jueves, 19 de junio de 2014

Expulsiones


Las infinitas posibilidades plásticas, estéticas y simbólicas que ofrece el fútbol nos invitan a la reflexión sobre el duro momento que aflige hoy a millones de españoles. Una tasa de desempleo desbocada, deudas impagables, recesión y/o depresión según regiones, promesas de austeridad ad infinitum y una casta de hijoputas que va a seguir gozando de sus privilegios financieros hasta que, en el mejor de los casos, un pueblo harto los termine por ahorcar en las plazas públicas. Todo tan parecido a lo que pasó y sigue pasando de este lado del Atlántico.

No va a ser fácil liberarse de las cadenas de un planeta neoliberalizado casi por completo. Ya van dos generaciones de economistas educados en las escuelas del Pensamiento Único, tras la Cortina de Hierro de Londres y Wall Street y de la Escuela de Chicago. Dos generaciones de políticos convencidos de que su trabajo consiste en administrar la pobreza y recibir órdenes de los banqueros. Dos generaciones de embrutecimiento mediático constante, haciéndole creer a los pueblos que la especulación con papeles es "inversión", que el mundo de las finanzas es algo más que un casino regenteado por pistoleros, y tantas otras cosas por el estilo.

Vamos, chicos, que la fiesta terminó, en más de un sentido, aquí y allá. Y un partido de fútbol es simplemente eso: un partido de fútbol. Hay que pelear por otras cosas. Salir del Pensamiento Único neoliberal, para empezar. Glasnost y Perestroika ya!












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