lunes, 18 de marzo de 2013

Desgobierno


Bajo el título “El desgobierno paraliza Italia”, leemos la siguiente nota de Angel Gómez Fuentes en el ABC de Madrid (http://www.abc.es/internacional/20130318/abci-italia-desgobierno-201303172119.html):

Se avecina una nueva cita electoral en Italia si el país no supera su actual crisis de ingobernabilidad. El cómico Beppe Grillo se niega a colaborar con el centro-izquierda de Pier Luigi Bersani. Y este a su vez rechaza cualquier acuerdo con un Berlusconi asediado por la Justicia. Con un Mario Monti fuera de juego, el país se sume en la parálisis.

Aunque, a la vez, ha comenzado a cambiar la imagen de la política italiana con la elección de los presidentes de la Cámara de diputados y del Senado: dos caras nuevas de la sociedad civil que nada tienen que ver con las burocracias de los partidos. El líder del Partido Democrático (PD), Pier Luigi Bersani, ha logrado imponer como presidenta de la Cámara a Laura Boldrini, hasta hace poco portavoz de Acnur, paladina de los desheredados; en tanto que en la presidencia del Senado fue elegido Pietro Grasso, exfiscal nacional antimafia. Un tsunami para la vida parlamentaria italiana. Bersani ha tenido que abandonar el tradicional politiqueo, porque, como le aconsejaban sus más jóvenes colaboradores, en caso contrario «en las próximas elecciones seremos barridos por Grillo».

La jugada por sorpresa de Bersani ha producido una división en el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la ira de su líder, el cómico Beppe Grillo. Y es que Laura Boldrini fue aplaudida por seguidores del movimiento que incluso se pusieron en pie en algunos pasajes de su discurso, al tiempo que Grasso era votado por 12 senadores de Grillo. El cómico se ha percatado de hasta qué punto es imposible dirigir a sus parlamentarios desde internet. No quiere dar su apoyo a Bersani ni respaldar la gobernabilidad. Había dado instrucciones para que los suyos se abstuvieran. Pero los senadores sicilianos se rebelaron ante la posibilidad de que fuera elegido un antiguo abogado de mafiosos como Renato Schifani, destacado dirigente del Pueblo de la Libertad de Berlusconi.

¿Votar a un mafioso?
En las horas previas a la votación, los senadores «grillinos» mantuvieron a puerta cerrada una reunión dramática, con profusión de lágrimas y gritos. «¡Yo a un mafioso presidente del Senado no lo voto!». Este grito de una senadora «grillina» pudo oírse tras la puerta del aula en la que se celebraba la reunión. Al final, 12 senadores «grillinos» –entre ellos seis sicilianos– votaron por Grasso. La reacción del cómico Grillo no se hizo esperar. Este amenazó con expulsar a los senadores que habían votado por el exfiscal antimafia y candidato de Bersani.

Beppe Grillo ha cargado también contra el Partido Democrático, al que ha calificado de «impresentable». Y a su lider Bersani lo acusó de haber jugado la única carta que le quedaba con la elección de Boldrini y Grasso, porque, insistió, otros candidatos del partido eran «indigeribles»: «Saben que son impresentables y han tenido que elegir a otros» fuera del aparato del partido, afirmó Grillo, concluyendo: «La legislatura será breve».

En realidad, todos los lideres políticos están convencidos de la brevedad de esta legislatura. Bersani espera recibir el encargo del presidente, Giorgio Napolitano, para formar gobierno. Es una empresa muy difícil y, en todo caso, parece destinada a tener escaso recorrido, al no contar con la mayoría en el Senado.

Mientras Bersani y Berlusconi luchan por mantenerse a flote y preservar sus feudos en el centroizquierda y centroderecha, Mario Monti ha quedado fuera de juego. El profesor pretendió ser elegido presidente del Senado para acceder después desde esa posición a la presidencia de la república. Pero tras su desastrosa campaña electoral pasada y su escaso olfato político, su partido ha quedado como completamente irrelevante.

Procesos judiciales
Así que, mientras Italia se hunde en la ingobernabilidad, Bersani, Berlusconi y Grillo parecen coincidir en que les convienen personalmente acudir cuanto antes a las urnas. El lider del PD habría comentado a sus más estrechos colaboradores que se celebrarán elecciones «en el verano» para capitalizar el éxito de la línea «informal» impuesta en la elección de los presidentes de la Cámara y el Senado, y al mismo tiempo para no dar tiempo a que el creciente número de descontentos en el el partido se unan en torno al alcalde de Florencia, Matteo Renzi, el político italiano mejor valorado en las encuestas a quien muchos ven ya como futuro primer ministro.

Por su parte, Berlusconi, acuciado por procesos judiciales, intenta a la desesperada sortear a la Justicia al tiempo que urge acudir de nuevo a las urnas. «Il Cavaliere» reunió a sus senadores y les trazó el nuevo camino: «Es preferible votar en junio. Los sondeos nos dicen que cuanto antes vayamos a las elecciones más ganamos. Así que traedme ideas y proyectos. Debemos ser como Grillo», les dijo Berlusconi.

El duelo, por tanto, se aproxima. Lo imponen el imposible equilibrio de fuerzas en un Senado que, ante la dificultad de alianzas, nació prácticamente muerto.

Pregunta de examen: ¿Para quién trabaja Beppe Grillo? Hasta la próxima. 

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