jueves, 8 de junio de 2017
¿A qué viene Angelita?
La canciller alemana Angela Merkel está en Buenos Aires para "preparar el relevo del G-20 de Alemania 2017 a Argentina 2018", una "preparación" que a lo sumo se arregla por teléfono. ¿De qué hablará Angelita con el estadista Mauricio? El house organ de la prensa corporativa castellana, el diario español El País, intenta alguna explicación:
Título: Merkel cierra en Buenos Aires el regreso de Argentina al eje central de las relaciones internacionales
Subtítulo: La canciller visita a Macri para preparar el relevo del G-20 de Alemania 2017 a Argentina 2018
Texto: Ya es una constante en su primer año y medio de mandato: Mauricio Macri recibe noticias mucho mejores del exterior que de su tierra. Aplaudido por los países centrales, que le agradecen haber acabado con 13 años de kirchnerismo, el presidente argentino recibe hoy la visita que faltaba para cerrar el círculo del regreso de su país al eje central de las relaciones internacionales: la canciller alemana, Angela Merkel, acude a Buenos Aires –después viajará a México- con la intención de reforzar las relaciones, mostrar su apoyo a Macri y preparar el relevo en el G-20, del que este año ella es anfitriona y que en 2018 pasará a Argentina. Buenos Aires no recibía a un canciller alemán desde 2002, cuando viajó Gerhard Schroder, con lo que la visita es en sí una prueba clara de las consecuencias internacionales del giro político en el país austral. Precisamente en 2003 llegó a la Casa Rosada Néstor Kirchner.
En los primeros meses de 2016, nada más llegar al poder, Macri ya recibió un respaldo muy fuerte con los viajes a Buenos Aires de los líderes de Francia, Italia y el más esperado: Barack Obama, presidente de EEUU, que hizo una larga vista a Argentina. La victoria de Donald Trump dejó descolocado al Gobierno argentino, que trató de recomponerse con una reciente visita de Macri al magnate, al que conoce bien de su época de empresario ya que hicieron negocios juntos en los 80.
Ya en esos primeros meses de 2016, Macri viajó a Alemania y se vio con Merkel en un gesto claro de que Argentina quería volver rápidamente a la ortodoxia y a la primera línea de las relaciones internacionales. Ahora Buenos Aires recibe a la canciller como cierre de ese círculo que empezó con la llegada de Obama.
Entre enormes medidas de seguridad, el centro de la ciudad estará prácticamente cerrado para ella, como se hizo con el presidente de EEUU, y aunque no está previsto que traiga grandes anuncios de inversiones, sí viaja un grupo de empresarios y se espera un fuerte respaldo político a Macri de la dirigente clave de la Unión Europea, que ha dejado claras sus discrepancias con Trump y su decisión de aislarse y salir por ejemplo del acuerdo de París sobre el cambio climático y le disputa, con aliados europeos como el francés Emmanuel Macron, el liderazgo mundial.
Una de las personas clave del entorno de Macri para preparar esta visita asegura que el Gobierno le concede la máxima relevancia –el presidente ha organizado varios encuentros con la canciller durante todo el día y el Gobierno en pleno se dedicará casi en exclusiva a recibir a la delegación alemana durante toda la jornada, que se concluirá con una gran cena en el Centro Cultural Kirchner- y confía en poder avanzar en la preparación del G-20 de 2018 y en el de este año, que se celebrará en julio en Hamburgo.
La canciller, en su nuevo papel internacional, viaja a Argentina y México, dos de los tres países latinoamericanos del G-20 (el otro es Brasil) para preparar una cita que se espera tensa por la tensión con Trump. Merkel quiere sumar a Argentina y México a su intento por aislar a Trump.
Macri de momento parece jugar a varias bandas y evita enfrentarse abiertamente con Trump, porque necesita a EEUU como socio ya que buena parte de las inversiones extranjeras que espera para recuperar la maltrecha economía argentina vendrán de ese país. Pero su línea política está mucho más cercana a la de Merkel, que también le promete inversiones de grandes empresas como la multinacional Siemens.
En cualquier caso ninguna de ellas se acaba de concretar y la mayoría de los grandes empresarios, tanto alemanes como de EEUU, parecen estar esperando a confirmar la solidez política de Macri en las elecciones de octubre, donde se renueva buena parte del parlamento. Siemens fue la estrella del foro de inversiones en Buenos Aires en 2016, al que viajó el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, ya que prometió una inversión de más de 5.000 millones de euros que de momento no se ha concretado. Alemania fue en 2016 el cuarto socio comercial de Argentina, después de Brasil, China y EEUU, con un volumen de 4.325 millones de dólares que favoreció claramente a Alemania, que exporta casi el triple de lo que importa del país austral.
Otro eje importante de la visita será el acuerdo UE-Mercosur, que se retrasa desde hace 20 años. Merkel pone menos problemas que los franceses y la voluntad política de fondo parece clara, pero las negociaciones no avanzan tan rápido como les gustaría a los argentinos, que necesitan mejorar su comercio pero a la vez tienen resistencias para abrir su economía, una de las más cerradas del mundo, porque muchos sectores no pueden competir ya que tienen precios medidos en dólares mucho más altos que los europeos.
La UE da señales constantes de que quiere el acuerdo, y la semana pasada Federica Mogherini, la alta representante para Asuntos Exteriores de la UE, estuvo en Buenos Aires y habló de “avances significativos” en las negociaciones. Pero nadie espera ya tener todo resuelto a finales de año, como deseaban los argentinos.
Lo más importante de la visita será por tanto el gesto político, que una vez más coloca a Macri como protagonista internacional y le devuelve por unas horas las buenas noticias que escasean en una Argentina donde la economía empieza a ofrecer tímidas señales positivas –el estimador mensual de actividad económica sale de negativo- pero aún sufre caídas de consumo sistemáticas, una inflación que empieza a frenarse pero sigue muy fuerte y sobre todo una población que vive al límite con precios más altos que en Europa y salarios mucho más bajos, sobre todo en la clase media y baja.
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Merkel empieza timidamente a jugar su juego propio y busca acuerdo EU-Mercosur. Busca aislar a Trump dice el panfleto europeo pero la realidad es que está realmnete aislada es Europa, entre los 2 nuevos bloqueos "Atlantico" y "Oriental".
ResponderEliminarPor favor, ¿a qué puede venir ésta chirusa teutona?, que no sea ver el famoso video del golazo de tiro libre del messi de firmar pagarés....
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