presidente del Banco Central de Alemania, Karl Blessing, y las autoridades estadounidenses, la mayor parte del oro alemán se encuentra en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York y Alemania no tiene la posibilidad de retirarlo.

Alemania es el segundo país con mayores reservas bancarias de oro del mundo después de EE.UU.

En enero de 2013, el Bundesbank anunció que cambiaba de estrategia y que quería repatriar a Alemania tanto las 374 toneladas depositadas en el Banco de Francia en París como las 300 toneladas almacenadas en la Reserva Federal de Nueva York. Sin embargo, en junio de 2014 la agencia de noticias Bloomberg informó de que el Gobierno de Angela Merkel decidió "eliminar un potencial factor de irritación" en las relaciones entre Berlín y Washington y abandonó la idea de que el oro volviera a Alemania.


'Americanización' de la élite alemana

La mayor parte de la élite política alemana está ya 'americanizada'. Mientras tanto, prosigue el autor del artículo, toda una red de instituciones y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales estadounidenses actúan para atraer a la élite alemana a la órbita política de EE.UU. La más importante de ellas es la ONG American Council on Germany (Consejo Estadounidense para Alemania, o ACG), que trabaja bajo la tutela del Consejo de Relaciones Exteriores.

"El principal objetivo del ACG es imponer a los socios alemanes enfoques y estándares norteamericanos con los que se pretende debilitar su conexión con la tradición europea y convertirlos en los conductores de la política de la globalización", explica Sedov, quien agrega que "la mayor parte de la élite política alemana está ya 'americanizada'".


El control sobre los medios

Según el politólogo, los esfuerzos de Washington por controlar los medios de comunicación alemanes ya no se limitan a la mera participación del capital estadounidense.  

Los medios de comunicación alemanes "seleccionan de manera consciente y con habilidad" los flujos de información para imponer la ideología del atlantismo, opina el experto.

Sedov explica que el principal gerente de estos flujos de información es la Oficina de Impresión Federal, que está estrechamente vinculada al ACG y posee fuertes mecanismos de influencia en los medios de comunicación.

Mientras tanto, un número relativamente pequeño de medios alemanes que se posicionan como independientes están siendo marginados y no tienen ninguna influencia.


La OTAN como una herramienta de control

La falta de pensamiento independiente hace que Merkel siga la política de EE.UU., lo que la convierte en una líder débil a los ojos de los votantes

El autor recuerda que las tropas de EE.UU. todavía están presentes en Alemania, "lo que significa que la soberanía de la República Federal de Alemania sigue siendo limitada".

En este sentido, Sedov cita al general retirado de EE.UU. William Odom, que asesoró sobre cuestiones militares al consejero de seguridad nacional estadounidense Zbigniew Brzezinski, y que además fue director adjunto del Estado Mayor del Ejército de EE.UU. para la inteligencia y director de la Agencia Nacional de Seguridad.

De acuerdo con Odom, la OTAN no fue creada con el objetivo de protegerse de la amenaza soviética, sino como "un instrumento dirigido contra Alemania".


"Merkel es incapaz de cambiar la situación"

Analizando todos estos aspectos, Sedov concluye que "Angela Merkel se encuentra en una posición muy difícil".

Y es que, a pesar de que hoy en día "Alemania tiene todas las razones para actuar en el escenario mundial como una fuerza independiente", la política alemana sigue subordinada a los intereses de EE.UU., señala el politólogo.

En su opinión, Angela Merkel es incapaz de cambiar esta situación, que requiere "un político de otra escala". 

"La falta de pensamiento independiente hace que Merkel siga la política de EE.UU., lo que la convierte en una líder débil a los ojos de los votantes", destaca el analista, que pone como ejemplos la ausencia de críticas serias a Washington tras el escándalo de espionaje, la postura de Merkel sobre el acuerdo entre la UE y Turquía y sobre la situación en Ucrania, entre otras cuestiones.

"La señora canciller federal debe darse cuenta de que su política se contradice cada vez más con las expectativas de los alemanes, pero no hace nada", concluye el experto.

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