domingo, 10 de julio de 2016
El flaco
Tipo más bien tímido y reservado, el oftalmólogo educado en Gran Bretaña, Bashar Al Assad (foto), sucedió a su padre en la conducción del gobierno de Siria a la muerte de este. No estaba planeado que fuera así, pero fue. Comenzó un proceso de apertura política. Pero el Imperio y su brazo armado, la NATO y algunos países árabes, tenían otros planes. Ocurre que Siria está ubicada en un punto estratégico en donde convergen varios proyectos para el transporte de gas y petróleo que, partiendo de varios puntos del cercano y Medio Oriente, llegan a Europa vía el Mediterráneo. Varios de estos puntos de abastecimiento energético tienen que ver con Rusia o con países que le son aliados. No se podía permitir una afrenta así.
Desde Marzo de 2011 a la fecha, Siria viene siendo demolida calle por calle, cuadra por cuadra, casa por casa, en lo que constituye probablemente el hecho vandálico más repugnante contra un país desde la II Guerra Mundial. Actores importantes, pero no exclusivos, en esta masacre son los chicos del ISIS, Al Nusra y el "Ejército Sirio Libre", compuestos mayoritariamente por fanáticos islámicos educados en las madrasas de Arabia Saudita, Libia, Túnez, Chechenia, Egipto y Turquía; a estos actores la prensa occidental los sigue denominando "rebeldes", y al mayor acto de vandalismo del Siglo XXI lo llama "revolución" o, últimamente, "guerra civil".
El oftalmólogo aguantó junto a su pueblo. Ya van dos elecciones, celebradas en plena invasión de la NATO y las bestias islamistas; ganó las dos por abrumadora mayoría. Al mismo tiempo, el flaco tejió alianzas con fuerzas regionales y globales: Irán, sectores de Irak, Hezbolláh en el Líbano, Rusia, China... Lo que comenzó siendo una aventurita destructiva más de los neocones estadounidenses se transformó en la primera batalla de la Tercera Guerra Mundial. La novedad, la horrible noticia para el Imperio y sus vasallos es que el pueblo sirio y el flaco parece que van ganando. La palabra Stalingrado ha comenzado a pronunciarse.
Leemos en el sitio web Al Manar en español:
Título: Assad y el próximo seísmo político en Oriente Medio
Texto: Hace cinco años que Occidente y sus aliados árabes buscan derrocar a Bashar al Assad, considerado como uno de los líderes de la Resistencia y un aliado fundamental de Irán y Rusia.
Ellos se han dado cuenta, sin embargo, cada vez más de lo difícil de esta tarea y de las pocas oportunidades de éxito que tienen de ganar una de las mayores guerras “estratégicas” del comienzo del s. XXI
En un reciente comentario, el sitio israelí Debka señala que “evoluciones imprevisibles y tristes están a punto de producirse desde que el Reino Unido ha decidido abandonar la UE. Los países árabes han acabado por creer que ellos ya no deben depender de EEUU y Europa para luchar militarmente contra el EI”.
A la luz de todos estos acontecimientos algunas cosas que parecían imposibles de oír hace pocas fechas en las capitales árabes en la región empiezan a escucharse, en especial la propuesta de levantar el embargo contra Assad y cooperar militarmente con él contra el EI.
En efecto, el discurso que Assad ha mantenido desde el inicio de la guerra ha resultado ser exacto y realista. Él advirtió sobre los riesgos que el terrorismo y el extremismo suponen para toda la región, incluyendo para sus patrocinadores. Si los ruidos que se oyen hoy en las capitales árabes llegan a concretarse, el mundo conocerá un segundo seísmo político después del Brexit. Y él tendrá lugar en el corazón de Oriente Medio.
En esto, sin embargo, los árabes se limitarían a seguir la estela de los países europeos, que están ya en vías de normalizar sus relaciones con Siria, como muestran la reciente visita de una delegación del Parlamento Europeo y la del jefe de los servicios de inteligencia de Italia a Damasco.
Entre los países árabes que adoptan la vía de normalización podría estar Kuwait, que no ha demostrado nunca una gran hostilidad hacia Assad, y los Emiratos Árabes Unidos, que está lejos de haber roto todos los puentes con Damasco. Omán, por su parte, se ha mostrado dispuesto a jugar un papel de mediador entre Assad y algunos países árabes.
Por su parte, Arabia Saudí, que ha gastado enormes cantidades en financiar a los terroristas en Siria, acaba de ser el blanco de varias acciones terroristas que han puesto en cuestión la estabilidad del reino, rompiendo así la falsa imagen de tranquilidad que el régimen quiere dar. De este modo, los saudíes se enfrentan a una nueva calamidad: el monstruo que ellos crearon para devorar a Assad ha sido casi derrotado en Iraq y Siria y se ha vuelto contra sus patrocinadores, desde Estambul a Medina. ¿Significa esto que los enemigos árabes de Assad están ahora dispuestos a tenderle la mano para que él les ayude a vencer a sus enemigos domésticos?
El seísmo político se aproxima...
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Muy buen prólogo para presentar el artículo. Gracias como siempre.
ResponderEliminarSi te sirve de retribución te dejo un audio de Marcelo Sain sobre la cuestión de la inteligencia en Argentina y su nuevo libro. Es de esta mañana:
ResponderEliminarhttp://radiocut.fm/radiostation/am750/listen/2016/07/10/09/22/00/
¡¡¡Que buen título!!! Felicitacionmes
ResponderEliminarGracias a todos. Cordiales saludos,
ResponderEliminarAstroboy